Fútbol argentino

22 noviembre, 2016

El periodismo deportivo no está exento de la crisis del fútbol argentino

Los jugadores de la Selección Argentina no hablarán más con la prensa. Se trata de una decisión que deja en evidencia las miserias del periodismo deportivo en nuestro país.

La delegación de 26 jugadores ingresa a la zona de conferencia de prensa. Rostros de seriedad ante los flashes. Lionel Messi se sitúa en el centro y toma el micrófono. El capitán de la Selección preferiría no estar ahí para hablar de cosas que nada tienen que ver con su fenomenal actuación ante Colombia, pero la situación llegó a su límite. “Hace rato pasan cosas y nosotros nunca dijimos nada”, dice con voz temblorosa. Se trata del mejor jugador del mundo en una situación incómoda, pero necesaria.

Hasta antes de medirse contra Colombia, la Selección Argentina se encontraba afuera del Mundial de Rusia 2018. En un país futbolero y exitista en extremo, esa situación era sinónimo de caos. Edgardo Bauza reemplazó a Gerardo Martino y no logró arrancar con el pie derecho. Para peor, la dura derrota ante Brasil, con una pobre imagen de por medio, tensó la cuerda por demás. El periodismo deportivo una vez más tomó la posta para lanzar represalias hacia jugadores y cuerpo técnico, pero sus maneras condujeron a la decisión de Messi y compañía. La denuncia efectuada a Ezequiel Lavezzi sólo fue la gota que rebalsó el vaso.

A esta generación de talentos se la condena desde hace tiempo por no poder darle a Argentina un título. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) hace agua por todos lados, y el ejemplo más claro es la reciente salida de Martino por no poder contar con la cantidad de jugadores necesaria en la previa a los Juegos Olímpicos.

Desde el Mundial de Brasil 2014 hasta este final de 2016, el plantel ya escuchó órdenes de Alejandro Sabella, el propio Martino y el recién llegado Bauza. Todos con ideas diferentes, por lo que resulta no lógico pero sí muy posible que los constantes cambios de apellidos se vean reflejados en el andar de las Eliminatorias. Posible para la lógica futbolera pero no para el periodismo deportivo que hoy se victimiza ante la resolución de los jugadores.

“Si no van al Mundial yo pierdo guita”, gritan a los cuatro vientos desde una de las señales deportivas más vistas en Sudamérica. “Basta de los amigos de Messi”, dicen desde varios lugares más, en lo que más que una opinión significa una ofensa a la capacidad del cuerpo técnico.

El periodismo deportivo lanza una y otra vez dardos envenenados. El afán de ganar protagonismo lo ha llevado a decir barbaridades de todos colores. De analizar el juego, las variantes y la dinámica de una forma racional y periodística, poco y nada. Vale más -vende más- hablar a los gritos, afirmar como si no hubiese lugar para lo subjetivo, jactarse en el triunfo y atacar a todos en la intolerable derrota. La decisión de los jugadores obliga a una fuerte autocrítica sobre qué clase de periodismo se lleva adelante.

Si esto mismo hubiera sucedido unos años atrás, el principal argumento del periodismo para oponerse a la decisión de los jugadores, sería que el público no merece estar incomunicado. Hoy, en tiempos de redes sociales, el plantel no necesita de un interlocutor para dar a conocer lo que siente o piensa. Ya es frecuente escuchar preguntas burdas y obvias antes y después de los partidos. “¿Te vas con bronca?”, le preguntan a Lucas Biglia luego de que Brasil golee y se luzca ante una Selección sin respuestas. Si a los futbolistas se los acusa de hablar siempre con el cassete puesto, ¿acaso no tiene mucho que ver el rol del periodista de turno?

De fútbol poco y nada

Ya es oficial que el Fútbol Para Todos (FPT) dejará de tener vigencia a partir del año próximo. Si bien el formato actual es criticable desde muchos aspectos -el exagerado contenido político, la calidad de las transmisiones, la repetición de rostros provenientes del sector privado, las millonarias cifras invertidas en el mismo- no deja de resultar obvio que el nuevo formato aún por definirse estará a tono con las posturas económicas y empresariales del gobierno encabezado por Mauricio Macri.

Las primeras ofertas para televisar el fútbol argentino no tardaron en llegar, y aunque el actual Director del FPT, Fernando Marín, no termine de confirmarlo, es casi un hecho que la televisación de los partidos tendrá un costo adicional. Todo en medio de un debate ya instalado desde la Casa Rosada y la mano derecha de Macri -el presidente de Boca- Daniel Angelici: ¿deben los clubes abrirle las puertas a las Sociedades Anónimas?

Si del juego poco se habla en estos momentos, ¿qué pasará con el regreso del codificado y las cámaras enfocando a las tribunas? ¿En base a qué opinará el pueblo futbolero sino puede ver los partidos? ¿Qué credibilidad tiene la palabra de los periodistas si el público no puede observar el juego en sí mismo? Porque recordemos, el regreso de los visitantes a las canchas es un tema tabú para los dirigentes de AFA. Más gente afuera de la cancha es más gente sentada y abonando el codificado. Todo indica que la situación dará lugar a más rumores, más espectáculo, gritos, intromisión en las vidas privadas de los protagonistas y periodistas dando opiniones como veredictos finales.

Alan Alberdi – @AlanAlberdi

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