Derechos Humanos

6 marzo, 2017

El patriarcado tras las rejas: la experiencia de las mujeres en prisión

Las estadísticas de los servicios penitenciarios de todo el país reflejan que la disparidad de género también se replica en este ámbito. Notas cuenta la historia de mujeres que atravesaron experiencias en cárceles, desde adentro y afuera.

Las estadísticas de los servicios penitenciarios de todo el país reflejan que la disparidad de género también se replica en este ámbito. Notas cuenta la historia de mujeres que atravesaron experiencias en cárceles, desde adentro y afuera.

En el año 2000, según datos del Ministerio de Desarrollo Social, el 37% de la población urbana era pobre. En este difícil cuadro de situación, Sandra Marina fue privada de su libertad por narcomenudeo. Es decir, venta de drogas al por menor.

Sandra es licenciada en Sociología, militante social y lleva a cabo un emprendimiento gastronómico desde una perspectiva social y “ecopolítica”. Si bien su entrada al servicio penitenciario fue paradigmática (el 35% de las mujeres se encuentran presas por delitos relativos a la Ley de Estupefacientes), el resto de su vida no lo es. Tener una carrera, poder problematizar al sistema penal y todo lo que ocurre cuando llega la libertad, forma parte de su recorrido personal. Su perspectiva sobre lo que ocurre con las y los ex presos es otra.

“La libertad que te otorga el sistema penal es una libertad totalmente devaluada dentro de la sociedad; te liberan luego de haberte sometido al sufrimiento, al despojo, rompen tu red de afectos, te quiebran como persona, te retiran toda posibilidad de proyecto de vida, te estigmatizan para siempre en tu entorno más cercano e íntimo y en el social”, afirma Sandra.

En la actualidad, además de su emprendimiento y militancia, la socióloga cursa una maestría de posgrado. Cuando fue privada de su libertad vivía con su hijo de 11 años y, en sintonía con su percepción de la libertad después del encierro, también señala que después de salir nunca logró independizarse de la casa de su madre: “Te premian con una libertad de segunda categoría, donde todo te cuesta el doble, con la cual poco podés hacer. ¿Qué clase de libertad es aquella que te retira el derecho a sentirte un sujeto de bien, el derecho de rehacer tu vida, a tener un empleo digno? Es una maldita libertad”.

En este sentido, Sandra también contextualizó su llegada a la prisión alegando una persecución al narcomenudeo: “Hoy la campaña sobre la seguridad va de la mano con una falsa campaña contra el narcotráfico”. Después del menemismo, las políticas criminales apuntaron en este sentido y se hicieron más fuertes aún con la sanción de las Leyes Blumberg, que endurecían las penas para ciertos delitos.

Esta afirmación tiene su correlato con lo concluido en el último informe del Sistema Nacional de Estadísticas de Ejecución de la Pena (SNEEP), a cargo de la Dirección de Política Criminal de la nación. En ese documento, que cuenta con datos de 2015, se indica que si bien la información no es completamente precisa al respecto, las mujeres son utilizadas como “mulas” o “ingestadas” para transportar droga; forman parte del último eslabón en la cadena del narcotráfico, el más vulnerable.

Pero la población carcelaria de mujeres también está vulnerada de diversas formas: el informe del SNEEP revela que el 50% de los presos se encuentra privado de su libertad sin tener una condena en su contra, pero cuando el análisis se centra en las mujeres, este porcentaje se eleva a 62%. Y si se analiza la situación de las extranjeras, crece aún más y llega al 72%.

Entrar a la cárcel también puede ser difícil

Verónica Pelozo es integrante y fundadora de la cooperativa “Hombre y Mujeres Libres”. Conoció a su pareja, Claudio, mientras estaba en prisión, y para llevar adelante su relación y su proyecto laboral juntos tuvieron que atravesar muchos problemas que excedían la falta de libertad ambulatoria, y muchos de ellos eran identificables a través de una institución: el servicio penitenciario.

Pelozo contó su experiencia en la publicación Maldita Prensa al tratar de tener una relación con un preso. “Para un familiar, ir ahí es súper difícil porque tenés tantas trabas, te acobardan para que no vayas más. Yo me acuerdo de llevarle libros y que me decían: ‘No, vos no podes entrar esto’. Para ir a cobrar, por ejemplo un peculio, también te la hacían de terror”, relata.

En este mismo sentido, Verónica también recuerda que “después de un tiempo, provoca un desgaste tan grande que hasta querés abandonar, querés no ir más, esa es la verdad, y no me pasaba sólo a mí; yo hablaba con otras mujeres y me decían lo mismo, Pero no se puede naturalizar ese maltrato que recibís de parte del servicio, es todo el tiempo y a todas las visitas igual, es cansador”.

Pocos meses antes de que Claudio saliera en libertad, Verónica quedó embarazada. En el penal de Marcos Paz, donde estaba privado de su libertad, hay un escáner que expone a las personas que pasan a rayos X y, por lo tanto, también a su salud. Como al principio no había signos notorios de embarazo, los guardias se negaron a dejarla pasar por una entrada alternativa. Claudio le pidió que no fuera a verlo en esas condiciones.

“Los últimos meses lo pasaron a Devoto, y como no había scanner lo volví a visitar, pero los primeros meses dejé de ir a visitarlo por ese tema, así que cuando tenía más o menos seis meses volví a verlo”, precisa Verónica. Y añade más: “Yo siempre sentía que el trato del servicio era súper estigmatizante, y vos ibas ahí y te hacían sentir mal como mujer, como persona, porque imagínate que ya desde el hecho de tener que desnudarte delante de una persona que vos no conoces y que te revisen, yo entraba mal, es horrible”.

La salida colectiva

Las historias de Verónica y Sandra se cruzan: exposición a violencia institucional, persecuciones ideadas desde políticas criminales, pocas herramientas para subsistir en “el afuera”. Pero por eso ambas apostaron a proyectos colectivos. “No hay salida individual. Decidí unirme a la militancia política cuando comprendí que ser preso del sistema es un hecho político”, sentencia Sandra.

Santiago Pérez – @santidpe

Foto: Procuración General de la Nación

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas