Mundo Gremial

12 febrero, 2017

Sergio Palazzo: «La CGT definió confrontar con el gobierno»

Segunda parte de una entrevista exclusiva con Sergio Palazzo, secretario General de la Asociación Bancaria, uno de los gremios más combativos dentro de la CGT. Un análisis sobre el plan de lucha cegetista, la política de DDHH del gobierno y las perspectivas políticas para el año electoral.

Sergio Palazzo, principal referente de los bancarios y de la Corriente Sindical Federal, tuvo la amabilidad de recibir a Notas en el despacho de la Secretaría General de la Asociación Bancaria. En esta segunda parte de la entrevista, dialogamos sobre el plan de lucha de la Confederación General de los Trabajadores (CGT), la política de derechos humanos del macrismo y las perspectivas hacia las elecciones de  octubre.

– Desde la Corriente Federal se venía planteando hace tiempo la necesidad de un paro general y ahora finalmente la CGT planteó un plan de lucha, aunque extendido en el tiempo. ¿Qué evaluación hacés de esto? ¿Y qué condiciones se tendrían que dar para que se levante el paro?

– Más allá de las características y de los tiempos de la medida, la CGT define una posición que es confrontar con el gobierno. Después, en cuanto a los plazos, algunos querríamos que fuera más pronto y otros querrían que no fuera nunca. Pero me parece que la decisión de fondo de confrontar es lo que nos debe importar. Y se ha tomado. Espero que se siga en esa tónica.

Que una medida como la anunciada se vuelva atrás sería un desengaño fuerte para los trabajadores. Excepto si el gobierno definiera que cada acuerdo que suscribe con la CGT, previa discusión en los ámbitos de la CGT, tenga características de obligatoriedad para las partes. Porque vos no podés firmar una referencia de un bono de 2 mil pesos y después la mayoría de las actividades no lo paga; no podés firmar que no a va a haber despidos y después hay despidos y suspensiones; no podés crear una mesa de diálogo para discutir sobre la industria nacional y la producción y por otro lado el presidente dice que la apertura de importaciones vinieron para quedarse, con las consecuencias que todos sabemos que eso trae.

– En algún momento también dijiste que otro requisito sería el de unas paritarias absolutamente sin techo.

– Todos los gobiernos intentan imponer una pauta mayor o menor para ir en línea con lo que dice el presupuesto. Lo que uno tiene que plantear es si los números que envían en el presupuesto de presumible inflación son los reales o no. Lo que sí es novedoso es que por primera vez un gobierno está dispuesto a no homologar un acuerdo que suscriben las partes.

Claro que deberían ser libres y deberían aceptarse las condiciones acordadas entre sindicatos y sectores empresarios. Esto hoy no sucede y es uno de los puntos centrales de la discusión con el gobierno: paritarias absolutamente libres donde los sectores pueden regular cuáles son sus condiciones de trabajo y cuáles son los montos que se asignan como recomposición salarial.

– ¿Qué opinión te merecen acuerdos como el firmado en petroleros, donde se incorporan elementos de flexibilización laboral y hay pérdida de conquistas con el argumento de evitar despidos?

– Yo sobre los convenios que firman otras organizaciones gremiales hermanas no emito opinión porque cada uno sabe la situación de su sector. Como concepto general lo que puedo decir es que, si lo que el gobierno de Macri pretende es que la negociación de los convenios colectivos sea para la pérdida de derechos como en los 90, se equivoca. Porque está claro eso no significó un crecimiento del empleo sino que implicó una precarización que terminó en desempleo.

– Está clara la perspectiva de que la variable de ajuste para el gobierno tiene que ver con el lado del salario y el poder adquisitivo de los trabajadores. ¿Te parece que esta seguirá siendo la dinámica aún en el año electoral?

– El gobierno tiene la decisión de ir rápidamente a cumplir sus objetivos, que tienen que ver con la caída del costo laboral argentino para mejorar el nivel de rentabilidad de las empresas. Eso es ideológico por parte de ellos y no por casualidad su gabinete está plagado de CEOs que tratan de obtener beneficios para las corporaciones que representan y que los han puesto en ese cargo.

