27 diciembre, 2016
Ecuador: la primera batalla electoral de 2017
El 19 de febrero una nueva elección presidencial estará en el foco de atención continental. Luego de 10 años de que Rafael Correa llegara a la presidencia, Alianza País con la candidatura de Lenin Moreno buscará darle continuidad a la Revolución Ciudadana.

El 19 de febrero una nueva elección presidencial estará en el foco de atención continental. Luego de 10 años de que Rafael Correa llegara a la presidencia, Alianza País con la candidatura de Lenin Moreno buscará darle continuidad a la Revolución Ciudadana.
Una elección clave en la región
La elección presidencial en Ecuador llega luego de un año negativo para las fuerzas que han impulsado el quiebre del consenso neoliberal que predominó en las últimas décadas del siglo XX. El golpe parlamentario en Brasil y el cambio de rumbo que el nuevo gobierno argentino le imprimió a la región rompieron el orden geopolítico regional vigente durante la última década.
Simultáneamente los intentos destituyentes de la oposición venezolana no logran aún su objetivo y la campaña sucia en Bolivia que suscitó la derrota de Evo Morales no evitó que el actual presidente renovara sus intenciones de postularse como candidato en 2019. Estos hechos, junto al reciente triunfo en Nicaragua del sandinismo con el 72% de los votos, muestran que la nueva ofensiva neoliberal aún no ha logrado avanzar sobre los países que conforman el bloque del ALBA.
Rafael Correa es uno de los presidentes del continente con mayor nivel de aceptación en su propio país y con su llegada al gobierno en 2006 Ecuador se sumo al bloque continental del ALBA. La reducción de la pobreza en 32,6% y de la pobreza extrema en 55,4% a partir de un aumento en la redistribución de la riqueza, así como el impulso de derechos sociales garantizados con nuevas pensiones, el aumento de la matriculación escolar, la creación de becas y construcción de nuevas universidades y hospitales, son algunos de los principales logros de la Revolución Ciudadana.
Todos estos cambios fueron acompañado por la entrada en vigencia de una nueva constitución en 2008 que fijó nuevos derechos sociales y amplió la participación democrática de la ciudadanía.
Lenin Moreno, el candidato de la Revolución
Durante 2016 bajo la consigna «Rafael contigo siempre» se llegaron a juntar más de 1.200.000 firmas superando el piso constitucional para pedir una consulta popular que habilitara a Correa a presentarse en esta elección. A pesar de esa iniciativa el presidente ecuatoriano no aceptó la propuesta y se mantuvo firme en su decisión de no impulsar una nueva reelección. Su partido, Alianza País, en su Convención Nacional en octubre eligió al ex-vicepresidente Lenin Moreno para encabezar la fórmula presidencial junto a Jorge Glass.
Moreno, a pesar de encontrarse desarrollando tareas en Ginebra desde el 2013 como enviado especial de la ONU, era el candidato con mayor imagen positiva de Alianza País. Es licenciado en Administración Pública y motivador profesional luego de que perdiera la movilidad en su piernas por un disparo en 1998 cuando sufría un asalto. A partir de su trabajo institucional fue reconocido mundialmente por promover políticas para atender a quienes padecen discapacidades en el país y ha sido postulado en 2012 como premio Nobel de la Paz.
Lenin no irá como candidato únicamente de Alianza País, sino del Frente Unidos que integra también al Partido Socialista, al Partido Comunista y a más de diez organizaciones. Su campaña busca cerrar el sentido del cambio que proponen desde la oposición al gobierno. Y la mejor consigna que se encontró desde su equipo es aquella expresada en su spot que proclama que «el cambio verdadero es avanzar y no retroceder». O aquella otra consigna que replica el hashtag #ElFuturoNoSeDetiene.
En diciembre desde Alianza País también reimpulsaron el proyecto legislativo de crear una Ley de Plusvalía que busca gravar con un 75% la ganancia extraordinaria en la venta de bienes inmuebles. Un proyecto similar junto con el impuesto a la herencia había sido bloqueado con masivas movilizaciones opositoras en 2015.
Una oposición frágil pero no derrotada
Durante los últimos años Jaime Nebot (alcalde de Guayaquil), Mauricio Rodas (alcalde de Quito) y Paúl Carrasco (prefecto de Azuay) intentaron conformar un frente de unidad opositora que nucleara desde la derecha a la izquierda pero fracasaron en el intento.
Quien tuvo más éxito en articular el caudal electoral opositor es Guillermo Lasso que ya obtuvo el segundo puesto en la última elección presidencial de 2013 con el 22,6% de los votos. Su carrera política es una continuidad de su actividad como banquero y fue asesor económico y embajador del gobierno neoliberal de Lucio Gutiérrez. Lasso será el candidato de Alianza por el Cambio, que incluye a su Movimiento CREO y al Movimiento Suma. Desde 2015 lanzó su campaña buscando capitalizar la referencia opositora al gobierno, proponiendo un cambio y prometiendo la creación de un millón de empleos. Entre sus propuestas está terminar con la nueva constitución aprobada en 2008 y con la participación de Ecuador en el ALBA.
Según la encuesta publicada el 15 diciembre por Cedatos/Win Gallup Moreno alcanzaría los 36,2% de los votos y en segundo lugar Lasso obtendría el 22%. La candidata socialcristiana Cynthia Viteri lograría el 9,7% y el candidato de izquierda Paco Moncayo el 7,3%. La encuesta marca también que hay un nivel de indecisión alto que alcanza el 51%.
Para que Moreno alcance la presidencia en primera vuelta necesitara superar el 50% de los votos o lograr superar el 40% con un 10% más de votos que el segundo candidato. En caso de no lograr estos objetivos habrá segunda vuelta el 24 de mayo.
En la elección del 19 de febrero también se hará una consulta popular para definir si los funcionarios públicos pueden (o no) tener sus capitales en paraísos fiscales. Esta propuesta formulada por el gobierno como un «Pacto Ético» es rechazada por la oposición.
Si bien hay una ventaja amplia en favor de Moreno, el panorama electoral está lejos de ser definitivo. La incertidumbre política en la región no permite augurar certezas y exige el seguimiento con cautela de cómo se llevara adelante el proceso electoral en el que 12 millones de ecuatorianos y ecuatorianas podrán elegir a su nuevo presidente.
Lucas Villasenin – @villaseninl
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