América Latina

12 enero, 2017

Buen Abad: “No hay fin de ciclo, podemos dar un salto superador”

El intelectual mexicano Fernando Buen Abad, es licenciado en Ciencias de la Comunicación, master en Filosofía Política y doctor en Filosofía. En esta entrevista realiza un balance de la situación de las fuerzas sociales en América Latina ante los cambios de gobierno.

El intelectual mexicano Fernando Buen Abad, es licenciado en Ciencias de la Comunicación, master en Filosofía Política y doctor en Filosofía. Además es impulsor del Centro Universitario para la Información y la Comunicación Sean MacBride de la Universidad Nacional de Lanús. En esta entrevista realiza un balance de la situación de las fuerzas sociales en América Latina ante los cambios de gobierno.

– Tras el fin de algunos gobiernos progresistas, en el último año, se instaló la idea de que hay un cambio de etapa en América Latina ¿Esto es así?

– El concepto de fin de ciclo a mi no me acaba de satisfacer. Reconozco que en algunos lugares hay, como decía Rafael Correa, desaceleración de cosas. Pero si uno estudió dialéctica alguna vez en su vida, sabe que ningún acontecimiento está separado del conjunto de acontecimientos. Ahí donde hay desaceleración, hay también otro conjunto de cosas que se aceleraron y en este caso hay también un conjunto de cosas que incrementaron su capacidad de daño.

Por ejemplo, sobre Venezuela hoy cualquiera dice, “es que Nicolás ya no es Chávez”, no es lo mismo. En esa simplificación se elimina el hecho de que, como nunca, se han triplicado las apuesta golpistas; que ahora se han infiltrado como nunca, paramilitares en toda Venezuela; que el país ha sido golpeado por la baja del precio del petróleo de manera muy dramática: antes recibían mil por mes por la exportación de petróleo y en estos dos años recibieron cien. Eso complica a quién sea, se llame Chávez o Maduro. Esto ha conducido al propio gobierno de Nicolás Maduro a hacer una autocrítica, ha reconocido públicamente que fueron un país, durante toda su historia, comprador y comprador de cosas, y no fueron capaces de empezar a producir lo que necesitan para vivir.

– ¿Hay avances en ese sentido?

– Ahora hay una dinámica de recambio que tampoco se está viendo brillar como tiene que brillar. Por el acoso mediático que se ha vuelto terrible. En este años, se han desembozado personajes que nunca vimos en posiciones tan desnudas, como lo fue Luis Almagro en la OEA, con unas reacciones y un activismo que violenta todo principio de no injerencia en los países.

Vemos también un avance de la derecha, como por ejemplo en Argentina, dónde vale la pena preguntarse si es que la derecha avanzó o es que dejamos de hacer y dejamos huecos que no debimos haber dejado nunca. En política se sabe, todo lo que no hagas, vendrá a hacerlo otro para ocupar el terreno, porque hay una disputa permanente metro a metro.

En Venezuela hace un año, que la derecha ganó la Asamblea a Nacional. Por suerte la división de poderes no le permite, a partir del control de la Asamblea, tener consecuencias en toda la estructura como ellos hubieran querido. Pero ha demandado un gran esfuerzo neutralizarlos.

Eso hace que el proyecto de integración y de alianza regional se haya ralentizado muchísimo. Los problemas que ha tenido Evo Morales, al interior de Bolivia, pasan por la peor ofensiva que nunca se ha visto, igual pasa con Ecuador.

La ofensiva de la derecha no ha cesado ni va a cesar. El plan preveía que vaya ganando fuerza la Alianza del Pacífico. Aquí habrá que ver, como se reconfigura esto, a partir de la asunción de Donald Trump.

De todas maneras si lo medimos hasta hoy lo que podemos ver en la región es que hay un avance de la derecha íntimamente vinculado con el avance de la derecha en Estados Unidos, de la facción nazi, pro fascista, quién ha vuelto los ojos sobre el continente para una arremetida que en esta etapa está marcando dos o tres síntomas fuertes.

– ¿Cuales son?

– Uno es el de la propia debilidad de Estados Unidos. Se esta librando una especie de guerra en el sudeste asiático, muy fuerte entre Estados Unidos y China, muy ensordecida, y eso es razón de todas las razones para que en América Latina las tensiones estén como están. Ya no puedes sacar del análisis de la región a China en casi ninguno de los países. Ni lo que en China está pasando. Tampoco puedes sacar a Rusia en el análisis del continente.

Es sintomático, que en la región ya no se pude alegremente, ni los yanquis siquiera, tomar decisiones en territorios en los que está presente la influencia china, como Brasil o Argentina, ni mucho menos en Cuba, Nicaragua, Bolivia o Venezuela. Incluso en Brasil, aún en la situación actual, el componente chino de la economía brasileña, esta determinando el paisaje de muchas formas.

No es el paisaje que a mi más me hubiera gustado pero es el paisaje de una contienda, que se ha ido globalizando, que ha cobrado esta complejidad en el escenario.

– Parte de lo que ha pasado, es que los gobiernos menos radicales, o más progresistas en el mal sentido de la palabra, por ejemplo los de Brasil y Argentina, fueron derrotados y los que tomaron medidas mas radicales son los que se sostienen. Es una refutación del posibilismo y el pragmatismo.

– Eso está pasando. No se tomaron decisiones como se debieron haber tomado en muchas cosas. Y el costo es que te van a tomar el territorio que dejaste.

Si tu analizas el malestar continental respecto al nuevo paisaje, hay mucho mas caudal de malestares que están buscando como expresarse. Hoy el malestar está por encima de los líderes, en todo el continente.

Hay descontento en Venezuela, que yo creo que los líderes no están siendo capaces de avanzar al ritmo de esa fuerza. En Argentina me parece mas que claro. Hay un clamor, una necesidad de salir adelante, de cara a la situación y me parece que hay un quietismo en los liderazgos, incluso el de Cristina respecto a lo que la gente está demandando que se haga.

Acá hay una movida que se puede volver muy explosiva y no está encontrando dirección. Si no son capaces de encontrar salidas que profundicen la dirección política por izquierda, se les va a ir de las manos. Me parece que la clave hoy es que hay un caudal enorme de malestares que no está encontrando dirección. La crisis de dirección política se esta expresando con mucha claridad.

– ¿Hay un retroceso pero no es un fin de ciclo?

– Yo no creo que haya un fin de ciclo, todo lo contrario creo que se ha abierto una nueva oportunidad, para dar un salto superador en muchas cosas; que se han desembozado muchos espejismos. Quiénes se han llamado progresistas y que aparecieron como adalides se han caído uno tras otro, se han desnudado. Y ahora tenemos una oportunidad magnífica, de recuperar la experiencia de estos años y de plantear una salida de unidad y de organización, con mucha mas claridad que hace unos años.

Marina Pérez Damil – @marinadamil y Pablo Gandolfo

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas