Géneros

29 diciembre, 2016

Ni Una Menos: “El feminismo cataliza una respuesta antineoliberal»

En esta segunda parte de la entrevista con Florencia Alcaraz y Florencia Minici, las integrantes de Ni Una Menos se sitúan en la Argentina de 2016. El gobierno de Macri, una feminista al frente del Consejo Nacional de las Mujeres y el contexto regional. El paro de mujeres de octubre y su impacto social.

En esta segunda parte de la entrevista con Florencia Alcaraz y Florencia Minici, las integrantes de Ni Una Menos se sitúan en la Argentina de 2016. El gobierno de Macri, una feminista al frente del Consejo Nacional de las Mujeres y el contexto regional. El paro de mujeres de octubre y su impacto social.

El año de las mujeres

Alcaraz remarcó dos conquistas “claves” de este 2016: la liberación de Belén y de Reina Maraz. “A Belén la liberó el feminismo haciendo campaña, en redes sociales, con marchas en todo el país”, sostuvo y recordó que en el primer Ni Una Menos en 2015, Belén estaba presa. “A fines de abril nos enteramos de su existencia cuando Soledad Deza agarra la causa. Y cuatro meses más tarde la liberan”, repasó. Existe, para la periodista, una “potencia política liberadora” y el feminismo tiene que ser capaz de ver “todo lo que somos capaces de hacer”.

“En la calle e internet”, agregó. Es que el feminismo en los últimos años logró no solo crecer en capacidad de movilización y convertirse en un actor de masas, sino que consiguió articular una fuerte intervención en redes sociales. “Y ese es el terreno de la derecha”, sumó Minici.

Este año fue también el del primer paro de mujeres, que cobró un impacto impensado nacional e internacionalmente y además sacudió a los sectores del pueblo organizados, principalmente al movimiento obrero. “Disputó sentidos hegemónicos y habilitó a las mujeres debatir un montón de cosas al interior de sus propias organizaciones”, reflexionó Alcaraz, “tanto a nivel simbólico como concreto”. “Ahora hay muchos más sindicatos que tienen licencia por violencia de género y universidades que tienen protocolos para actuar en casos de violencia machista, entre otras cosas, y eso es producto de las movilizaciones”, añadió.

Ambas coincidieron en que además del acontecimiento político que fue el paro de mujeres, el mayor logro es que se generó “un saldo organizativo feminista en un montón de lugares”.

Bárbara Leiva
Bárbara Leiva

La sororidad y una feminista en la Rosada

Desde el feminismo se habla mucho de la “sororidad” para describir la hermandad entre mujeres, la solidaridad, el apoyo mutuo. El verse como cómplices y no como enemigas. Sin duda es un concepto potente. Pero también tiene riesgos cuando se lo aplica bajo cualquier circunstancia. Minici y Alcaraz llamaron la atención sobre este punto y alertaron sobre los peligros que tiene usar al feminismo como excusa para tapar debates políticos y ocultar el conflicto.

Particularmente, se refirieron a la designación de Fabiana Túñez en el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM). Un organismo desjerarquizado y que durante los gobiernos kirchneristas fue foco de crítica y denuncia del movimiento de mujeres. A esa dependencia estatal estaban dirigidos muchos de los reclamos del 3 de junio de 2015. Macri fue hábil. Nombró al frente del CNM a la titular de La Casa del Encuentro, una ONG que trabaja temas de violencia de género hace más de una década y que creó el Observatorio de Femicidios Marisel Zambrano cuando las estadísticas de femicidios no se encontraban en ningún registro oficial.

Ambas criticaron el rol de Túñez en el Consejo. Aunque la funcionaria dijo que ya cumplió con los cinco puntos que reclama Ni Una Menos, y creó el famoso Plan Nacional para erradicar la violencia de género, Alcaraz afirmó que estos reclamos “no se cumplieron”. “El presupuesto para el Plan creemos que no es suficiente, aunque se logró aumentar después del Paro. El cálculo es de 5,80$ por mujer. Otro de los temas que reclamábamos eran pulseras electrónicas para los agresores, en vez del botón de pánico que tiene la mujer. Hoy funciona solo en algunas provincias y como prueba piloto”, explicó.

