31 enero, 2017
Aranguren confirmó aumentos para electricidad entre el 60 y el 148%
El ministro de Energía confirmó el nuevo esquema tarifario y afirmó que aún está lejos de cubrirse el costo de producción real ya que el Estado sigue subsidiando más de la mitad de ese valor. Aseguró que el impacto para el 83% de los hogares no superará los 183 pesos.

El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, confirmó este martes en conferencia de prensa el esquema de subas de la electricidad para usuarios residenciales que comenzará a aplicarse a partir del 1 de febrero. Los aumentos van del 60 al 148%, pero al sumarle los impuestos nacionales, provinciales o municipales pueden ser aún mayores.
Para anunciar el nuevo esquema de aumentos Aranguren encabezó una conferencia de prensa en el microcine del Palacio de Hacienda. Allí explicó que el primero de los dos aumentos anuales contemplados se desdoblará en los meses de febrero y marzo “a fin de contribuir a una menor carga en los bolsillos», teniendo en cuenta el alto consumo eléctrico habitual del mes de febrero por las elevadas temperaturas.
Luego el ministro afirmó que el Gobierno encara una etapa de “normalización del precio mayorista de energía eléctrica” y sostuvo que con esta reconfiguración se garantizará que “se pueda recuperar en la tarifa el costo económico de la generación de energía”. Según Aranguren, incluyendo los nuevos aumentos, lo pagado por los usuarios aún no llega a cubrir ni la mitad de los costos reales de generación y transporte de la energía, mientras que el resto sigue siendo cubierto por subsidios estatales.
Antes de pasar al esquema de aumentos, Aranguren aclaró que el país aún se encuentra en “emergencia eléctrica”, lo que implica “reconocer que teníamos que empezar a resolver un problema que no es sólo de capacidad de generación y transporte, sino de calidad de servicio, y requiere inversiones para normalizar el sector y de la posibilidad de recuperar marcos regulatorios”.
A partir de febrero los hogares que consuman hasta 150 kilowatios al mes del tendrán que pagar un aumento en torno al 60%, los que consumen entre 150 y 300 kw/mes un 77% y quienes gasten entre 300 y 600 kw/mes sufrirán un incremento del 90% en sus faturas. Los pocos usuarios residenciales con consumos mayores tendrán un aumento del 148%.
Según el ministro, el impacto para el 83% de los hogares de Capital y Gran Buenos Aires será el de “una suba máxima de 183 pesos”. Una ecuación difícil de sostener ya que la mayoría de los hogares en esos distritos pertenece al sector que recibirá facturas con 77% de aumento y pagar un máximo de 183 pesos de aumento implicaría que todo ese enorme sector poblacional viene pagando facturas de menos de 240 pesos.
Pero Aranguren, además de reivindicar una tarifa social para aquellos sectores que ganen menos de dos salarios mínimos, planteó un esquema de descuentos: “Quien consuma entre 10% y 20% menos que en 2015, tendrá un descuento de hasta el 50%”. Estrictamente, el descuento de hasta el 50% es sobre el aumento venidero. Sólo podría mantenerse una factura sin incrementos con un ahorro superior al 20%.
El ministro también anunció un aumento en la energía mayorista, entregada por la estatal Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA). El precio del kilowatt para enero se fijó en 320 pesos, mientras que para febrero pasará a 400 y en marzo a 620, lo que implica un aumento del 100%.
La factura que pagan los usuarios se compone por un precio del servicio de generación de la energía (aproximadamente un 27% del total), otro tanto por el precio de transporte (en CABA el servicio está a cargo de Edenor y Edesur) y otro 26% de impuestos municipales, provinciales o nacionales. En las cuentas del ministro de Energía no estuvo contemplado este último rubro, que aumenta en relación directa con la variación de los otros componentes, por lo que los aumentos que recibirán los usuarios en sus facturas serán aún mayores.
Sin embargo, a pesar de que los aumentos anunciados se ubican muy por encima de cualquier esquema de aumentos de precios en cualquier otro rubro, Aranguren se manifestó confiado en que el impacto de estas subas (a las que aún falta sumarle el aumento que luego se anunciará en los costos eléctricos para las empresas) no desquiciará los pronósticos inflacionarios del gobierno para 2017, que según el ministro siguen ubicándose entre un 12 y un 17%.
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