Economía

6 diciembre, 2016

Conciliación obligatoria al paro petrolero

Al finalizar la primera de las dos jornadas de paro convocado por los petroleros de Neuquén, el Ministerio de Trabajo de la Nación dictó la conciliación obligatoria por 15 días y convocó a una reunión este miércoles en la cartera laboral en Buenos Aires. La medida de fuerza estaba convocada para lunes y martes por los 1.700 despidos de YPF en Neuquén.

Al finalizar la primera de las dos jornadas de paro convocado por los petroleros de Neuquén, el Ministerio de Trabajo de la Nación dictó la conciliación obligatoria por 15 días y convocó a una reunión este miércoles en la cartera laboral en Buenos Aires. La medida de fuerza estaba convocada para lunes y martes por los 1.700 despidos de YPF en Neuquén.

Con la conciliación dictada por la cartera conducida por Jorge Triaca, la situación petrolera se retrotrae previa al conflicto, en un marco de despidos, suspensiones y caída de equipos.

Guillermo Pereyra, titular del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa, dijo durante el paro a radios locales que “YPF tendrá que revertir esta situación, buscar el camino para que los compañeros vayan siendo reincorporados”.

Los despidos de YPF son el principal foco de una grave situación más general en la actividad petrolera, donde la caída de inversiones y de la extracción acompañó el ritmo de todo el 2016.

El propio presidente Mauricio Macri esta siguiendo el tema de cerca por varias cuestiones, principalmente porque la reforma laboral que prepara el gobierno nacional comienza en el sector de hidrocarburos con las modificaciones al Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) para yacimientos no convencionales de Vaca Muerta. El plan del gobierno nacional es que los petroleros sean el primer ensayo para luego reformar los CCT en otros sectores del país.

Quien lleva adelante la medida de fuerza además del Sindicato de Petroleros conducido por Pereyra, quien permanece al frente del gremio desde 1984 y también es senador nacional por el Movimiento Popular Neuquino, son los trabajadores jerárquicos, quienes también cuentan con 359 despidos en Neuquén.

El paro mientras duró fue contundente ya que no hubo actividad en los yacimientos. El lunes la compañía YPF no había logrado dejar al menos algunos operarios de base en los pozos neuquinos (principalmente en Rincón de los Sauces y Añelo). La petrolera tampoco intentó reclutar a trabajadores de otras zonas para mantener una mínima actividad, una practica habitual que YPF acostumbra realizar durante las medidas de fuerza sindicales eludiendo los controles del propio gremio petrolero.

El paro, que no tuvo cortes de ruta ni movilizaciones, se sintió fuertemente en Neuquén. Según fuente del gremio, hasta el lunes habían llegado 1.000 telegramas de despidos para operarios de base y 359 para trabajadores jerárquicos. Se espera que YPF y las contratistas de la empresa presidida por Miguel Ángel Gutiérrez (nombrado por Macri en abril en reemplazo de Miguel Galuccio) envíen el resto de los telegramas en las próximas horas.

Concretamente lo que reclaman los petroleros es la defensa de los 1.700 puestos de trabajo (este es el numero que maneja el sindicato). Estos puestos son producto de la caída de 33 equipos petroleros en la propia cuenca neuquina, aunque desde enero que el sector viene con suspensiones y desde febrero se esta bajo un Plan Preventivo de Crisis, desde donde se vienen realizando suspensiones rotativas. En septiembre había casi 50 equipos menos en la cuenca neuquina que en el mismo mes de 2015.

Este anuncio de YPF de despedir alrededor de 1.700 petroleros se da en un marco donde el propio gobierno firmó con distintas cámaras empresarias un acuerdo para no despedir trabajadores hasta marzo de 2017. Pero en el ámbito de los hidrocarburos también se viene negociando un acuerdo entre gobiernos (nacional y provinciales), empresas (operadoras y de servicios especiales) y sindicatos para “atenuar” el marco de crisis del sector, donde esta incluida la modificación en el CCT para Vaca Muerta.

La situación que atraviesa el sector en este 2016 es de fuerte freno en las inversiones y caída de equipos por la propia caída de la actividad. Las empresas de servicios petroleros, proveedoras de las grandes operadoras, atravesaron un año entre despidos, suspensiones y negociaciones con los sindicatos en el Ministerio de Trabajo.

Por parte de las grandes operadoras, que marcan la cancha en el sector, la situación no es distinta. Solo por tomar un ejemplo, YPF tuvo un año donde redujo de 20 a 5 sus equipos (cada equipo cuenta con alrededor de 25 trabajadores) en Loma Campana, uno de los epicentros de la promesa energética argentina como es Vaca Muerta.

La situación de YPF se repite en otras grandes operadoras del país, como PAE y Total, donde también bajaron equipos y suspendieron trabajadores. Las razones hay que encontrarlas en el plano local, donde el sector petrolero no escapa a la caída de los índices macroeconómicos del país este año.

Pero también esta situación se explica por la caída del precio del barril de crudo a nivel internacional, que achica el nivel de inversión de las empresas en todo el mundo. YPF, si bien tiene el 51% de sus acciones en manos del Estado y es la mayor empresa del país, no puede por sí sola escapar de esta situación.

La situación petrolera en el resto de las provincias es también muy frágil, sobre todo en Chubut y Santa Cruz. El propio gobierno esta en múltiples negociaciones sobre un sector determinante para la economía del país y los números de la economía nacional.

El lunes, el propio ministro de Energía, Juan José Aranguren, recibió a las 15 petroleras más grandes del país para negociar el empalme del precio del “barril criollo” con el barril internacional, que cotiza unos 10 o 12 dólares más barato. Este “empalme” de precios no cae simpático en las provincias petroleras porque recibirían menos regalías, un foco de conflicto a futuro.

La situación del sector de los trabajadores de Chubut, la principal provincia productora de petróleo del país a través de la Cuenca del Golfo de San Jorge, parece correr el mismo futuro. El secretario general del sindicato petrolero de Chubut, Jorge “Loma” Ávila, acaba de comunicar que desde el gremio planean la instalación de una “carpa negra” petrolera en Buenos Aires para pedirle directamente a Macri que de soluciones a los trabajadores del sector.

El gobernador chubutense, Mario Das Neves, tampoco parece estar apoyando las medidas hacia el sector y afirma que se ve perjudicada su provincia. Menciona un decreto firmado el viernes pasado por Macri donde se derogan los subsidios a las exportaciones desde puertos patagónicos, con gran injerencia en la actividad petrolera de Chubut. El enojo de Das Neves fue doble porque el día anterior se reunió con el propio Macri, quien en ese encuentro no le mencionó nada del decreto que iba a firmar 24 horas después sobre una medida que afecta directamente a su provincia.

El gobierno esta atento a tantos focos de incendio y no quiere una patagonia rebelde protagonizada por los petroleros. Quizá sea por eso que Guillermo Pereyra, el líder petrolero de Neuquén con alta capacidad para frenar la actividad, sea el sindicalista que más veces recibió el presidente Mauricio Macri a solas durante todo este año.

Roberto Bellato – @rbellato8

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