No tengo dudas de que el gobierno va a continuar con esa política en la medida en que no haya una reacción popular. El gobierno por ahora la tiene tranquila porque no hay reacción de la gente en la calle, reclamando por algo que ya a todas luces está siendo perjudicial para la clase trabajadora, para la industria y para las PyMEs. Creo que la única forma en que este gobierno retrocede es cuando la gente está en la calle y se manifiesta o cuando el costo político es muy alto.

– ¿Qué opinás de la línea del gobierno en cuanto a derechos humanos?

-Estoy totalmente en contra de las políticas desarrolladas como ejes centrales en derechos humanos por el gobierno de Macri. Pero no expresan otra cosa que su verdadero pensamiento respecto del tema. Cuando era candidato dijo que los DDHH eran un curro, en un reportaje con una cadena norteamericana días antes del 24 de marzo afirmó de que hubo una guerra sucia, cuando ha sido claramente esclarecido que esto fue terrorismo de Estado. La siguió con lo de los feriados, la continuó avalando el pensamiento de Gómez Centurión y la termina de consolidar con esta propuesta de un defensor de genocidas como Carlos Horacio de Casas para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Me parece que es claramente el pensamiento de Macri y del sector que gobierna respecto de los DDHH. A lo que vinieron fue a terminar con la memoria, con la verdad y, si pueden, también con la justicia.

– El 14 de febrero se cumplen 40 años de la aprobación de la Ley de Entidades Financieras de José Alfredo Martínez de Hoz, que fue claramente un hito en la arquitectura económica de la dictadura. ¿Qué importancia le das a ese aniversario?

-Es un aniversario nefasto porque fue una ley requerida y amañada a las necesidades de los grandes poderes financieros internacionales que ha perdurado en el tiempo, en donde los bancos hacen lo que quieren. Tendría que existir un marco regulatorio más importante sobre esto (en ese camino iba muy bien el proyecto de Carlos Heller).

Lamentablemente, el gobierno anterior no se animó y mucho menos lo va a hacer este. Una Ley de Entidades Financieras como la que se aprobó implicó el cambio de paradigmas en la Argentina, de una economía de producción e industria nacional a una de especulación y servicios. Después, en los 90, esto se acompañó con la adhesión absoluta a las políticas del Consenso de Washington para instalar un modelo neoliberal en la Argentina.

– En algún momento planteaste la necesidad de configurar un gran frente contra las políticas del gobierno. ¿Te parece que en ese eventual armado podrían estar el Frente Renovador o Sergio Massa?

-Yo creo que la Argentina debería recuperar normalidad política, porque la diáspora  en que se convierte la oposición cuando se junta para ganarle al oficialismo termina entrecruzando ideologías. Y creo que hay que definir claramente dos grandes sectores en la Argentina, independientemente del origen de pertenencia partidaria. En uno estarían los que creen en la libertad de mercado como paradigma para resolver los problemas de la gente, en un proyecto económico neoliberal, acompañado por una  determinada política de derechos humanos. En otro, aquellos que estamos en la vereda de enfrente de eso.

Yo creo que ésta es la grieta. Todo el mundo tiene miedo de «la grieta» pero claramente tiene que haber una grieta donde quedemos de un lado los que pensamos que la política de derechos humanos es importante, que las empresas de servicio tienen que quedar en manos del Estado, que hay que priorizar el consumo y que tiene que haber un sistema de paritarias libres. Y que claramente queden establecidos los dos frentes que compitan electoralmente.

En esos frentes la verdad es que las candidaturas importan poco, pero lo que tiene que importar es el programa que tiene que tener el sector nacional y popular para confrontar con el programa económico, político y social actual. Con un programa establecido y con la adhesión a ese programa yo no hablaría de ningún tipo de proscripción, porque se trata de un programa contra otro y tenemos que tratar de imponer un programa con el que lo sectores populares vuelvan a empoderarse y a recuperar la administración del Estado en Argentina.

Pedro Perucca – @PedroP71

Foto: Sebastián Sciutti

 

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