22 febrero, 2017
El crecimiento de los socialdemócratas pone en riesgo la reelección de Merkel
Desde que se anunció la candidatura de Martin Schulz, a fines de enero, el SPD dio un salto en las encuestas que hoy lo pone en situación de empate técnico con el partido gobernante. La canciller alemana, ahora, ve en riesgo la posibilidad de conseguir un cuarto período.

Hasta hace apenas un par de semanas, la reelección de Angela Merkel para un cuarto período como canciller de Alemania era prácticamente un hecho. Aunque faltan siete meses para las elecciones (previstas para el 24 de septiembre), y la líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán) no estuvo exenta de críticas en los últimos tiempos, especialmente por su política de refugiados, las encuestas le daban una amplia ventaja.
Pero todo comenzó a cambiar el 29 de enero, cuando el Partido Social Demócrata (SPD, por sus siglas en alemán) anunció que su candidato para las próximas elecciones sería Martin Schulz, que acababa de finalizar un período de cinco años como presidente del Parlamento Europeo.
En aquel momento, los sondeos de opinión ubicaban al SPD (el más antiguo de Alemania y el único además de la CDU en gobernar el país desde 1945) entre 10 y 20 puntos por detrás del partido de Merkel. Una diferencia similar a la que hubo en las elecciones federales de 2013, cuando la actual canciller obtuvo el 41,5% de los votos contra el 25,7 de Peer Steinbrück, candidato del SPD.
Apenas tres semanas después, el panorama cambió radicalmente y todas las encuestas ponen a ambos partidos en situación de empate técnico en torno al 32% de intención de voto. Por detrás se ubican, con menos del 10%, el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), la alianza de izquierda Die Linke, el Partido Verde, y el Partido Democrático Liberal (FDP).
Schulz, el eurócrata
Nada más simbólico que la candidatura de Martin Schulz a la cancillería para ejemplificar la ascendencia que tiene Alemania sobre las decisiones que se toman al nivel de la Unión Europea.
El aspirante del SPD comenzó su carrera política en la pequeña ciudad de Würselen, en el estado federal de Renania del Norte-Westfalia, de la que fue alcalde entre 1987 y 1998. Esta localidad, de casi 40 mil habitantes, pertenece al área metropolitana de Aachen (Aquisgrán), uno de los centros industriales de la poderosa región del oeste alemán.
Desde 1994 ocupa un escaño en el Parlamento Europeo, y en 2012 pasó a presidir la Cámara, sucediendo al polaco Jerzy Buzek. Desde ese puesto fue muy crítico del Brexit y, en general, del ascenso de la derecha anti-UE en Europa, pero también de la incapacidad del aparato de Bruselas para hacer frente a ese crecimiento.
A pesar de su relativo desconocimiento para el público alemán (en enero un 20% de la población aseguraba no saber de él, un número altísimo para un político del SPD), su candidatura se impuso a la del líder del partido, Sigmar Gabriel, que decidió renunciar a sus propias intenciones de competir con Merkel.
Más allá de que la propia canciller alemana es vista como la principal partidaria de la unidad de la Unión Europea, la imagen de Schulz rápidamente se construyó como la del candidato pro-europeo. Incluso, una serie de memes con el rostro del candidato y el eslógan “Make Europe Great Again” (“Hacer a Europa Grande de Nuevo”, en referencia al lema de Donald Trump, “Make America Great Again”) se viralizaron a través de las redes sociales.
¿Puede Merkel perder el gobierno?
Es una chance real que la canciller no logre un cuarto período y deba dejar el cargo que ocupa desde 2005. Actualmente, el gabinete liderado por la CDU está conformado gracias a un acuerdo que incluye en minoría al SPD.
En caso de que la tendencia de Schulz se mantenga y logre imponerse en las elecciones, no obtendría una mayoría propia pero podría propiciar un acuerdo de similares características en los que los dos principales partidos cambien los roles.
Más lejana es la chance de que el SPD pueda gobernar sin el apoyo de la CDU. Aún si Schulz y su partido apostaran a un gobierno de carácter progresista, incluyendo al Partido Verde y a Die Linke, algo que aparece improbable, los números no le cierran.
De cualquier manera, la campaña alemana todavía está en pañales y, en paralelo al ascenso del SPD, se evidenció un estancamiento de AfD, el partido ultraderechista liderado por Frauke Petry que tiene un rol cada vez más importante en la política local.
Esta caída en la intención de votos para la formación de Petry podría derivar en un mayor apoyo a la CDU.
Apenas están empezando a moverse las cosas en la política alemana, y aún quedan muchas cartas por poner sobre la mesa. “Será mi campaña más dura hasta ahora”, advirtió Merkel. Septiembre queda lejos, pero eso ya es un hecho.
Nicolás Zyssholtz – @likasisol
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