16 febrero, 2017
La música: reencuentro y despedida
En el Teatro La Comedia se repone «La música», escrita por Marguerite Duras a pedido de la televisión inglesa y puesta en escena en 1964. La obra muestra el reencuentro de una pareja para certificar el fin de la relación: el trámite de divorcio. En esa larga noche «dicen y callan las palabras despiadadas, amorosas y definitivas».

La música, así titulada, en castellano, fue escrita por pedido de la televisión inglesa. Luego fue puesta en escena en 1964. Posteriormente Marguerite Duras hizo una adaptación cinematográfica en colaboración con Paul Seban y en 1985 escribió una segunda versión teatral de la pieza.
En Buenos Aires se ha representado en varias oportunidades. Asistimos a una nueva versión que se presenta en la Sala 3 del Teatro La Comedia.
La obra muestra el reencuentro de una pareja que se ha separado hace un tiempo. Se reúnen para concretar el acto final de su relación: el trámite de divorcio. Todo sucede en una larga noche y tiene como escenario un salón y la recepción del hotel en el que alguna vez se han hospedado.
Han estado casados y sin embargo ahora parecen extraños, lejanos. Como parte de la despedida intentan decidir el destino de algunos muebles, pero ninguno de los dos parece interesarse por ello. Ambos participan de este encuentro mirando al otro como a un extraño y a la situación desde cierta distancia. Él parece no haber entendido qué ha pasado en su matrimonio, busca explicaciones y no las encuentra. En cambio ella tiene certezas sobre lo que ha sucedido en su vida y cuál ha sido el recorrido de sus deseos, aunque tal vez tampoco tenga claro el motivo que ha llevado a la separación.
Los personajes se dicen cosas que nunca dijeron antes y callan otras tantas. Hablan pero no dialogan, cada uno está atrapado por su propio discurso.
Dice Duras: «A esos dos en ese hotel de Francia durante una noche, sin un beso, yo los haría hablar durante horas y horas. Nada más que por hablar. Y dicen y callan las palabras despiadadas, amorosas y definitivas».
La directora Graciela Pereyra ha logrado poner el clima justo para llevar a escena este encuentro de dos que deben despedirse. La sala elegida para montar la obra contribuye notoriamente con el resultado. Es un lugar pequeño, un salón de lo que fue otrora una elegante casa de estilo francés, con sus pisos de madera, boiserie en las paredes y un piano de cola instalado en un costado. Una gran puerta de cristales repartidos enmarca el espacio de comunicación entre este salón del hotel y la recepción. La excelente iluminación diagramada por Gonzalo Calcagno y la música, creada especialmente por Germán Lozano, ponen el broche de oro para lograr una pieza intimista, de corte melodramático.
Un punto discordante lo aporta la aparición en off de los interlocutores de un par de llamados telefónicos que en nada contribuyen a la construcción del conflicto. Alteran el clima general.
Buena actuación de la pareja de actores. Débora Longobardi logra momentos de profunda intensidad, en los cuales cobran peso sus silencios y sus miradas.
La música es una pieza corta, de menos de una hora, con una puesta de estética casi impresionista. Para tener en cuenta.
Ben Davis Min
Ficha técnica
Autora: Marguerite Duras
Traducción: Jaime Arrambide y Mirta Rosenberg
Dirección: Graciela Pereyra
Coach actoral: Lili Popovich
Actores: Débora Longobardi y Ulises Puiggrós
Voces: Julia Eva Saggini, Diego Ramos y Georgina Rey
Asistencia de producción: Gabriela Arata
Musica original: Germán Lozano
Iluminación: Gonzalo Calcagno
Vestuario: Paula Molina
Escenografía: Fernanda Díaz
Fotografía y video: Mariana Lozano
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