30 noviembre, 2016
Trata de personas: histórico fallo en el juicio de Tierra del Fuego
Además de siete años de prisión para Pedro Montoya, dueño del prostíbulo Sheik y tres en suspenso para Ivana García, esposa de Montoya, y Lucy Alberca Campos, encargada del local, el fallo en el juicio por trata de personas que concluyó este miércoles en Ushuaia dictaminó que la Municipalidad debe reparar económicamente a las víctimas, reconociendo su responsabilidad en la red de trata.

Siete años de prisión para Pedro Montoya, dueño del prostíbulo Sheik -donde Alika Kinan y otras mujeres fueron explotadas sexualmente- y tres en suspenso, por considerarlas partícipes secundarias, para Ivana García, esposa de Montoya, y Lucy Alberca Campos, encargada del local, fueron las penas dictadas en la sentencia del histórico juicio por trata de personas que se realizó en Ushuaia.
Además, el tribunal decidió que se decomisará el local donde funcionaba Sheik y que se pagará una reparación económica de 780 mil pesos a Alika. La indemnización provendrá tanto de Montoya y García como de la propia Municipalidad de Ushuaia, a quien la querellante –primera vez que una víctima lleva a juicio a sus tratantes– implicó como «facilitadora» de la red de trata y prostitución.
«Es una sentencia histórica en este juicio porque cuando se lee la sentencia a las tres personas imputadas se dice que es por el delito de trata», analizó Noor Jimenez Abraham, periodista e integrante de la Red Alto al Tráfico y la Trata (RATT). Desde Ushuaia, a donde viajó para acompañar la conclusión del juicio, dijo a Notas que más allá de que las penas no fueron lo que se esperaba, el fallo «es un antes y un después».
Jimenez Abraham, que es parte tanto la Red de Periodistas con Visión de Género como de la Red PAR, explicó que el dinero decomisado se va a distribuir entre las víctimas y el resto irá destinado a la Oficina de Rescate y Acompañamiento a personas damnificadas por el delito de trata de personas, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Alika, por su parte, en una entrevista que dio minutos antes de conocerse la sentencia a Radio La Retaguardia, dijo que consideraba «muy necesario» el decomiso de los bienes de los proxenetas, «no solamente en esta causa, sino en las que se hayan beneficiado por el delito de trata con fines de explotación sexual». «Tengamos en cuenta que este prostíbulo funcionó durante más de veinte años; no solamente pasé yo y fui esclava durante muchísimo tiempo, sino que pasaron miles de mujeres, y los proxenetas se beneficiaron durante veinte años de las vaginas de todas estas mujeres, vendiendo su sexualidad, su voluntad», agregó.
«Si otros tratantes, otros proxenetas, ven que se está haciendo el decomiso de todos los bienes, también es simbólico para ellos. Es desalentar el delito de trata en nuestro país», reforzó la querellante en la causa.
«El monto que debe pagar el Municipio de Ushuaia es un reconocimiento a su responsabilidad», agregó la periodista Jimenez Abraham, continuando con la explicación de por qué se trata de un «fallo totalmente histórico».
Alika sostuvo que la complicidad estatal «no es solamente en Tierra del Fuego, sino en otras provincias». «El Estado claramente se beneficia del delito de trata: tienen libretas sanitarias en los hospitales públicos y la policía es cómplice, no solo cobrando coimas, sino que también las policías provinciales tienen una clara participación como abusadores». La mujer sostuvo que esto se pudo demostrar no sólo con su testimonio y el de otra mujer (cuya identidad fue reservada en el juicio), sino también «por parte de los propios proxenetas que, tratando de desligarse de sus propias culpas, hablaban de como estaban enmarcados en una supuesta legalidad». «Esto nos da más letra como para decir que tenemos razón con que el Estado es proxeneta, es una tapadera para un delito que es gravísimo», sumó.
Sheik era un cabaret propiedad de Pedro Montoya que funcionó desde 1996 hasta octubre de 2012, cuando fue allanado. Se liberaron a siete mujeres, entre ellas Alika. En este juicio, se convirtió en la primera víctima en querellar a sus tratantes.
«Sea cual sea el fallo, ya ganamos», decía Alika antes de conocerse la sentencia. «Sé que mañana voy a volver a las calles a gritar para que ninguna mujer más sea víctima de las redes de trata y de prostitución en nuestro país ni en el mundo. Esa es nuestra meta, que ninguna más pase por todo esto, que ningún cuerpo más sea sacrificado», concluía.
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