América Latina

11 enero, 2017

Ecuador en campaña

El 18 de febrero habrá una nueva elección presidencial en Ecuador. La campaña está en marcha y las distintas estrategias se ponen en juego. Oficialismo y oposición disputan la idea del «cambio».

El 18 de febrero habrá una nueva elección presidencial en Ecuador. La campaña está en marcha y las distintas estrategias se ponen en juego.

Según la última encuesta de CEDATOS realizada en diciembre, el candidato oficialista de la Revolución Ciudadana, Lenin Moreno, encabeza la disputa electoral con un apoyo del 35,6% de los electores. En segundo lugar se encuentra el ex-banquero Guillermo Lasso con el 22,3% y en tercer lugar la candidata social-cristiana Cynthia Viteri. Dos datos relevantes: el 47% de los electores aún no habría decidido su votos; los sondeos electorales no mostraron cambios significativos desde que se lanzó la candidatura de Moreno en octubre.

«Vamos Ecuador a avanzar con Lenin»

La encuesta de CEDATOS de octubre de 2016 determinaba que el 41% de la ciudadanía aprueba la gestión del actual presidente Rafael Correa y sólo el 32% «cree en la palabra» del presidente. Atentos a este dato, desde el oficialismo han formulado una campaña inteligente buscando desactivar los sistemáticos ataques que recibe el gobierno por parte de la oposición y los principales medios de comunicación. Una campaña en la que el «cambio» y el «futuro» no sean banderas que se enfrenten a un gobierno que está hace 10 años, sino que se complementen.

Es así que Lenin Moreno comenzó su carrera electoral junto a niños y adultos mayores impulsando las la Misión Ternura y la propuesta del programa Mis mejores años. Claramente un símbolo por intentar mostrar los cambios que aún están pendientes en el camino de la Revolución Ciudadana iniciada en 2006.

En su campaña se da cuenta de un discurso que da la batalla de ideas en torno al futuro del país y una estética que permite sensibilizar en torno a los pasos adelante que hay que realizar.

La conquista de la justicia, la paz, la evolución o la tolerancia se presentan como objetivos que aún no están dados y que dan la razón para que la ciudadanía se comprometa en apoyar su candidatura.

La oposición entre la denuncia y el «cambio»

Por parte de la oposición su campaña se centra en las acusaciones y denuncias. Se acusó a Moreno por presuntamente cobrar 10 mil dólares por dictar charlas y talleres motivacionales para entidades públicas. El candidato oficialista tuvo que responder que se trata de una campaña sucia pues, no cobró un peso sino una fundación que organizó dichas actividades.

Los ataques también se centran en supuestos casos de corrupción que vinculan al candidato a vice-presidente, Jorge Glas, con las coimas de la empresa brasileña Odebrecht. La respuesta fue la convocatoria a una investigación para mostrar transparencia y lucha contra la corrupción.

Los planes de Viteri de créditos hipotecarios masivos o de Lasso de crear un millón de empleos, junto con las propuestas de liberalización de la economía, se conjugan con dos elementos centrales: las denuncias sobre corrupción y prometer sacar a Ecuador del bloque regional del ALBA. «El cambio positivo», que es el slogan de Cynthia Viteri o el «vamos por el cambio», de Lasso disputan con el propio oficialismo que también se apropia de la idea de «un cambio verdadero».

No confrontar, el desafío de la revolución

El dato más distintivo en el plano del debate electoral se da en un aspecto que diferenciaría a Moreno de Correa . Palabras como «dialogar» y «concertar» o frases como «no queremos la sociedad del combate» son una constante del candidato de Alianza País. Su campaña convoca a dignificar la política y a centrarla en el honor y no en los ataques. «La unidad es nuestra victoria», es una de las consignas que cierra uno de sus spots. Esa unidad no aparece como una delimitación partidaria sino como la condición de posibilidad para pensar el futuro de Ecuador.

En una reciente entrevista en el canal Teleamazonas esta diferenciación quedó clara. «En el nuevo mandato de la Revolución Ciudadana el estilo será totalmente diferente. Será un estilo de conversar, atraer, tolerar, respetarnos y entendernos para sacar adelante al país», declaró Moreno. Y resaltó: «Yo marcaré mi estilo».

Hace meses que Guillermo Lasso convocó a Moreno a debatir mano a mano. Sin dudas, desde la oposición buscan una polarización que confronte directamente con el oficialismo saldando sus divisiones internas y focalizando en la figura de Correa. Moreno desactivó esa provocación convocando a un conversatorio con todos los candidatos, mostrando pluralidad y evitando entrar en el palo a palo que propone la oposición.

La campaña durara hasta el 16 de febrero y el 18 más de 12 millones de ecuatorianos y ecuatorianas tendrán con su voto el poder de decidir qué propuesta de cambio desean para su país. El camino parece abierto pero las coordenadas de la disputa electoral están marcadas.

Lucas Villasenin – @villaseninl

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