14 febrero, 2017
Y ahí te vas a comportar
Por Juan Manuel Erazo. En medio de la paritaria docente, el dirigente sindical Roberto Baradel recibió amenazas. Una negociación salarial testigo que no sólo mostrará la relación de fuerza entre el movimiento obrero y el gobierno sino hasta dónde Cambiemos está dispuesto a llegar para disciplinar a las y los trabajadores.

Por Juan Manuel Erazo. En el día de su cumpleaños, el presidente Mauricio Macri le perdonó a su propia familia la deuda de Correo Argentino con el Estado. En total 70.163 millones de pesos que equivalen aproximadamente a 8 millones de salarios mínimos, o 1200 jardines de infantes, o 600 escuelas totalmente equipadas. El mismo gobierno de Cambiemos, tan indulgente con las deudas privadas, le ofrece a los docentes de la provincia de Buenos Aires un aumento del 18 % a abonarse en cuatro cuotas de 4,5%. En total 250 pesos por mes que equivalen a, considerando la inflación del 40%, básicamente nada.
Cambiemos, que todavía cuenta con las fichas que el establishment le confía, necesita lograr dos objetivos claros de cara al 2017. Por un lado, garantizar el apoyo necesario que les permita ganar o tener una elección legislativa digna; por otro lado, lograr el disciplinamiento de la clase trabajadora argentina que cuenta con altos grados de organización gremial en comparación con otras a nivel continental, incluso mundial. Esto último implicaría avanzar en la derrota del adversario de clase, consolidando así un modelo oligárquico en la región. Un objetivo puede entrar en contradicción con el otro, ¿cómo pedirle al electorado su voto después de desmejorar sus condiciones de vida?
En este sentido, en las paritarias docentes se juega una batalla más que importante. Históricamente han sido testigo para la negociación salarial de otros sindicatos que no suelen bajar del porcentaje que se les haya ofrecido a los educadores. Pero a su vez, exigir a los docentes que acepten una oferta mínimamente irrisoria, lleva inevitablemente a un conflicto que ralentizaría el comienzo de clases, generando el enojo de la comunidad educativa y la caída de la imagen del gobierno tanto provincial como nacional.
La paritaria docente conduce a Cambiemos hacia una encrucijada: ¿cómo lograr que los docentes acepten una oferta lo más baja posible sin que entren en conflicto? Y es así como, extrañamente, el secretario general del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), Roberto Baradel, recibió una amenaza que decía explícitamente:
“…Presentá todas las denuncias que quieras, ¿de dónde creés que salen estos correos? ¿Por qué te crees que no investigan tus denuncias? Cuando aparezca alguien de tu familia muerto por un hecho de inseguridad, no le va a importar a nadie cuántas denuncias hayas hecho. Los únicos que te van a creer son los que queremos que te crean, vas a servir de ejemplo para todos los sindicatos. Todavía estás a tiempo de que tus hijos no paguen el precio de tu comportamiento, de no ser el primer ejemplo para los demás. Si no nos tenés miedo, pronto lo vas a tener cuando pierdas a un ser querido, y ahí te vas a comportar…”.
En este mismo contexto, y en el transcurso de menos de diez días, se dieron otros casos de amenazas. Rita Paruolo, miembro de la Multisectorial en Red, quien se encontraba en una campaña de recolección de firmas en solidaridad con Baradel, recibió una llamada telefónica que constó de un silencio y luego una marcha militar. El referente social Luis D’Elia recibió en su celular amenazas de muerte seguidas de un video en el que se observaba un hombre siendo apuñalado en el piso.
¿Es Cambiemos responsable de estas amenazas? Esperemos que no. Pero evidentemente hay grupos que, envalentonados por la coyuntura de avance de los sectores conservadores, no quieren o no les conviene que las paritarias docentes contengan un balance positivo para el sector trabajador. En todo caso, el gobierno debería garantizar la seguridad de referentes sindicales y sociales amenazados, situación por la que no se ha manifestado.
Los principales medios de comunicación poco han hablado de estos sucesos. Al cierre de esta nota, ni Clarín, ni La Nación han desarrollado un mínimo artículo. Por el contrario, en una editorial denominada «La educación en jaque», el diario La Nación se ha encargado de defenestrar la lucha sindical docente: “Frente a estos sistemáticos manejos extorsivos, si Mauricio Macri o Vidal presionan con descontar los días de huelga a los maestros, se los acusa de ser autoritarios, pero nada es más autoritario que cerrar las aulas y mantener al alumnado y a sus padres como rehenes de la disputa”. La culpa siempre, siempre, es del trabajador.
Es así como se activa la maquinaria de disciplinamiento: ofertas salariales bajas con promesas de baja de inflación y amenazas de posibles despidos; intimidación a los referentes sindicales para que den marcha atrás; manipulación y desprestigio mediático; colocar a los trabajadores (padres y/o madres) contra los trabajadores (docentes). ¿Qué puede seguir a esto? ¿Represión en la calle? ¿Más amenazas? ¿Ataques a la integridad física de los trabajadores sindicalizados?
El conflicto es inevitable. El secretario general de ATE Río Negro fue detenido el 9 de febrero junto a otro dirigente de su gremio tras saltar una valla de seguridad custodiada por la Policía provincial. Todos fueron esposados por efectivos policiales en medio de una multitudinaria manifestación social en repudio a la visita de Macri. ¿Cómo no manifestarse si en los territorios patagónicos la suba de la tarifa del gas golpea más que en otros lados al acercarse el otoño?
En este contexto, la CGT convoca a una movilización para el 7 de marzo con promesas de un futuro paro nacional. A esta altura ya debería ser una obviedad. El movimiento de mujeres convoca a un paro internacional para el 8 de marzo. A esta altura ya han demostrado su capacidad de hacer historia.
Ya no hay muchas opciones, se cierran los caminos, el gobierno se encargó de cerrarlos. Las organizaciones sindicales deberán reaccionar, les guste o no. Serán meses de grandes desafíos para el movimiento obrero nacional. Deberá demostrar si está a la altura de frenar el plan de arrasar con las conquistas laborales y sociales logradas, o las mezquindades internas lo carcomen y debilitan. Ya está demostrado, si sos argentino/a y trabajador/a, es posible que Cambiemos te odie.
@JuanchiVasco
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