14 febrero, 2017
Narcotráfico: el peligroso acercamiento a la DEA que plantea Cambiemos
La semana pasada se realizó en Buenos Aires una reunión del Grupo Sudamericano de Trabajo de la DEA. El gobierno de Cambiemos da pasos sostenidos en la reinstauración del vínculo entre la agencia estadounidense contra el narcotráfico y nuestro país. ¿Con qué objetivo y cuáles son los peligros?

El plan de Patricia Bullrich y el gobierno de Cambiemos para enfrentar al narcotráfico, no sólo incluye medidas xenófobas en materia migratoria, sino que también plantea un acercamiento a la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), de cuestionable desempeño en América Latina.
Si en 2013 el diario Clarín cuestionaba que «sólo había quedado un agente de la DEA en la Argentina», dado que el Ministerio de Seguridad trababa «el intercambio de información y la capacitación con las provincias», en lo que consideraba «el nivel histórico más bajo de la cooperación con esa agencia», el titular de la última semana plantea el «carácter casi secreto» de la reunión que se desarrolló en tierras porteñas.
El gobierno de Cambiemos, en sintonía con toda su política exterior, da pasos sostenidos en la reinstauración del vínculo entre la DEA y nuestro país. La semana pasada se realizó en Buenos Aires una reunión del Grupo Sudamericano de Trabajo del organismo, en el que también participaron, según informaron algunos medios, enviados de distintos países del continente como Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay y Venezuela.
De la mano con la reforma migratoria, que el gobierno presenta como parte de su plan de lucha contra el narcotráfico, en ese encuentro se debatió, según informó Clarín, “el desarrollo de un nuevo instrumento para vigilar la Hidrovía de los ríos Paraná y Paraguay, que permita a las fuerzas de lucha antidroga interceptar y abordar barcos en plena navegación, lo que la ley no permite actualmente. Estados Unidos tiene legislación al respecto pero en la región no los hay, y hay fuertes diferencias sobre cómo abordar el tema”. Eso empalma también con la compra de equipamiento a Israel para controlar la navegación por esos ríos.
El desembarco
Luego de asumir Mauricio Macri la presidencia, el embajador argentino en Estados Unidos, Martín Lousteau se reunió con el entonces presidente estadounidense, Barack Obama y aseguró: “Estados Unidos está a disposición y ofrece su experiencia en la lucha contra el narcotráfico”.
En marzo de 2016, apenas días antes de la visita de Obama a la Argentina, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y el secretario Eugenio Burzaco viajaron a Washington y se reunieron con el director de la agencia antinarcóticos estadounidense, Chuck Rosenberg. Allí acordaron los principales trazos de colaboración entre Washington y la Casa Rosada en la materia.
«Encontramos la llave y abrimos la puerta que nos devuelve a un lugar importante en materia de Seguridad para América Latina. Formación y lucha contra el narcotráfico fue el tema que nos cruzó. Juntos vamos a eliminar el narcotráfico», aseguró Bullrich entonces.
En abril, Michael Tooley, representante de la DEA en nuestro país, empezó a trabajar más abiertamente y dio varias charlas sobre el narcotráfico. Una de ellas fue en Salta, provincia estratégica por ser posible sede de una base de operaciones de la agencia estadounidense, de acuerdo a lo que la propia Bullrich anunció. Allí, Tooley caracterizó que Argentina “es clave por la conexión que hay con Europa” pero reconoció que “está por debajo de países como Perú, Venezuela y Colombia” en la problemática del tráfico de drogas.
«Están todas las herramientas para controlar la frontera, aunque faltan recursos humanos y un poco más de tecnología”, dijo también el integrante de la DEA y aseguró que la agencia está «aportando la experiencia y todos los recursos para ayudar a la policía, jueces y fiscales locales».
Tooley y otros funcionarios estadounidenses fueron recibidos por el gobernador Juan Manuel Urtubey y miembros de su gobierno. La ministra de Justicia, Pamela Calleti , aunque negó que la oficina de la DEA ya estuviera funcionando en Salta, sí confirmó “una presencia activa con un programa de trabajo local contra el narcotráfico en la frontera”. “Contamos con el apoyo de la DEA”, dijo.
Los consejos
Pero la DEA no actúa solo en primera persona. También terceriza su política mediante recomendaciones al gobierno, no sólo de políticas a llevar a cabo, sino incluso de nombramientos. Es el caso de los jefes de las principales fuerzas policiales del país: la Bonaerense y la Federal, Pablo Bressi y Néstor Roncaglia respectivamente. Ambos fueron señalados por medios de comunicación y especialistas en el tema como “recomendados de la DEA”.
El control
“El Imperio ha utilizado esta guerra hipócrita para inducir una estrategia militar y geopolítica intervencionista en las zonas ricas de recursos naturales, para el control y saqueo de los mismos. Donde está instalada la DEA y las bases militares de Estados Unidos, crece el narcotráfico, la delincuencia, los gobiernos privatizadores, los sistemas judiciales y policíacos de la narcocorrupción, la riqueza ilegal, las élites millonarias corruptas servibles y funcionales al imperio”, expresó el presidente de Bolivia Evo Morales sobre los objetivos de la DEA en tierras sudamericanas.
Y agregó: “EE.UU. creó, con el problema de las drogas, la excusa mañosa para aplicar una lógica imperialista de control de las fuerzas policiales y las Fuerzas Armadas de la región, para interferir en la administración de los Estados”.
En ese sentido, el ex diputado nacional Carlos Raimundi, enmarcó el vínculo con la DEA en la modificación general de las políticas de seguridad que lleva adelante el gobierno de Cambiemos, en particular la declaración de Emergencia y la ley de Derribos. “Al permitir la injerencia de las fuerzas armadas en temas de seguridad interna y con la ley de derribos, lo que hace es, con la excusa de combatir al narcotráfico, volver a situar al país en la esfera de la DEA», indicó. Y completó: «Está claro que la DEA es un mecanismo de control del ‘patio trasero’, no de combate al narcotráfico. Esto es ingresar en un nuevo eje geopolítico, no es priorizar el combate contra el narcotráfico, porque para combatir el narcotráfico no hay peor cosa que obedecer a la DEA”.
Promover la presencia activa de esta agencia en la Argentina, llegando al punto de proponerle una base de operaciones propia, solo plantea peligros. El narcotráfico es una excusa.
Julia de Titto – @julitadt
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