Mundo Gremial

13 febrero, 2017

Reforma de la ley de ART: «A quien no beneficia, sin ninguna duda, es a los trabajadores»

Entrevista a Matías Cremonte, presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, quien explica que el proyecto de reforma de las ART que actualmente Diputados debate en sesiones extraordinarias en realidad sólo implica beneficios para las empresas y las aseguradoras, pero no para el trabajador ya que se trata de un «sistema muy perverso».

Matías Cremonte, presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, analizó en una entrevista con Radio Sur FM 88.3 la propuesta de reforma de la ley de Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART) que se está discutiendo en sesiones extraordinarias en la Cámara de Diputados. 

– ¿Qué beneficios o desventajas para los trabajadores ofrece el proyecto de modificación de las ley de Aseguradoras de Riesgos de Trabajo?

– Si el objetivo fuera reducir los juicios, como se argumenta, esto apunta a todo lo contrario. La única forma de reducir los juicios es que se reduzca la cantidad de accidentes. Pero hoy al no haber realmente un sistema de prevención de riesgos o que busque evitar las causas de esta situación, va a seguir habiendo accidentes y enfermedades y el sistema va a seguir funcionando tan mal como ahora.

Para que se entienda, en 1995 en Argentina se sancionó una ley de reparación de daños laborales, que es la que está actualmente vigente, y ya fue declarada inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia de la Nación infinidad de veces. Tiene el récord de ser la norma que más veces se declaró inconstitucional. El motivo es que es absolutamente contradictoria con el derecho de los trabajadores a tener una reparación después de los accidentes, a quedar lo más parecido posible a como entraron al trabajo si se accidentan o se enferman. No tiene que haber sólo una comisión médica para evaluarlo sino un juez laboral, alguien que entienda y realmente le dé una solución.

Lo que hace este decreto hace es volver a poner en vigencia aquella ley de 1995 y replantear aquellas comisiones médicas, dándoles más fuerza y vigor. Esa es una de las cosas más graves que se viene planteando.

– Para entender lo que está en juego en este año electoral, en un contexto de discusión paritaria y de tarifazo: ¿Por qué la urgencia del gobierno de discutir esta ley en este momento?

– El derrotero de esta reforma es bastante insólito. Tuvo media sanción un proyecto de ley en el Senado en diciembre, en enero emiten un Decreto de Necesidad y Urgencia cuando había un proyecto de ley en curso y ahora, en el medio del trámite legislativo de aprobación del decreto, convocan a extraordinarias a Diputados para continuar el trámite legislativo de aprobación de aquél proyecto.

Evidentemente hay un apuro -no quiero decir urgencia porque eso nos permitiría pensar que hay razones para un DNU, pero no las hay- del gobierno que en realidad responde a un pedido de las ART. Las ART son empresas privadas con fines de lucro, que tienen el objetivo de ganar más dinero, como cualquier otra empresa. Entonces, para ganar más dinero quieren que el camino de la reparación de los daños en el trabajo sea distinto al actual. Porque las múltiples declaraciones de inconstitucionalidad de la Corte Suprema respecto de la norma vigente hizo que haya mucha conflictividad cuando se le da una indemnización muy baja a un trabajador que reclama.

Para hablar de casos concretos: ¿qué es lo que más comúnmente pasa? ¿Porqué hay tantos juicios laborales? Si un trabajador tiene una  enfermedad derivada del trabajo, un dolor de espalda, una lumbalgia, una hernia de disco o una deficiencia pulmonar -una enfermedad y no directamente un accidente- y va a una ART le van a decir que eso no deriva del trabajo. La única forma que el trabajador tiene de que se le reconozca que deriva del trabajo a través de un juicio. ¿Y porqué la ART le dice que no? Porque las enfermedades que se entiende que derivan del trabajo están en un listado cerrado, que se llama baremo.

Esta es otra de las cosas que el decreto y el proyecto de ley ahora en trámite vuelven a poner en vigencia y a achicar, donde se dice que si tenés una hernia de disco y no está en el listado no hay ningún tipo de reparación. Te obligan a hacer un juicio para que vos puedas demostrar que si trabajás cargando un camión todos los días es probable que la hernia de disco surja de eso. O si trabajás en una fábrica de cemento o de fibra de vidrio los problemas pulmonares que tenés derivan de esa actividad.

Todo el sistema es perverso, pensando solamente en el lucro y no en la salud. Si pensaran en la salud habrían sancionado una ley de prevención de accidentes de trabajo, pero sancionan la reparación, es decir, la forma de reparar lo menos posible y hacer del mercado de trabajo algo aún más beneficioso para los empresarios.

– La Superintendencia de Riegos del Trabajo señala que en 2015 murieron 792 trabajadores. Por eso muchas cuando los trabajadores hablan de mejoras de las condiciones de trabajo se trata de un planteo concreto porque frecuentemente está en peligro su vida.

– Ese es el número de los registrados. Porque el otro tema es que si un trabajador está en negro, como el 35% de los trabajadores de nuestro país, está fuera del sistema de las ART. Y si tiene un accidente la ART no lo registra como accidente porque para ellos no es un trabajador que esté dentro del sistema.

En realidad hay muchos más accidentes y enfermedades. Ya el sólo hecho de no estar registrado, de no tener una ART, te obliga a hacerle un juicio al empleador para que reconozca y repare ese daño. En realidad la litigiosidad tiene que ver con muchos otros factores que están lejos de ser una derivación natural del sistema.

Es cierto que es una gran demanda de los trabajadores el hecho de no estar en riesgo de perder su vida por el sólo hecho de trabajar. Ya bastante pierden dejando gran parte de su vida y su tiempo para otros, así que plantean que además eso no se les lleve la salud o la vida.

– Está claro entonces que esta discusión por la Ley de ART solo el beneficio es para la patronal.

– No hay dudas. A quien no beneficia, sin ninguna duda, es a los trabajadores. Y beneficia a las patronales porque para las patronales es un cálculo matemático: resulta más barato pagarle todos los meses un seguro a una ART que invertir en prevención, en máquinas más seguras, en un sistema más seguro de trabajo, en una rotación, en una jornada que tenga en cuenta cuál es el tipo de tarea que se hace y cuánto tiempo uno puede estar atento a ella.

Y también beneficia a las ART porque, como era el caso de las AFJP (ambas surgieron en el mismo año y en el mismo proceso) el gran negocio no es lo que le cobran a las empresas -aunque cobran mucho dinero ya que el empresario está obligado a tener un seguro de ART-. El gran negocio para esa gran masa de dinero que se llevan cinco o seis grandes bancos o aseguradoras es apostarlo en los mercados financieros. Entonces los multimillonarios dividendos que tienen estas empresas, que están entre las más beneficiadas de las últimas décadas, se dan en la timba financiera, hablando mal y pronto.

¿Entonces qué les va a importar que un trabajador se accidente o no? Lo que les importa es no tener que darle una mayor indemnización y poder seguir invirtiendo en lo que realmente les da dinero. Es muy perverso el sistema.

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