30 diciembre, 2016
Córdoba: despidos y persecución sindical en escuelas privadas
El cierre del ciclo escolar en Córdoba se ha visto afectado por un clima gremial conflictivo, debido a la negativa del Gobierno a reabrir las paritarias y al sostenimiento, también por parte del Ejecutivo Provincial, de una reforma jubilatoria de corte netamente regresivo. En los últimos días se suscitaron dos hechos particulares que implicaron un avasallamiento de más derechos laborales y sindicales de la docencia.

Por una parte, sin mediar ningún tipo de medida preventiva, el Instituto Emilio Lamarca fue cerrado por su titular, al no recibir la autorización oficial para proseguir en 2017 con su propuesta educativa. El saldo fue de 70 docentes despojados de sus cargos y de sus horas. Por otra parte, en la Escuela Dante Alighieri, otro establecimiento privado de la ciudad, se despidió a una maestra semanas después de que expresara su voluntad de ser delegada gremial, en lo que se sospecha un claro caso de persecución sindical.
En ambos conflictos, los docentes perjudicados no se resignan y se disponen a agotar las vías sindicales y judiciales necesarias para la defensa de sus puestos de trabajo.
Por el trabajo y por la escuela
A mediados de este mes, a través de un matutino local, los docentes del colegio Lamarca se enteraron de que existían riesgos ciertos de que la escuela no abriera sus puertas durante el próximo ciclo escolar. Por ese motivo, desarrollaron un proceso de organización y de demandas colectivas, convencidos de que “los docentes tenemos los mismos derechos en el sistema educativo; no puede haber distinción entre públicos y privados”, como señaló uno de los damnificados.
Entre otras medidas, el 26 de diciembre pasado, junto a la comunidad educativa de la escuela y acompañados por representantes sindicales y autoridades de la Dirección de Institutos Privados de Enseñanza (DIPE), se dieron cita en el establecimiento para realizar una acción gremial a fin de que se les abonaran los sueldos atrasados y se les garantizara la continuidad de sus puestos de trabajo. Se encontraron con que las cerraduras del edificio habían sido modificadas para impedir su ingreso. Esto, lejos de minar sus fuerzas los aglutinó aún más.
En ese sentido, otra de las docentes, Flavia Campos, reclamó que “el Estado no puede dejar la Educación en manos de pseudoempresarios sin siquiera controlarlos como se debe”. Carlos Forno es el dueño de la escuela y principal responsable de la deficiente administración que ha llevado al desguace de la institución y a que la DIPE le niegue la autorización para 2017. Lo curioso es que, según señalan los docentes afectados, Forno también gestiona otro establecimiento privado, que sí está autorizado por los organismos oficiales.
Con todo, el cuerpo docente se mantiene cohesionado y demanda que el Ministerio de Educación provincial arbitre los medios para que ese proyecto pedagógico continúe en 2017, con una nueva gestión auspiciada por el mismo Estado, en caso de que no sea posible la estatización del centro educativo. No desechan, eventualmente, ser reubicados en otras escuelas del sistema, porque como expresó otro de los docentes afectados, Fabrizio Li Gambi,“la voluntad para que los docentes podamos seguir trabajando debe ser política. La forma se verá”.
Si tocan a una…
También en la ciudad de Córdoba, y en plena semana de festejos de fin de año, Fernanda Zamora, maestra de grado de la Escuela Dante Alighieri, fue notificada de su despedido a través de una escueta carta documento en la que no se expresa justificación ni causa alguna. Las explicaciones se encuentran, en realidad, en una serie de acontecimientos que datan de octubre pasado, mes en el cual debían realizarse las elecciones de delegados escolares de base.
En ese momento, la docente hizo explícita su voluntad de presentarse como candidata, coherente con los posicionamientos que había manifestado en favor de que la patronal respetara las medidas gremiales que se plantearon durante el año. Como no cumplía con uno de los requisitos que establece la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC), no pudo presentarse como candidata a representante gremial, pero quedó “marcada” por la patronal como una trabajadora conflictiva, solo por estar dispuesta a defender los procesos organizativos y los derechos de sus compañeras de trabajo.
Desde entonces, Zamora comenzó a sufrir distintos tipos de presiones, controles extraordinarios y amenazas en su ámbito laboral. “Me recordaban que yo soy ‘la que llena la olla en mi casa’”, afirmó a Notas. Por ello, los delegados del nivel medio alertaron a la conducción de UEPC sobre esta situación y sobre los riesgos que corría su compañera. La alarma fue desoída y las consecuencias están a la vista. En la jornada de hoy, distintas agrupaciones docentes acompañaron a Fernanda Zamora al sindicato para demandar por una defensa efectiva de su puesto de trabajo. La maestra aspira a que “UEPC se pronuncie en contra del despido y como órgano lleve adelante la cuestión gremial en pos de la reincorporación efectiva”.
Pablo Perón, desde Córdoba – @peroncba
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