14 diciembre, 2016
El miércoles se queda corto: Doodlebug
En Notas – Periodismo Popular entendemos que, en los tiempos que corren no siempre se dispone de dos horas para ver una buena obra cinematográfica. Por eso te acercamos, semana a semana, los mejores cortometrajes al alcance de un click. Hoy: Doodlebug, de Christopher Nolan.

En Notas – periodismo popular entendemos que, en los tiempos que corren, no siempre se dispone de dos horas para ver una buena obra cinematográfica. Por eso te acercamos, semana a semana, los mejores cortometrajes al alcance de un click. Hoy: Doodlebug, de Christopher Nolan.
Ríos de bits se escriben acerca de los primitivos primeros trabajos de los grandes directores y grandes directoras de nuestro querido séptimo arte. Que las letras del cortometraje Alphabet de David Lynch representa su obsesión con lo no-dicho y el carácter profusamente onírico de su obra; que El Rey Muerto de Lucrecia Martel va a tono con el carácter profundamente femenino del resto de sus películas y que Shave, de Scorsese, es una prefiguración de la siempre presente sangre en cada uno de sus trabajos. Quizá hay algo de eso o, tal vez, nosotros como espectadores creamos lo que queremos con cada una de las puestas que nos proponen estos artistas.
Dos ojos se meten entre las letras del título del cortometraje en su inicio: Doodlebug no tiene un significado específico, aunque se interpreta como cascarudo o incluso como gusano. Sin embargo, es seguro que se traduce en algo que el protagonista no quiere tener en su casa. Lo busca, en musculosa, meticulosa, grave, obsesivamente. Zapato en mano y decidido a que nada lo desconcentre, se mete en cada rincón de su pequeño departamento a la búsqueda de esa pequeña y veloz criatura que corretea por todos lados. No sabemos qué es, pero queremos que lo haga mierda.
https://www.youtube.com/watch?v=-WhKt_CkXD0
Falta un año para que Nolan estrene Following y tres para que, en el año 2000, nos desconcierte con Memento. Sin embargo, muchos críticos coinciden en que en esta pieza de tres minutos escrita y dirigida por él, el responsable de la última trilogía de Batman, ya va dejando pistas de lo que se verá en un futuro. Si bien la estructura del relato es bastante clásica, es cierto que existe algún tipo de abstracción narrativa que fuerza la atención del espectador. No sólo por el blanco y negro de la fotografía (construida por el propio Nolan), sino por la paranoia con la que el solitario hombre -interpretado por Jeremy Theobald, recurrente bolo en la obra del director- enfrenta la búsqueda.
La búsqueda del ansioso hombre no se alarga mucho tiempo más. Lo que busca con ahínco siempre estuvo allí y no sorprende demasiado al espectador. Sin embargo, algo de lo que nos traerá Nolan en un futuro ya se encuentra en ese húmedo, miserable e intrincado departamento. Esas respuestas que van y vienen, por el pasado, el futuro, el sueño y la intrépida y apesadumbrada oscuridad del relato negro. Hay gente que no crece: nace grande. Nos guste o no.
Iván Soler – @vansoler
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