Fútbol

3 febrero, 2017

El Sub-20 le ganó a Colombia pero sigue sin encontrar su juego

La selección sub-20 le ganó 2 a 1 a Colombia en un partido lleno de emociones y sumó sus primero tres puntos en el hexagonal final que otorga cuatro plazas para el mundial que se realizará en Corea del Sur.

La selección sub-20 le ganó 2 a 1 a Colombia en un partido lleno de emociones y sumó sus primero tres puntos en el hexagonal final que otorga cuatro plazas para el mundial que se realizará en Corea del Sur.

Ni bien arrancó el partido los chicos fueron con todo a sanar la herida que les dejó la derrota con Uruguay. La presión funcionó en la primera jugada del partido. A los 17 segundos, después de las dudas de la defensa colombiana, el Chelo Torres la clavó arriba para romper el marcador. Es el gol más rápido de la selección sub-20 en todos los sudamericanos.

La innovación en defensa por parte de Úbeda fue la aparición de Nicolás Zalazar en el lateral derecho. El central de San Lorenzo tuvo buenas proyecciones, pero no lograba impedir cerrarse y Colombia encaminó sus ataques por ahí en el primer tiempo.

En ataque los dos delanteros intentaron generarse las jugadas solos (Torres pivoteando y Lautaro Martínez gambeteando por demás). La falta de creación se debió en parte a que los dos volantes carrileros (Conechny y Mansilla) terminaban las jugadas como delanteros; y Julián Chicco no pudo hacer pie en la marca, lo cual le hizo redoblar esfuerzos y abandonar la creación.

Colombia esperó y apostó a la contra, a los remates de afuera y a la pelota parada (tuvo un cabezazo de Harold Balanta cuando terminaba el primer tiempo). Los chicos argentinos tuvieron todo controlado en la primera parte pero se diluían en ataque.

https://www.youtube.com/watch?v=go9GFFZvv3E

Así fue como salieron al segundo tiempo y Colombia aprovechó poniendo algo más de ganas y empuje. Después de una pelota parada, Juan Hernández aprovechó la mala salida de Facundo Cambases (remplazó a Macagno) y empató el marcador. Enseguida ingresaron Mansilla y Barco para intentar crear fútbol. Tarde.

Después del ingreso de los volantes, Conechny intentó ser el pivoteador y acompañante de Martínez, aunque pocas veces le salió. Sin embargo, Barco se fue transformando en figura  con el toque simple y la gambeta endiablada que hizo amonestar y expulsar colombianos (a los 79 se fue el recién ingresado Atuesta por un planchazo).

A los colombianos solo les quedaban las pelotas paradas para probar los nervios de Cambeses y alguna contra aislada. El último cuarto de hora fue total dominio argentino. La superpoblación de jugadores en ataque cerró los espacios y hasta Chicco terminó de frente al arco en busca del gol.

Antes del ingreso de Barco, los pibes habían creado solo tres llegadas. Con el enano en cancha la última media hora, duplicaron ese número. No hay dudas que le cambia la cara y los compañeros se sienten más cómodos. Martínez hasta pareció más enganchado en el juego.

Cuando se moría el partido y la selección se complicaba, Ascacíbar mandó un certero pelotazo para Conechny que, dentro del área, invento una finta de papi-fútbol para sacarse un colombiano y asistir a Martínez, para que este solo la empuje. Tres individualidades tenían la llave para abrir el cerrojo cafetero.

La selección dio un paso para adelante hacia el mundial pero sigue perdido en el juego y depende demasiado de los arrestos individuales que lo puedan salvar. El domingo se juega medio boleto contra Ecuador (que perdió 4 a 2 con Venezuela). Quizás Martínez y Barco no se necesiten uno del otro, pero no se puede negar que se extrañan. Y la pelota los extraña a los dos. Juntos y adelantados, para confirmar el pasaje.

Federico Cavalli – @willycavalli

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