Europa

30 enero, 2017

Ningún culpable a 46 años del «Domingo sangriento» en Irlanda

El 30 de enero es una fecha que ha quedado grabada a fuego en la memoria del pueblo irlandés. Se recuerda uno de los más violentos ataques del ejército británico en Irlanda del Norte durante una manifestación pacífica en la que participaban más de 20 mil personas en la ciudad de Derry.

El 30 de enero es una fecha que ha quedado grabada a fuego en la memoria del pueblo irlandés. Se recuerda uno de los más violentos ataques del ejército británico en Irlanda del Norte durante una manifestación pacífica en la que participaban más de 20 mil personas en la ciudad de Derry.

Hasta la actualidad, Irlanda del Norte –también conocida como Ulster- es un territorio anexionado a la corona británica, que no tiene ningún tipo de soberanía legal. El 6 de diciembre de 1921 se firmó el Tratado Anglo-Irlandés que dio lugar al Estado libre Irlandés -hoy República de Irlanda- pero que sólo abarcó 26 de los 32 condados que forman el país.

El Irish Republican Army (Ejército Republicano de Irlanda) que logró la independencia, comenzó a tener varias facciones entre quienes acordaron con la firma del tratado y quienes consideraron que se debía seguir luchando por la independencia de toda la isla.

En 1968 comenzó en Irlanda del Norte un período de enfrentamiento entre católicos y protestantes -pro británicos- conocido como “Troubles” (Problemas). En ese contexto, una facción del IRA, conocido como IRA Provisional (PIRA), intensificó la lucha armada.

En 1971 el gobierno británico endureció las leyes en todo el territorio del norte de Irlanda e impuso una política de encarcelamiento sin juicio contra cualquier persona que las autoridades sospecharan de pertenecer al movimiento republicano. Esto provocó el encarcelamiento de muchos ciudadanos sin haber pasado por un tribunal, lo que causó una fuerte reacción popular.

El domingo 30 de enero de 1972 la Asociación de Derechos Civiles de Derry convocó una gran manifestación pacífica contra los encarcelamientos sin juicio y las leyes británicas. La ciudad de Derry -denominada oficialmente como condando de Londonderry- se ubica en el extremo noroeste de Irlanda del Norte, sobre la frontera con la República de Irlanda y el río Foyle. Es una ciudad caracterizada por su población católica e independentista.

La movilización comenzó a las dos de la tarde en un barrio republicano hacia el centro de la ciudad. Dos horas después, cuando la movilización ya rebasaba las 20 mil personas, el gobierno había ordenado apostar en el centro de la ciudad a varios batallones de élite del ejército británico, con armas y carros blindados. Los manifestantes desconocían estas maniobras y llevaron su movilización hasta el límite de la barricada donde se encontraban los militares. Algunas piedras fueron arrojadas desde la movilización hacia los soldados británicos, que respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma. Los manifestantes comenzaron a ser arrestados.

Pero luego, los soldados británicos del Primer Batallón de Paracaidistas del Reino Unido comenzaron a disparar ráfagas de metralleta contra la multitud. Fueron 108 ráfagas que se sucedieron durante media hora. Trece personas fueron asesinadas de manera instantánea y otras catorce fueron heridas. Uno de los heridos murió luego de semanas de agonizar.

La masacre del 30 de enero de 1972 provocó el apoyo de gran parte del pueblo a la lucha independentista. El evento fue conocido internacionalmente por la canción “Bloody Sunday” del grupo de rock irlandés U2. Sin embargo, el grupo utilizó la canción indistintamente para hablar sobre acciones del colonialismo británico o del independentismo irlandés.

En efecto, el mismo Bono reconoció que más allá de haber nacido en Irlanda nadie en el grupo era consciente de su condición hasta que vivieron en Estados Unidos. Vale recordar que sólo la mitad de la banda es irlandesa y la otra mitad inglesa, con lo que asociar a U2 con el independentismo irlandés es un juicio erróneo.

Un juicio de casi cuatro décadas

El escándalo internacional de la matanza de Derry llevó al gobierno británico a deslindarse de los actos. El secretario de Estado Británico, Reginald Maudling declaró al día siguiente del ataque que “el ejército regresó el fuego dirigido en su contra con tiros certeros y causaron bajas en aquellos que los atacaban con armas de fuego y bombas”. Ninguno de los miles de participantes del episodio confirmó haber visto manifestantes utilizando armas de fuego ni tampoco ningún soldado británico fue herido.

Durante todos estos años no hubieron condenados por el ataque británico contra el pueblo irlandés. Recién en 2010 se dio a conocer el informe elaborado por el juez Lord Saville (conocido como “Informe Saville”).

Este se realizó durante 12 años, como parte de la comisión de investigación que se creó en el contexto del acuerdo de paz -Acuerdo de Viernes Santo- impulsado por el ex primer ministro británico, Tony Blair, en 1998. La investigación incluyó más de 2500 testimonios y sus conclusiones ocupan más 10 volúmenes. Al ser publicado, los medios británicos destacaron que se trató de la investigación judicial más cara de la historia de Gran Bretaña. El informe concluyó que las muertes ocasionadas por la intervención del ejército británico el 30 de enero de 1972 “son injustificables”.

El entonces primer ministro británico, David Cameron, realizó un pedido de disculpas público. “Lo que ocurrió nunca debería haber ocurrido. El gobierno es el responsable último de la conducta de las fuerzas armadas. En nombre del gobierno y de nuestro país, lo lamento profundamente”, manifestó.

Sin embargo, el Informe Saville rechaza la tesis defendida por los republicanos que identifica a la matanza como resultado de una conspiración del gobierno o del ejército británicos, teoría que fue respaldada por numerosas declaraciones de soldados británicos en el marco de la investigación. De la misma manera, no se pronuncia sobre los procedimientos judiciales que debían llevarse adelante como consecuencia de la investigación. Esta responsabilidad recayó sobre la fiscalía de Irlanda del Norte.

En noviembre de 2015 se anunció la detención de un ex paracaidista de 66 años que había estado implicado en la matanza de civiles irlandeses, el único detenido hasta el momento. Nada más se conoció sobre el caso.

Micaela Ryan – @LaMicaRyan

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