8 febrero, 2017
Angelici y la caja de Pandora
Por Sebastián Tafuro. Dos audios expusieron descarnadamente lo que cualquiera que quiera inmiscuirse en sus diversas actividades sabe: Daniel Angelici, presidente de Boca y principal operador del macrismo en el Poder Judicial, se maneja como un mafioso que hace honor a la célebre frase de Alfredo Yabrán, «el poder es impunidad».
Por Sebastián Tafuro. Dos audios expusieron descarnadamente lo que cualquiera que quiera inmiscuirse en sus diversas actividades sabe: Daniel Angelici, presidente de Boca y principal operador del macrismo en el Poder Judicial, se maneja como un mafioso que hace honor a la tristemente célebre frase del suicidado Alfredo Yabrán, «el poder es impunidad». Sus “pedidos de favores” telefónicos al presidente del Tribunal de Disciplina, Fernando Mitjans y al otrora presidente de la AFA, Luis Segura, dejan en claro no sólo la influencia del mandamás del club de la Ribera, sino un mecanismo que atraviesa a prácticamente toda la dirigencia del fútbol argentino. Esa es la verdadera caja de Pandora que dispara ese “descubrimiento” de Tyc Sports y el Grupo Clarín en el marco de una negociación por los derechos de televisación del deporte más popular del país.
“La hipocresía se vuelve moda” es una frase de una muy linda canción de La Vela Puerca, uno de los grupos uruguayos que trascendió fronteras. Y efectivamente en estos días hemos asistido a descaradas expresiones que colocan el “caso Angelici” como una situación aislada en un mundo impoluto e incorruptible. Nada más lejos de eso. El propio Raúl Gámez, gran perjudicado en aquel repechaje, afirmó que “es cierto que los dirigentes llamamos al Tribunal, para sentir que nos escuchan”, al tiempo que se mostró muy crítico con “este sistema” y abogó por una solución terminal: “Hay que poner una bomba en la AFA y que volemos todos los dirigentes”. Más claro, a echarle agua.
A favor o en contra de las sociedades anónimas, con diversas miradas sobre la distribución del ingreso entre los clubes, con mayor o menor poder real en la mesa de decisiones, la dirigencia del fútbol argentino se encuentra en un estado de putrefacción, sin saber bien cuál es la salida a una crisis que ha puesto en riesgo los principales valores que tiene este deporte: el juego, la pelota, la pasión de los hinchas.
Aún con la clara oscuridad -valga el juego de palabras- que rodea la salida a la luz de estas escuchas en este momento (y tantas otras que asustan si evaluamos de donde vienen), Angelici debería renunciar a sus cargos y asumir la parte que le toca en esta degradación colectiva. Pero eso sin duda alguna no eximirá a sus coterráneos de trabajar para cambiar un sistema que permite esos aprietes y mucho más. Ahora bien, ¿es esta dirigencia la que puede velar por un cambio cuando es ella la que ha convivido con este modelo a lo largo de tantísimos años?
En este momento hay un actor fundamental que trata de plantear una postura distinta frente al negocio y el descalabro de la AFA. Es la Coordinadora de Hinchas, que tuvo su lanzamiento allá por fines de noviembre en el Hotel Bauen y que a partir de nuclear a socios e hinchas de más de una veintena de clubes, se ha manifestado en contra del impulso a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), poniendo sobre la mesa la importancia del rol social de los clubes, de la necesidad que los mismos continúen por el camino de las asociaciones civiles sin fines de lucro. Esta iniciativa, que este sábado tendrá su primer plenario nacional con diferentes mesas temáticas, es un notable acierto en una coyuntura que está marcada por miradas regresivas, donde lo que predomina es el interés de unos pocos en desmedro de una mayoría que acepta a regañadientes bajo la presión del “pan para hoy” sin considerar el inevitable “hambre para mañana”.
En el medio de todo esto, el fútbol. Una Selección Argentina que está en zona de repechaje y con muchas dudas de cara a obtener la clasificación a Rusia 2018, encendiéndole velitas a San Messi para que logre la inspiración permanente que nos deposite en la máxima cita. Un Sub 20 que también tiene en riesgo su lugar en el Mundial de la categoría a disputarse este año en Corea del Sur. Pero no sólo eso, sino que el escaso tiempo de preparación y el fútbol exhibido -aún logrando estar entre los cuatro del continente que irán al país asiático- deberían encender las alarmas sobre las perspectivas futuras de nuestro deporte favorito. Si muchas veces le caemos a la actual generación de jugadores porque desde el exitismo imperante no han ganado nada, ¿qué nos espera respecto a los que vienen detrás?
Se mezclan certezas con horizontes de incógnita. Un campeonato local que no empieza aunque todo indica que sería el 3 de marzo, un contrato que según dictaminó el gobierno nacional debe rescindirse (el lamentable fin del FPT) pero aún con la duda de quién se terminará quedando con los derechos de televisación, la convocatoria a elecciones para el 16 de marzo con la rosca aún intacta y un estatuto que busca modificarse, sin saber a ciencia cierta hasta donde lograran avanzar los adalides de las SAD.
Mientras todo eso pasa (y no pasa), las escuchas. El escándalo Angelici convertido en la peor expresión de un sistema corroído por dentro. Que se necesita cambiar no parece haber ninguna duda. Pero hacia dónde se dirige ese cambio es la discusión de la hora. Y no da lo mismo el lado de la mecha en el que nos encontremos.
@tafurel
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