25 diciembre, 2016
La universidad que dejó el primer año de Cambiemos
Por Magalí Alesso*, desde Rosario. El Consejo Superior de la UNR votó un presupuesto 2017 que refrenda y profundiza el recorte propuesto por el gobierno nacional. Un año de ajuste y de lucha docente – estudiantil unitaria en defensa de la educación pública.

Por Magalí Alesso*, desde Rosario. Como se podía prever desde fines de 2015, este año nos encontró en las calles, defendiendo en unidad la educación pública, gratuita y de calidad. Desde la asunción de la Alianza Cambiemos podíamos pensar, teniendo de antecedente la política del PRO desde el año 2007 en la ciudad de Buenos Aires, que el ajuste iría dirigido a la educación pública, no solo restringiendo su presupuesto sino también atacando su legitimidad, en complicidad con los medios de comunicación hegemónicos.
En este primer año del macrismo, la comunidad universitaria, dentro de otros sectores, ha sido fuertemente afectada por las políticas de ajuste. Desde inicio del año, docentes y estudiantes en unidad han encabezado innumerables reclamos: contra el recorte salarial docente, contra el ajuste presupuestario para la Universidad, como así también contra la incesante inflación y los tarifazos a los servicios, que impactaron directamente en el ingreso, permanencia y egreso de miles de estudiantes de todo el país. Frente a esto nos encontramos numerosas veces en las calles, sobrando como ejemplo la histórica Marcha Educativa Nacional del 12 de mayo donde más de 70 mil estudiantes, docentes y no docentes de todo el país nos movilizamos para reclamar por más presupuesto, ya que el asignado no llegaba a cubrir el año académico en muchas universidades nacionales, debido a la inflación.
Sin embargo, el gobierno hizo y hace oídos sordos a los reclamos de toda una comunidad, profundizando cada vez más el ajuste en materia de educación. Un claro ejemplo fue el intento de recorte presupuestario en el CONICET, que pretendía dejar a 500 investigadores sin efectivizar.
Por un lado, no es azaroso el ataque constante a la educación, ya que asfixiando el presupuesto de las instituciones, estas deberían buscar nuevas fuentes de financiamiento, lo que se deduce en pérdida de autonomía en materia de producción y reproducción del conocimiento, dejando libre el camino a empresas multinacionales que financien la educación para sus propios fines.
Por otro, sabemos que de un gobierno conformado por CEOs de grandes multinacionales y tecnócratas recibidos en universidades privadas, no podemos esperar otra cosa que el intento del vaciamiento de la educación, negándola como derecho universal para convertirla en mercancía y con los cañones apuntando a desconocer el rol fundamental que ha tenido, tiene y tendrá la Universidad Pública en la construcción, desarrollo y defensa de nuestro país y su soberanía.
¿Y por casa cómo andamos?
El conflicto presupuestario en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) es un tema de larga data. La gestión conformada por una alianza entre la UCR y el PJ, desde hace muchos años recibe fuertes críticas sobre la dirección de los fondos, que derivan en crisis edilicias, escasas políticas de bienestar estudiantil (como la falta de comedores universitarios y recorte en becas), entre un largo etcétera.
Por otro lado el rector de la UNR, Héctor Floriani, quien recibió a Macri al comienzo del año lectivo en Rosario, se ha mostrado entusiasmado con la asunción de la Alianza Cambiemos al gobierno nacional.
Prueba de ello es lo sucedido el martes 20 de diciembre en el Consejo Superior donde se votó el presupuesto para el 2017. Allí las autoridades de la Universidad junto a los sectores docentes y estudiantiles afines a sus políticas, principalmente la Franja Morada – UCR, avalaron una propuesta que refrenda y profundiza el recorte propuesto por el gobierno nacional. Por nombrar tan sólo un ejemplo, se reduce en un 70% el presupuesto destinado a la construcción de obras, que es uno de los grandes déficit que tenemos hoy en día, con edificios que, además de ser chicos para la cantidad de estudiantes, están en condiciones sumamente precarias y son, lisa y llanamente, peligrosos.
Frente a esta propuesta, las organizaciones docentes y estudiantiles de la oposición presentamos una propuesta alternativa que fue votada en contra por el oficialismo. La misma contemplaba más cargos docentes para las carreras que lo requieran y para la ampliación de las bandas horarias; finalización de las obras edilicias en curso y mejoras en las facultades que se encuentran en mal estado; apertura de nuevos comedores estudiantiles y estatización de los espacios privados dentro de las distintas facultades.
Dos días después de esta bochornosa votación, se realizó una Asamblea Universitaria, órgano máximo de decisión de la Universidad. Sin embargo, ante la movilización de estudiantes, docentes e investigadores que reclamábamos un posicionamiento político frente a los graves hechos que estamos atravesando como comunidad universitaria, el oficialismo decidió recostarse sobre su mayoría automática y pasar a la votación sin otorgar la palabra a quienes queríamos manifestarnos.
El panorama antidemocrático de nuestra Universidad, en consonancia con las políticas de ajuste, suena bastante desesperanzador. Sin embargo, la unidad alcanzada en estos reclamos es la mejor señal de que estamos en condiciones de seguir dando batalla por la educación pública, gratuita y de calidad que queremos y que necesitamos.
@MagaliAlesso
*Presidenta del Centro de Estudiantes de Psicología de la UNR. Referente de la agrupación La Mella.
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