6 marzo, 2017
Macri, desmentido por su política de Ciencia
«Vamos a fomentar la inversión pública en investigación científica», prometía Mauricio Macri ante el Congreso, el miércoles pasado. Afuera, un paro nacional de investigadores le recordaba su recorte del 32,5%. Discurso y Política científica en paralelas, en un relato a la medida del votante.
«Vamos a fomentar la inversión pública en investigación científica», prometía Mauricio Macri ante el Congreso, el miércoles pasado. Afuera, un paro nacional de investigadores le recordaba su recorte del 32,5% al presupuesto de Ciencia 2017. Discurso y Política científica en paralelas, en un relato a la medida del votante. Este lunes, los científicos se sumaron al paro y movilización docente.
¿A quién le habló el Presidente de la Nación en su discurso del 1° de marzo, durante la apertura de las sesiones ordinarias del Poder Legislativo? Este es, quizá, el interrogante central, para explicar la desarticulación entre sus «deseos y promesas» y la ejecución de sus políticas para Ciencia y Tecnología, que desembocaron en diciembre de 2016, en la toma del Ministerio de Ciencia (MinCyT).
Es que, a pesar de que sus planes presupuestarios ya determinan recortes de recursos para el sector que se proyectan hasta la mitad de su mandato (El CONICET, por ejemplo, ha reducido en un 60% el cupo de ingreso a la carrera de Investigador para este año, en comparación con 2015), Macri inició el año parlamentario con promesas que van, justo, en la dirección opuesta.
Principales puntos de la relación del gobierno con el área de Ciencia y Tecnología
Antes de los resultados del ballotage del 22 de noviembre de 2015, Mauricio Macri, aún candidato a Presidente de la Nación, arrojaba señales de continuidad de las políticas científicas iniciadas por el gobierno anterior, a pesar del rechazo que su postulación generaba entre la comunidad científica.
Una de ellas es el Plan Argentina Innovadora 2020, creado en 2013, cuya elaboración apuntaba al fortalecimento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNC), mediante el incremento de becas de investigación, ofertas de grado y posgrado, incentivos para la repatriación de científicos, inserción laboral de investigadores, capacitación para docentes de Universidad e incorporación de científicos al sector productivo nacional. Pero además buscaba ampliar las fuentes de financiación (de origen internacional y nacional) y aumentar el presupuesto destinado a investigación y desarrollo por parte del Estado.
Aún cuando numerosas voces de distintas áreas del campo científico nacional habían manifestado su preocupación por una posible victoria electoral de Cambiemos, Macri garantizaba la permanencia en su cargo del titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, y del presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Alejandro Ceccato, al tiempo que prometía llevar el Presupuesto Nacional de Ciencia del 0,69% al 1,5% del Producto Bruto Interno (PBI).
Sin embargo, al mes de asumir la actual gestión de gobierno, el Ministerio de Modernización frenó la efectivización de 900 trabajadores (entre investigadores de diferentes áreas y personal de apoyo) a la carrera de Investigador (CIC) del Conicet, que en 2015 habían aprobado el concurso de ingreso, previo proceso de evaluación. La medida fue posible gracias a la firma del Decreto 227/16, del 20 de enero de 2016, con el que Mauricio Macri otorgaba a Modernización la potestad de evaluar todos los ingresos de personal a la administración pública, cuestionando la autarquía del organismo de Ciencia.
Macri comenzaba a dar indicios de la orientación de sus determinaciones políticas para el sector, a pesar de sus promesas de cuando era candidato.
En el mes de julio, apenas el 5,5% (50 trabajadores) habían sido efectivizados en la planta del organismo, y las reticencias y trabas impuestas por el organismo ya comenzaban a ser objeto de crítica y alerta para la red de universidades, laboratorios y organismos que conforman el campo científico argentino. La idea del recorte de presupuesto y las sospechas de una nueva etapa de desfinanciación del SNC se volvía verosímil.
Entre los meses de agosto y octubre de 2016 Lino Barañao y Alejandro Ceccato comenzaron una etapa de recorrido por los medios de comunicación donde sus dichos pendulaban entre la amenza de renuncia por escasez de presupuesto para el área de Ciencia, y la defensa de la política de poda presupuestaria para 2017.
“Si los fondos no llegan, va a ser muy difícil que yo continúe. No voy a ser cómplice de la destrucción de algo tan valioso para el país y para mí en lo personal. Mi compromiso es mantener lo que se ha hecho y defender el presupuesto para poder continuarlo”, expresaba Barañao, el 20 de octubre de 2016 en una entrevista radial, que luego era replicada por los medios de alcance nacional.
Sin embargo, a pesar que la autoridad máxima del ministerio confiaba que el recorte “se va a ir compensando” durante la aplicación del Presupuesto del año 2017, llegó noviembre y el Poder Ejecutivo elevó al Congreso el Proyecto de Ley de Presupuesto que adelantaba un recorte de fondos del orden del 30% para la mayoría de los organismos que componen el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología.
El presupuesto propuesto para el ministerio, el Conicet y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) era de 13.957 millones de pesos. Esto significaba un 0,59% del presupuesto nacional total, es decir, un porcentaje menor al de años anteriores (de 2009 a 2016 osciló entre el 0,7 y 0,8%).
En el Congreso el proyecto fue aprobado por ambas cámaras, con el apoyo de casi la totalidad de las fuerzas políticas (y con el rechazo de 58 legisladores, entre los que se encontraba el bloque del Frente para la Victoria y el Frente de Izquierda y los Trabajadores).
El recorte de 3 mil millones de pesos para el Ministerio de Ciencia y Tecnología estaba en marcha.
A principios de diciembre del año pasado, la noticia de la reducción de un 60% en los cupos de ingreso a la carrera de Investigador del Conicet (de 900 en 2015 se daría lugar a 400 para 2017) recorría todos los medios de comunicación, se iniciaba un conflicto de orden nacional entre el gobierno y el CONICET, que, aún sin cerrarse, en diciembre determinó la toma del Ministerio de Ciencia.
El conflicto obligó al gobierno nacional a realizar un acuerdo con las organizaciones gremiales, jóvenes investigadores y becarios afectados por el recorte. Es así que, tras cinco días de toma, el Poder Ejecutivo dio marcha atrás con la medida de rechazo a los 500 becarios que habían aprobado su concurso de ingreso al organismo para este año. Sin embargo, la confrontación se reactivó en febrero de este año al conocerse el incumplimiento de las resoluciones acordadas por parte de las autoridades, sobre esos ingresantes, y al conocerse que el gobierno limitaría en 400 el ingreso para 2018.
Es clara la coincidencia del marco político preelectoral en que Macri se refirió a su «voluntad» de aumentar el presupuesto nacional para Ciencia y Tecnología. Es por ello que más allá de sus palabras, son sus decisiones políticas las que ofrecen una lectura mas adecuada de sus intenciones.
El descontento de la ciencia con el gobierno va en aumento.
Eduardo Porto
Foto: Emergente
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.