Además, dijo que la demanda de aplicación de la Educación Sexual Integral en todo el país lejos está de cumplirse porque el programa está desfinanciado y desjerarquizado. “El patrocinio jurídico gratuito para víctimas que es ley desde noviembre no se puso en marcha. Y eso no es muy complejo de realizar”, agregó.

“No quiero ser apocalíptica pero lo que estamos viviendo no es un Estado con mayor inversión en políticas públicas, sino de vaciamiento, recorte de presupuesto, etc.”, añadió Minici.

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Micaela Ryan

“Sí es una situación apocalíptica”, retrucó Alcaraz, “sólo confiamos en nosotras”. La periodista contó que por las redes sociales cientos de mujeres contactan a Ni Una Menos por casos de violencia. “Nosotras veníamos derivando todo al 144 [la línea telefónica del CNM] y ahora no lo podemos hacer más. Caemos en una trampa. Da ocupado, no atienden, etc.”, explicó.

“Necesitamos desmarcarnos de esa tradición sorora del feminismo que niega el debate político. Eso llevó a Túñez al Consejo Nacional de la Mujer y a Vidal a la Provincia de Buenos Aires”, cuestionó Minici, argumentando que si bien muchos factores influyeron en el triunfo bonaerense del PRO, “el ascenso continuo de esa figura no se explica sin el Ni Una Menos”. “Vidal es de nuestra generación también. Tiene 37 años y es una hija del 2001”, planteó.

“Esta nueva generación de feministas, hijas del 2001, no puede permitirse después de todo lo que hemos atravesado ser acríticas y despolitizar nuestras luchas. Entonces si vamos a discutir con feministas tenemos que discutir también con las políticas que sostienen. Si no, te comés la curva”, agregó.

“Eso es ética feminista”, sumó Alcaraz, “no podemos pensar que por ser mujer o feminista no se equivoca. Es como una discriminación positiva para mal”. “Y despolitizante”, apuntó Minici. “Se presentan como querellantes en el caso Cordera y no dicen nada sobre Milagro Sala”, agregó la periodista, en sintonía con la reflexión sobre el feminismo que hacían en la primera parte de esta nota.

Bárbara Leiva
Bárbara Leiva

Feminismo internacional

Contra toda versión edulcorada o instrumental, Ni Una Menos parte de una mirada política y de análisis internacional para explicar el potencial transformador que tiene el feminismo. Extinción de los Estados soberanos, crisis del capital, malestar subalterno, son tres elementos que incorporan a la caracterización. “El feminismo es el tercer actor global junto con el capital financiero y la Iglesia Católica, no hay otro que organice de esta forma la resistencia y sirva como herramienta de subjetivación social”, planteó Minici. “Está funcionando como un movimiento anticonservador catalizador de una respuesta antineoliberal muy fuerte, y eso nos hermana con toda la región”, agregó.

“Estamos en un momento de una fuerte reacción machista”, sostuvo Alcaraz por otro lado y puntualizó: “Lo de Dilma en Brasil, la muñeca que le regalaron a un funcionario en Chile, las tres mujeres empaladas en el último mes en Argentina”. “En las asambleas de Ni Una Menos alguien decía ‘a las mujeres organizadas no las matan’. Nosotras creemos en eso”, afirmó.

“Mucha gente se pone nerviosa cuando hablamos de otra cosa que no sean los femicidios, como la desigualdad salarial, las licencias, etc. Si queremos una revolución y cambiarlo todo no podemos solo pedir que dejen de matarnos”, concluyó la periodista.

Julia de Titto – @julitadt

Foto: Mariana Leder Kremer Hernández

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