Nacionales

28 diciembre, 2016

Tras forzar la renuncia de la jueza Servini, el gobierno busca imponer a su reemplazante

La magistrada con competencia electoral dejó la subrogancia que la mantenía en el cargo después de denunciar presiones por parte del gobierno. De fondo, la estrategia oficial para designar allí a un hombre cercano al presidente sin experiencia en la temática.

Su renuncia, presentada este lunes ante el Consejo de la Magistratura, aduce “estrictas razones personales”. Pero sobran dudas. La jueza ya había denunciado presiones por parte del gobierno nacional, en aumento desde el mes de octubre, hasta que finalmente llegó el portazo. En juego está, debe decirse, la estratégica competencia electoral sobre la Provincia de Buenos Aires en pleno año de comicios.

“Esto yo no lo he vivido con ningún Gobierno. Estos no dejan de ser aprietes y en 42 años de justicia no los he vivido nunca”, había denunciado Servini de Cubría en diálogo con Ámbito Financiero.

La maniobra oficial, al parecer, perseguía un objetivo claro: liberar el cargo que ocupaba la jueza desde febrero de este año, cuando fue designada para sustituir al fallecido Manuel Blanco hasta el 30 de marzo próximo. Pero mientras la presión contra Servini crecía, avanzaba al mismo tiempo la decisión oficial de trasladar hacia allí al juez federal de Tres de Febrero, Juan Manuel Culotta. Obviamente, un hombre cercano al gobierno.

El puente con el oficialismo fue trazado por Alejandro Pérez Chada, abogado desde hace tiempo del presidente, y por Juan Pablo Clusellas, otro viejo amigo suyo y actual secretario legal y técnico de la Nación. Pero Culotta viene, además, con otro requisito fundamental cumplido: ser egresado del colegio Newman, al igual que Mauricio Macri, Nicolás Caputo y Alfonso Prat-Gay.

El plan Culotta: la estrategia del gobierno

Es cierto, sin embargo, que más allá de su renuncia a la subrogancia, Servini se quedará con su cargo original, en el fuero federal, con competencia electoral en la Ciudad de Buenos Aires. Pero la situación de la Provincia quedó ahora en franco vacío.

Con el cargo vacante, el Consejo de la Magistratura planea reunirse en febrero para nombrar a otro juez subrogante. Es el procedimiento habitual ante una renuncia de este tipo.

Pero aun así, Culotta ya tiene el visto bueno de la Comisión de Selección del Consejo y ahora espera que el plenario del organismo confirme su pase. Su estrategia, en verdad, consiste en no esperar a ser designado como subrogante, sino apostar todo a lograr un cambio de jurisdicción.

En este caso, si el juez Culotta es habilitado a mudarse desde Tres de Febrero hacia La Plata, ya no será necesario designar a un reemplazante sustituto: quedará él mismo como magistrado titular.

Desde el oficialismo, mientras tanto, hacen números y se ilusionan. Creen que tienen los votos suficientes como para avalar ese pase. Así, las críticas tienen cada vez menos lugar: no importa que Culotta no tenga experiencia en asuntos electorales, ni que la Cámara Nacional Electoral vea con malos ojos esa designación, ni sus evidentes lazos con la Casa Rosada, ni que ya haya en marcha un concurso para ocupar ese cargo. Todo parece indicar que las elecciones de 2017 serán controladas, en el distrito más populoso del país, por un juez con fuerte impronta PRO.

Federico Dalponte – @fdalponte

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