América del Norte

19 diciembre, 2016

El Colegio Electoral eligió a Trump como próximo presidente de EEUU

Este lunes 19 el Colegio Electoral dio por finalizado el largo camino de la sucesión presidencial en Estados Unidos. Con mucha polémica y debate, casi la totalidad de los electores honraron la votación en cada uno de sus Estados y eligieron a Donald Trump como próximo inquilino de la Casa Blanca.

Este lunes 19 el Colegio Electoral dio por finalizado el largo camino de la sucesión presidencial en Estados Unidos. Con mucha polémica y debate, casi la totalidad de los electores honraron la votación en cada uno de sus Estados y eligieron a Donald Trump como próximo inquilino de la Casa Blanca.

Hillary Clinton obtuvo alrededor de tres millones de votos más que el republicano, pero el sistema electoral no se basa en el voto directo sino un colegio electoral conformado por representantes de los Estados. Aunque constitucionalmente no están obligados a votar por el candidato electo en sus lugares de origen, lo que suele despertar polémicas cada vez que, por ejemplo, el voto popular difiere del ponderado, y esta ocasión no estuvo exenta de ellas, la enorme mayoría apoyó a quien se esperaba que lo hicieran.

En total hay 538 electores. Es decir que, con que un candidato obtuviera 270 votos, sería electo presidente. Antes de arrancar la votación y según los resultados de la elección de noviembre, se esperaba que Trump tuviera el apoyo de 306 delegados y Clinton de 232.

Pero no faltaron esfuerzos para torcer el destino. Una última oportunidad para impedir que el magnate dirija los destinos de Washington por los próximos cuatro años.

electoralcollegeprotest2_121916gettyPor un lado estuvieron los «Electores de Hamilton», un grupo principalmente demócrata, llamados de esa forma en homenaje al creador del sistema electoral estadounidense, Alexander Hamilton. Aunque promotores de la campaña de Hillary Clinton, se propusieron hacer lobby sobre sus pares republicanos para intentar traccionar votos hacia otro candidato de ese partido, más moderado en sus posiciones. Sostienen también una dura crítica a la forma en que se llevan a cabo las elecciones, con una subrepresentación de los Estados más populosos a la hora de distribuir delegados al Colegio Electoral.

De hecho cuatro de esos electores del Estado de Washington, en el que Clinton ganó 12 delegados según la elección del 8 de noviembre, se despegaron de la ex secretaria de Estado y terminaron votando por otros candidatos. Un trío encabezado por Bret Chiafalo, tenía previsto dar su apoyo al gobernador republicano de Ohio, John Kasich, pero a última hora definieron votar al ex secretario de Estado de George W. Bush, Colin Powell. El cuarto díscolo se inclinó por Faith Spotted Eagle (Fe Águila Moteada) una activista de una comunidad Sioux.

También Christopher Suprun, republicano oriundo de Texas, públicamente sostuvo que no votaría por Trump, aunque su Estado se lo reclamara y así lo hizo. De acuerdo con Suprun, un ex bombero voluntario que participó en los rescates en los atentados de 2001, el multimillonario «no está cualificado para el cargo». «Es un demagogo absoluto», calificó.

1612191811-electoral-college-protests-as-electors-cast-their-votesEn Maine, un elector llegó a votar por Bernie Sanders, aunque en una segunda vuelta fue obligado a poner el nombre de Clinton en la boleta.

En Washington, un Estado del noroeste estadounidense, la sanción por no respetar lo votado en las elecciones generales es una multa de mil dólares. En otros Estados es similar, y hay 21 en los que no hay penalización alguna. Curiosamente, sólo algunos pocos lo consideran un delito menor con posibilidad de prisión, como Nuevo México.

Sumando más detalles curiosos al ya de por sí complejo y cuestionado sistema de elección del país del norte, hasta 2008 en Minessota, por ejemplo, era imposible saber quién se había convertido en un faithless elector («elector desconfiable», como se conoce a quienes cambian su voto) ya que votaban en secreto y sólo se podía saber si existieron o no, pero nunca identificar al responsable. Ahora es público y aquellos votos que no respeten su mandato son anulados.

Los números no fallan y los esfuerzos fueron en vano en su objetivo más concreto. Los opositores a Trump en ambos partidos necesitaban convencer a 37 de sus electores para que le retiren el apoyo. Como era esperable, no lo lograron y, desde Florida, el presidente ahora sí electo, festejó una vez más.

Pero también existió un intento de poner en discusión las reglas del juego y cuestionar, no sólo un nombre sino un sistema. Miles de estadounidenses en distintas ciudades del país se convocaron con el mismo fin. Es que es la segunda vez en la historia reciente que el voto popular y el indirecto no se condicen -la otra vez fue con George W. Bush en 2000- en el país que se jacta de ser «la mejor democracia del mundo».

El 6 de enero el Congreso oficializará la elección -aunque ya se sabe el famoso número 270 de electores fue superado- y Trump asumirá la presidencia. Comenzará así una nueva etapa para Estados Unidos y el mundo entero.

Julia de Titto – @julitadt

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