América Latina

25 enero, 2017

Perú: «Micaela Bastidas estuvo silenciada durante siglos»

Notas dialogó con Gony Sosa, integrante del Movimiento Nacional de Mujeres «Todas somos Micaela» de Perú. En esta entrevista detallan cuál es la situación del movimiento feminista y la masividad del #NiUnaMenos en el país.

Notas dialogó con Gony Sosa, integrante del Movimiento Nacional de Mujeres «Todas somos Micaela» de Perú. En esta entrevista detallan cuál es la situación del movimiento feminista y la masividad del #NiUnaMenos en el país.

– ¿Cuál es la situación de las mujeres y del feminismo en Perú?

– Aquí llevamos una agenda de género muy enlazada con la lucha LGTB y por la legalización del aborto. Actualmente existe una ley para casos que denominan de “aborto terapéutico”, pero no está reglamentada y entonces no se aplica. Y pasan otras cosas graves como que dentro del programa de educación de los colegios no se habla sobre cuestiones de género. La iglesia católica está desplegando una fuerte campaña a través del cardenal Juan José Cipriani, su representante en el país. Este hombre le paga a gente para que pongan banderas y carteles en todos los colegios con consignas como: “No te metas con nuestros hijos” y “Abajo la ideología de género”. Incluso están convocando a una marcha contra los derechos de las mujeres. Esta es la situación en la que estamos viviendo.

Pero también ha habido movilizaciones muy importantes de mujeres en las que participamos y siempre estamos presentes. Cuando nosotras hicimos la gran marcha de #NiUnaMenos, se formó una comisión que dialogó con las máximas autoridades del Palacio de Justicia. Allí se trató el tema del aumento de feminicidios y de casos de violencia contra la mujer. Encontramos que los casos estaban en la Justicia pero que los jueces no los caratulan como “feminicidio”. En general, ocultan la violencia hacia las mujeres y le mitigan las penas a los femicidas argumentando que fue una “pelea” entre dos personas y hablan de “asesinato involuntario”.

Desde las Micaelas pensamos que la equidad de género sólo se va a lograr con el cambio social, porque hay que cambiar toda la estructura de la sociedad. Por ejemplo, ahora tenemos una Ley de Identidad, que permite que las personas LGTB puedan cambiar su nombre, elegir su identidad. Pero esta ley no se aplica, las instituciones del Estado no cumplen con la ley. Incluso con órdenes judiciales de por medio, tampoco las acatan.

 – ¿Cómo se dio el #NiUnaMenos en Perú?

– Al igual que en Argentina, aquí también fue una cuestión masiva. No solamente en Lima, sino a nivel nacional. Pero después de esa marcha se conocieron casos de violencia de género muy agresivos. Lo que hace mucha falta es hacer campañas dirigidas a las mujeres, que expliquen qué es la violencia de género, qué es la violencia familiar porque está enraizada en la sociedad, parece que es parte de la tradición, una costumbre más. Entonces sucede que la mayoría de las mujeres se sienten culpables del maltrato de los hombres, sienten que es su responsabilidad.

Para el 25 de noviembre hicimos una campaña de salud sexual con psicólogos, sociólogos, desde la organización en Huancayo. Ese tipo de campañas debemos masificarlas porque en todas las regiones del país la violencia de género es muy fuerte.

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 – ¿Hubo algún cambio de políticas públicas en materia de género desde la asunción del nuevo gobierno de Pedro Pablo Kuczynski?

– Definitivamente, no hay ningún cambio. Es el mismo modelo neoliberal, con el agravante ahora de que la izquierda tuvo que votar por él para evitar que gane Keiko Fujimori. Pero el Congreso está dominado por el fujimorismo, tienen más de 70 votos. Son ellos quienes determinan las leyes, quienes nombran al Defensor del Pueblo, al directorio del Banco Nacional de Reservas. Han nombrado funcionarios que tienen denuncias por malversación de fondos.

Ustedes saben que durante el tiempo de Fujimori se dieron las esterilizaciones forzadas, y eso se convirtió en una gran causa. Hasta el día de hoy no se ha resulto, no hay ni un culpable. Han pasado varios gobierno, y nada ha pasado. Menos se va a tratar ahora porque el fujimorismo tiene la mayoría. Hasta el APRA es un aliado del fujimorismo para no avanzar en esta causa. Hay un negociado por detrás, tienen todos cosas que esconder.

Tampoco han avanzado las leyes. Se hablaba de una ley contra la violencia de género, cuando estuvo Aída García Naranjo (ministra de la Mujer durante el gobierno de Ollanta Humala), se adelantó algo, pero ya todo eso quedó en la nada. La gente sale a la calle y lo hace visible recordando las esterilizaciones, lo que es la violencia de género. Pero en materia legal no hay nada de nada.

 – ¿Cómo repercute en las mujeres el avance de la militarización del territorio en Perú?

– Ahorita hay más de 20 bases de Estados Unidos en Perú. Y eso no es de este gobierno, vienen de los gobiernos anteriores. Nosotras creemos que el territorio peruano es estratégico para controlar al Ecuador y fortalecer el proceso de militarización en Colombia, pero que el objetivo último es entrar a Venezuela. La cuestión de la militarización está encubierta bajo la fachada de la “lucha contra el narcotráfico”, y Estados Unidos aparece como un “aliado” en esa cruzada. Así lo presentan los medios de comunicación y así la gente lo acepta. Pero la instalación de bases en la selva tiene como fin la parcelación de la tierra. Los indígenas son quienes están denunciando un avance sobre sus territorios desde las bases militares norteamericanas. Esto tiene que ver con un interés por el agua.

 – ¿Por qué el nombre de la organización?

– Hace siete años nos juntamos un grupo de mujeres que proveníamos de diferentes actividades. Algunas eran profesionales, otras vendedoras ambulantes, otras dirigentes barriales, de vaso de leche y comedores, de partidos. Analizamos el papel de la mujer y nos preguntábamos: ¿por qué no podemos tener una organización propia, de nosotras? Veíamos que las mujeres cuando participan, aquí en Perú, no son de animarse a hablar, de participar activamente. Tomamos el nombre de Micaela Bastidas porque creemos que fue quien estuvo silenciada durante siglos. Entre nosotras descubríamos que muy pocas sabíamos quién fue Micaela Bastidas, más allá de lo que se sabía del colegio: que fue la compañera de Tupac Amaru, que acompañó la rebelión, y ahí queda. Nos dimos cuenta que teníamos que estudiar y profundizar sobre el papel de Micaela Bastidas.

En noviembre de 2009 decidimos llamarnos “Todas somos Micaela”. En este país pasa que ante un problema la mujer es siempre la que se hace presente, y defiende. Tiene ese espíritu de ser contestadora, de enfrentarse, aún sin medir el peligro. Entonces entendimos que todas llevamos una Micaela dentro y así fue que nació nuestra organización.

Producción: Leticia Garziglia, desde Lima – @letigarziglia

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