14 noviembre, 2016
Grosso: «Hay que pasar de un paradigma de planes sociales al del trabajo con derechos»
El próximo viernes la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la CGT se movilizarán junto a organizaciones políticas y sociales para exigir la aprobación de la Ley de Emergencia Social. Notas entrevistó al diputado Leonardo Grosso, uno de los impulsores del proyecto.

El próximo viernes la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la CGT se movilizarán junto a organizaciones políticas y sociales para exigir la aprobación de la Ley de Emergencia Social. Notas entrevistó al diputado Leonardo Grosso, uno de los impulsores del proyecto.
La movilización del 18 de noviembre -que se realizará en la Ciudad de Buenos Aires desde Avenida de Mayo y 9 de julio hacia el Congreso Nacional- busca ser la continuidad de la movilización de Liniers a Plaza de Mayo del pasado 7 de agosto. Allí fue donde, por primera vez, las organizaciones sociales plantearon la necesidad de una Ley de Emergencia Social.
El proyecto, elaborado por estas organizaciones y con el respaldo de los diputados de Peronismo para la Victoria (Movimiento Evita), fue trabajado con los distintos bloques opositores tanto en la Cámara baja como en el Senado. De acuerdo con Grosso, tras varias reuniones, ya tienen «quórum y número para aprobar la ley».
En concreto la propuesta sostiene la necesidad de crear el Programa de Ingreso Social con Trabajo (Programa Solidario) a través del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para crear un millón de empleos en todo el país y un registro de los mismos en el ámbito del Ministerio de Trabajo, con el objetivo de acordar una “salario social complementario” para el sector. Conforma también el Consejo de la Economía Popular. Además, declara la emergencia social y fija un aumento del 15% en la Asignación Universal por Hijo y en la Asignación por Embarazo para Protección Social. También estipula la emergencia alimentaria por un año para “garantizar la atención de las necesidades básicas alimentarias y nutricionales de la población en condiciones de vulnerabilidad”.
Según las estimaciones presupuestarias del propio proyecto se necesitarían 40 mil millones de pesos para crear el millón de puestos de trabajo y otros 570 millones para solventar los aumentos en las asignaciones. Para generar estos recursos se apunta a un impuesto especial al juego (máquinas tragamonedas), al giro de utilidades de empresas al exterior y a los plazos fijos en moneda extranjera.
– ¿Cuál es la actitud del gobierno nacional respecto al proyecto de Ley de Emergencia Social que ustedes proponen?
– Creo que el gobierno tiene una actitud de intentar debilitar la aprobación del proyecto. La estrategia de decir que van a vetar la ley lo único que pretende es desinflar los apoyos masivos que ha cosechado en el Congreso y en la calle.
– Además de la amenaza de vetar la ley han hecho planteos que buscan compensar de alguna manera los ingresos de los sectores más desfavorecidos como el bono navideño, etc.
– Si, el bono navideño que está planteando el gobierno es un vasito de agua en el desierto. No se compara con una ley elaborada por las organizaciones que se movilizaron el 7 de agosto desde Liniers a Plaza de Mayo. Esta es una propuesta de fondo que tiene que ver con ir construyendo un camino hacia el salario social complementario donde podamos pasar del paradigma de los planes sociales al paradigma del trabajo con derechos.
El bono no se compara tampoco en términos de herramienta colectiva de transformación de esa realidad como la ley que plantea crear un Consejo del Salario Social Complementario integrado por el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Desarrollo Social y las organizaciones inscriptas. Acá no se trata solo de una cuestión de plata.
– El viernes se va a realizar una movilización que, a priori, va a ser muy convocante para exigir la aprobación de esta ley. Pero también hay todo un trabajo de hormiga a nivel parlamentario para ganar apoyo ¿Cómo se dio ese proceso y que llegada tuvo a sectores que históricamente no están muy ligados a la lucha de los trabajadores y organizaciones sociales?
– El trabajo en el Congreso, tanto en el Senado como en Diputados, es posible por la movilización en la calle. No hay posibilidad de hoy estar discutiendo la Ley de Emergencia Social si no hubiera estado esa contundente movilización del día de San Cayetano.
Después de eso establecimos una mesa de trabajo y fuimos logrando que las organizaciones se sienten con cada uno de los bloques de la oposición en la Cámara de Diputados. Y todos ellos fueron dando públicamente su apoyo.
Hace dos semanas hicimos una reunión con absolutamente todos los bloques de la oposición -estuvo invitado el oficialismo pero no vino- y allí las organizaciones volvieron a pedirle a los diputados el apoyo y los bloques volvieron a decir que sí.
Ahí estaba Héctor Recalde, presidente del bloque del Frente para la Victoria; Graciela Camaño, presidenta del bloque del Frente Renovador; Oscar Romero del bloque justicialista; Victoria Donda y los socialistas con Alicia Ciciliani; estábamos nosotros de Peronismo Para la Victoria; y varios monobloques. Estaba expresada en esa reunión una mayoría numérica y de quórum para darle respaldo a esta legislación.
– Acabás de decir que tienen el quórum necesario para aprobar la ley, esto va a llevar a una pelea muy áspera el día que se realice la sesión en término de que efectivamente todos esos diputados bajen al recinto.
– Creo que tenemos la mayoría. Con los bloques que han expresado el respaldo a la Ley de Emergencia Social en la Cámara de Senadores, por ejemplo, ya está resuelto porque es el Frente para la Victoria, Fernando “Pino” Solanas, el GEN y los senadores de San Luis. Eso es una mayoría abrumadora que excede el quórum necesario para sesionar y tener ley.
Y en la Cámara de Diputados pasa lo mismo: si vos juntás al Frente para la Victoria, al Bloque Justicialista, al Peronismo para la Victoria, el Frente Renovador, los Socialistas y los monobloques, tenés quórum y número para aprobar la ley.
– Entonces el pronóstico es que el gobierno se enfrenta a un escenario casi seguro de tener que definir si vetarla o no.
– Exacto. Si el gobierno la veta, ya lo dijimos nosotros este fin de semana en nuestro Congreso, no va a ser la primera navidad que pasemos en el Puente Pueyrredón.
El gobierno tiene dos posibilidades: recoger la herramienta que las organizaciones sociales pusieron en la cancha para resolver los problemas de la política macroeconómica o enfrentar a las organizaciones movilizadas en la calle conquistando sus derechos como lo hemos hecho durante toda la historia.
Foto: Facundo Nívolo
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