24 enero, 2017
El cierre de importaciones de EE.UU. amarga a los productores citrícolas
Como parte de las medidas proteccionistas que comenzó a aplicar Trump, EE.UU. postergó por 60 días la apertura de su mercado a los limones argentinos. Preocupación por un negocio que se esperaba que generara más de 50 millones de dólares. Pero la del limón no sería la única amargura, Dudas sobre la exportación de carnes, biodiesel y frutales.
Hace apenas un mes fue tapa de todos los diarios la noticia de que Estados Unidos había vuelto a abrir sus mercados para el limón de nuestro país, uno de los mayores productores del cítrico a nivel mundial. Sin embargo, apenas asumido, Donald Trump decidió suspender el ingreso de limones argentinos por 60 días. Instantáneamente, todas las esperanzas de continuidad no traumática respecto de los acuerdos económicos establecidos con la administración de su predecesor, comenzaron a tambalear.
El pasado 21 de diciembre el mismo presidente Mauricio Macri sostuvo que la reapertura de las exportaciones de limones a los EE.UU., objetivo por el que se venía luchando hace 15 años, era una demostración de “la seriedad y la confianza que podemos generar”. También agradecía la ayuda del embajador norteamericano para el logro: “Batallamos y tuvimos un amigo en el embajador Noah para ayudarnos”. En una charla directa con entre Macri y Trump, éste también le aseguró que la relación bilateral iba a ser «la más cercana de la historia».
Aún siendo inminente el cambio de administración, incluso con los innumerables avisos que había dado el republicano Donald Trump acerca de sus intenciones de proteger al mercado estadounidense, los funcionarios argentinos mantenían su optimismo. Horas antes de la asunción de Trump el embajador argentino en Washington, Martín Lousteau, seguía sosteniendo: “Yo estoy convencido que no hay un impacto directo para la Argentina. Sí indirecto, en la medida que sus políticas afecten la economía del mundo: si hay menos comercio, si bajan el precio de los commodities, si sube la tasa de interés y el dólar se fortalece”. Lo mismo planteaba el ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, quien sostenía que “nada cambiaría” con el arribo del republicano.
Pero el impacto no fue indirecto sino inmediatamente directo. La decisión de la Casa Blanca, dispuesta por el Servicio de Inspección Sanitaria Animal y Vegetal (APHIS, por sus siglas en inglés) y comunicada este lunes a través del Departamento de Agricultura, fue suspender por 60 días la importación de limones argentinos.
Argentina es el mayor productor mundial de limones frescos con más de 1,5 millones de toneladas anuales (el 80% de lo cual se produce en Tucumán). El limón argentino no ingresaba libremente a EE.UU. desde que en el año 2001 el lobby de productores californianos logró que la APHIS considerara que el cítrico argentino no cumplía con los requisitos sanitarios. Sí se mantenía la exportación de jugo de limón, que en 2016 alcanzó los 57 millones de dólares, según informes de la consultora Abeceb.
El acuerdo de exportación anunciado con bombos y platillos por los funcionarios argentinos implicaba la posibilidad de exportar unas 20 mil toneladas de limones frescos, con un valor total aproximado de 50 millones de dólares, además de una ampliación de otros 20 millones en jugo de limón. El primer embarque de limones hacia Estados Unidos estaba previsto para este miércoles y los productores citrícolas tucumanos prepararon unas 10 mil hectáreas para estas exportaciones, en un programa progresivo de tres años. Las acciones de la mayor compañía citrícola tucumana cayeron 6,7% luego del anuncio.
Aunque Buryaile y otros funcionarios trataron de bajar los decibeles de la mala noticia, explicando que es lógico que toda administración que llega quiera revisar los convenios de importación y anticipando que pasados los 60 días dispuestos se retomará el acuerdo previo sin mayores inconvenientes, lo cierto es que ésta no es la posición mayoritaria entre productores y exportadores.
Muchos exportadores entienden la traducción práctica del slogan “Make America Great Again” implicará un cierre efectivo de los mercados estadounidenses para todos los productos argentinos. Jorge Argüello, ex representante permanente de la Argentina ante las Naciones Unidas, consideró que “las medidas que está dejando trascender el presidente de los EE.UU. no son propicias para la Argentina”. “Deberíamos estar más cautos que esperanzados”, concluyó.
Según declaraciones a la web iProfesionales, Marcelo Elizondo, ex director de Fundación ExportAr, planteó que a partir de este gesto inicial del gobierno de Trump “será difícil imaginar un ingreso libre de los cítricos nacionales”. Y agregó: “Esta suspensión por 60 días seguramente esté seguida por un pedido de la administración Trump de renegociar los términos del acuerdo. Podrán exigir un sistema de cuotas u otras medidas. Lo que es seguro es que las condiciones para exportar serán más duras”.
Así, la amarga noticia sobre los limones podría no ser el último anuncio de restricciones para las posibles exportaciones nacionales. Hace algunas semanas se anunció también con gran entusiasmo un acuerdo para ampliar la exportación de carnes al mercado estadounidense, con cuotas de hasta 20 mil toneladas anuales. Pero la administración demócrata abandonó el poder antes de cumplimentar todos los pasos burocráticos para poner en marcha la medida. Ahora reina la incertidumbre.
El biodiesel también alzó las banderas de alerta, ya que en la actualidad, según Ecolatina, el 90% de esta producción derivada de la soja se envía a los Estados Unidos (las exportaciones representaron más de mil millones de dólares en 2016). Además, hasta fines del año pasado no se había renovado el llamado “blender’s credit”, un incentivo fiscal para las proveedoras de combustibles biodiesel.
Por último, diversas economías regionales estarían en riesgo en caso de concretarse un cierre de mercados en EE.UU. Entre los sectores más afectados se encuentran los exportadores de arándanos, té, miel y otros productores frutícolas.
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