Nacionales

22 diciembre, 2016

Isela Costantini, Aerolíneas, las presiones y la pesada herencia

Este miércoles 21 Isela Constantini presentó su renuncia a la dirección de Aerolíneas Argentinas. Será reemplazada por el ingeniero Mario Dell’Aqua, titular de Intercargo y ex directivo de Techint. Tensiones internas de Cambiemos y objetivos de fuertes recortes para Aerolíneas detrás del paso al costado.

A apenas 14 días de cumplir un año de gestión al frente de la Aerolíneas Argentinas (AA) presentó su renuncia Isela Costantini, que venía de la actividad privada (hasta 2015 había sido presidenta y directora ejecutiva de General Motors para la Argentina, Uruguay y Paraguay). Si bien alegó “motivos personales”, las noticias confirman presiones directas del ministro de Transporte Guillermo Dietrich y de los vicejefes de Gabinete Mario Quintana y Gustavo Lopetegui (ex CEO de la aerolínea chilena LAN). De hecho, Costantini anuncia su alejamiento inmediatamente después de una reunión con Dietrich, el jueves por la tarde.

Las tensiones entre la directiva y el gobierno venían in crescendo. Desde el gobierno se le exigía una mayor velocidad en los recortes de personal que consideran indispensables para una plantilla de más de 12 mil empleados (“solamente” despidió a 400 trabajadores de la aerolínea desde su asunción, a lo que hay que sumarle otros 300 puestos indirectos por la no renovación del acuerdo con Sol, que implicó la quiebra de la empresa).

Ya en mayo se había producido un cortocircuito importante cuando la directora envió a los empleados de la aerolínea un mail explicándoles que la empresa contaría con menos fondos, ya que el Gobierno “ comunicó que nuevamente nos reducen de manera significativa los subsidios”. El pasado domingo las tensiones terminaron de explotar cuando la funcionaria justificó el paro de los pilotos, en reclamo por la Ley de Impuesto a las Ganancias.

También fue un dato coadyuvante la resistencia de Costantini al ingreso de las competidoras aerolíneas low cost (un proyecto del Ejecutivo para 2017) como Ryanair o la colombiana Avianca, que ingresaría al mercado aéreo argentino a través de la compra de MacAir, una empresa del grupo Macri. Otro foco de conflicto fue la decisión de Aerolíneas de ampliar sus servicios de colectivos entre Aeroparque y Ezeiza y a precios mucho más económicos que los de la empresa privada Manuel Tienda León, que aparentemente hizo substanciosos aportes a la campaña de Mauricio Macri.

Desde el oficialismo hablan de “falta de coordinación”, “dificultad para trabajar en equipo” y de “diferencias en el liderazgo”. Pero las razones del alejamiento de la mejor CEO de la que podía presumir el gobierno de Macri parecen tener que ver con intereses económicos muchísimo más terrenales.

La visión de los gremios

Pablo Biró, secretario General de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), sostuvo que el cambio de dirección es “una muy mala noticia” y afirmó que Costantini no renunció sino que “fue echada”. Biró también confirmó que en las últimas semanas Costantini se había comprometido con los gremios a quedarse y “seguir peleando para que le dieran el presupuesto que le habían recortado” (“requería US$ 400 millones para el año que viene, y le asignaron sólo US$ 160 millones”). También denunció que otro conflicto con el Gobierno tenía que ver con haber estado “asignando rutas y recursos a empresas transnacionales que compiten con Aerolíneas” lo que “tenía bastante preocupada” a Costantini.

Por su parte, Ricardo Cirielli, titular de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), opinó a través de un comunicado en el que agradecía a Isela “sus invalorables y patrióticos servicios”. “Un gobierno que aspire a la misma excelencia en la función pública que Isela Costantini y su equipo desarrollaron debió felicitar al equipo y no reemplazarlo”, afirmó. En cuanto al sucesor anticipó una línea de resistencia de los trabajadores si se proponen cambios bruscos de política: “La profunda consternación, congoja y desilusión que en esta hora padece todo el personal de Aerolíneas Argentinas y Austral por el alejamiento de su presidenta Isela Costantini, solo podrá ser mitigado si quienes la sucedan siguen con su estilo de conducción y las políticas corporativas por ella y su staff diseñadas. Si es que no se proponen agregar más conflictos e incertidumbres, de los que ya les sobra y puede tolerar la Argentina”.

La pesada herencia de Aerolíneas

Lo sorpresivo de la renuncia de Isela también puede constatarse en el tratamiento que los medios monopólicos le fueron dando al tema Aerolíneas en la última semana. El martes 20, a menos de 24 horas de la noticia, La Nación y Clarín publicaban una serie de artículos tan apologéticos de la gestión de Costantini como mentirosos.

En ellos se planteaba que durante el año de la nueva directora, Aerolíneas había logrado reducir a la mitad su déficit respecto de la gestión de Mariano Recalde: “en el promedio de los últimos ocho años tuvo una pérdida anual de US$ 678 millones, mientras que en 2016 esa cifra va a terminar en US$ 300 millones”. Lo que aparece como un logro, en realidad esconde una tremenda manipulación de cifras ya que no se hace una comparación interanual (2016 contra 2015) sino contra un “promedio” de los últimos ocho años, desde 2008 hasta la actualidad, es decir, desde la reestatización de la aerolínea en julio de 2008 (Recalde es designado como director un año después, en julio de 2009).

La operación de “promediar” el déficit de ocho años esconde que el Estado recibe una compañía en quiebra luego de las desastrosas gestiones de Iberia, desde la privatización de 1990, y del grupo español Marsans, entre 2001 y 2008 (con tantas irregularidades que dos de sus directivos están siendo juzgados en España e incluso uno, Antonio Mata, está preso). En 2008 Aerolíneas Argentinas tiene más de 900 millones de dólares de déficit anual que va decreciendo regularmente hasta 2013 (en 2014 sube nuevamente a 400 millones, un 69% de aumento por el impacto que implica la devaluación en los costos dolarizados de la aerolínea). En 2015 por primera vez en décadas la empresa tiene superávit de 15 millones. También se aumentó casi en un 30% la cantidad de pasajeros transportados y de vuelos, se recuperaron rutas, se triplicó la cantidad de aviones y se reingresó al ranking internacional Clearing House de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) después de diez años de suspensión.

Pedro Perucca – @PedroP71

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas