Batalla de Ideas

20 noviembre, 2016

Inmigración y xenofobia

Por Lucas Villasenin. El senador Miguel Ángel Pichetto hace un par de semanas atacó a los inmigrantes. Los pilares del pensamiento de quienes odian a los inmigrantes buscan sembrar el miedo en la mayoría de la población. Cambiemos no solo busca terminar con los derechos de los migrantes sino que intenta criminalizarlos.

Por Lucas Villasenin. El senador Miguel Ángel Pichetto atacó hace un par de semanas a los inmigrantes. Acusó a los peruanos por el narcotráfico, los responsabilizó por la saturación del sistema educativo y de salud. También por el aumento de la pobreza.

Esos pilares del pensamiento de quienes odian a los inmigrantes buscan sembrar el miedo en la mayoría de la población instalando el imaginario de que no hay control migratorio. Los argentinos seríamos «tontos» y tendríamos que dejar de serlo implementando políticas restrictivas hacia quienes desean vivir en nuestro país.

Información básica sobre la inmigración

Según datos de la ONU del año 2015, el 4,6% de la población que habita en Argentina nació en el extranjero llegando a un total de dos millones de personas. Nuestro país ocupa el lugar 29 en el ranking mundial y es el que cuenta con más inmigrantes en América Latina.

Las estadísticas de la Dirección Nacional de Migraciones determinan que 2.200.000 personas han registrado su radicación en el país entre 2004 y 2014. El 40% proviene de Paraguay, el 25% de Bolivia y el 14% de Perú. En proporciones menores le siguen quienes han nacido en Colombia, Chile, Paraguay y Uruguay.

Según el Censo Nacional de 2010 la mayoría de los y las inmigrantes tienen entre 15 y 64 años y residen en Capital Federal y Gran Buenos Aires. La oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en un informe del año 2015, destacó que la mayoría que migra y trabaja en el país son mujeres. Y también señaló el aumento sustancial de la precarización laboral entre la población inmigrante.

Un siglo atrás, en la Ciudad de Buenos Aires. más de la mitad de la población había nacido en otros países. La política xenófoba se expresaba en la Ley de Residencia sancionada en 1902 que permitía expulsarlos sin juicio previo y era utilizada como una herramienta de disciplinamiento social.

Hoy por hoy, en un contexto de crisis económica, los inmigrantes vuelven a ser presentados por las élites políticas como chivos expiatorios de los problemas de los argentinos.

Cambiando fraternidad por criminalización

La Ley de Migraciones sancionada en 2004 reconoce a la migración como un derecho y asume la necesidad de regularizar a quienes deciden venir a vivir a la Argentina. Ante la presencia de migrantes con infracciones administrativas, el Estado asume una política que facilite la regularización y no lo concibe como un delito.

Para la implementación de políticas migratorias acordes a esa ley surgieron los Programas Patria Grande o Abordaje Territorial que facilitaban la regularización. Ambos han dejado de funcionar en los últimos meses.

Pero la política Cambiemos, alejada del petardismo mediático de Pichetto, no solo busca terminar con los derechos de los migrantes sino que intenta criminalizarlos. Desde la llegada del macrismo al gobierno se duplicaron los operativos para identificar a migrantes irregulares. Y se anunció en agosto la apertura del un centro de detención para migrantes desde la Dirección Nacional de Migraciones, el Ministerio de Seguridad de la Nación y el misterio de Justicia y Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Como en otras políticas del nuevo gobierno abunda la hipocresía. Mientras se criminaliza la migración existente se compromete a recibir a 3 mil refugiados de la guerra en Siria. Pero en este compromiso lo que más pesa no es la fraternidad sino la voluntad de cumplir con los pedidos del gobierno de Estados Unidos.

Ganarle a la xenofobia

El investigador en lingüística cognitiva George Lakoff en sus libros No pienses en un elefante y Puntos de reflexión defiende la tesis de que quienes imponen los marcos conceptuales en los debates políticos son quienes triunfan. Sus estudios se focalizan en la sociedad estadounidense y en las derrotas del progresismo respecto a los conservadores en temas fundamentales para la vida del país (como lo fue la llamada «guerra contra el terrorismo» impuesta por la administración Bush).

No alcanza solo con las estadísticas que demuestran las falacias que vinculan a la migración con los problemas del desempleo, la falta de acceso a la salud y a la educación pública. Menos aún aquellas que la vinculan con los problemas de violencia y criminalidad. Ganarle a la xenofobia en un contexto de crisis requiere ganar el marco en el que se va a dar esta lucha. Implica asumir que la migración es un derecho y que asociarla directamente a esas problemáticas es profesar odio hacia los inmigrantes.

En Argentina eso es lo que sucede con las políticas de Cambiemos, las declaraciones de Pichetto y la forma en que aborda una parte del periodismo el debate. No hay un «problema migratorio» sino derechos que el Estado tiene que comprometerse a cumplir.

1-migrar-1Como las palabras ejercen su poder no hay que permitir hablar de algo así como «inmigrantes ilegales». Quienes viven en el país y no han cumplido con sus correspondientes trámites migratorios no cometen ningún tipo de delito estipulado en el código penal. Migrar es un derecho y regularizar trámites es un tarea administrativa. La criminalización de la migración va en contra de la misma Constitución que en su Preámbulo sostiene está hecha «para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino» y sostiene que «los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano».

Lo que sí es ilegal en nuestro país es «combatir» la inmigración pues implica no reconocer un derecho adquirido. Eso es lo que impulsan quienes hacen declaraciones xenófobas y deciden abrir centros de detenciones para migrantes.

Vencer a la xenofobia implica imponer este marco conceptual todos los días y abrir la necesidad de debatir los principales problemas de la migración en nuestro país que se vinculan al acceso del trabajo digno y a los derechos sociales. Pero, ante el cambio de políticas del macrismo, tampoco alcanza solo con ponerle el nombre a las cosas o tener una legislación migratoria que es ejemplo en el mundo. Por esa razón este martes por la tarde organizaciones de migrantes convocan a movilizar al Congreso para defender sus derechos y rechazar la creación del centro de detención que impulsa Cambiemos.

@villaseninl

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