11 noviembre, 2016
Efecto Trump: lo que brotan son problemas
Por Martín Ogando. El efecto Trump sobre la estrategia económica del gobierno para el 2017. La reactivación que no llega y un cierre del año político que se estira.
Por Martín Ogando. El fenómeno Trump no sólo sopapeó a los estadounidenses, sino que impactó dramáticamente puertas afuera. Inmediatamente las bolsas del mundo cayeron y cundió el pánico sobre un posible repliegue proteccionista. Las noticias no son buenas para Macri. No por su apoyo explícito a Hillary ni por supuestos entredichos en su pasado como empresarios, sino porque buena parte de las promesas de Trump amenazan subvertir un muy inestable escenario internacional, justo cuando el gobierno se orienta hacía la apertura comercial y el endeudamiento externo.
La primera duda es si el presidente electo intentará cumplir sus promesas electorales, o moderará sus planteos a cobijo del Partido Republicano. Si elige el primer camino, deberá lidiar con instituciones sólidas y resistentes que son el sustento del poder real en los Estados Unidos, el llamado “gobierno permanente”. Pero si finalmente logra implementar sus políticas proteccionistas nos dirigimos hacia un nuevo mundo.
Las dos principales vías con la que nuestro país cuenta para el ingreso de divisas pueden verse severamente afectadas. Una ofensiva proteccionista en EE.UU. pude darle el golpe de gracia a un comercio internacional ya de por sí anémico. Además del impacto directo sobre algunos productos que Argentina busca volver a colocar en el mercado del Norte, como carne y limones, las consecuencias indirectas son imprevisibles.
Pero el peligro mayor para Cambiemos se cierne sobre la llave maestra que sostiene toda su política económica del 2017: el acceso a los mercados de crédito internacionales. Trump ha criticado el bajo nivel de la tasa de interés de la Reserva Federal y sostiene que hay que lograr repatriar capitales a los Estados Unidos. Esto no está inmediatamente en sus manos, dada la autonomía de la institución monetaria, pero no debería descartarse que la hasta ahora abundante y relativamente barata oferta de dinero llegue a su fin. No sólo las tasas pueden verse afectadas, sino también que el propio volumen del crédito externo para un país como Argentina. Este escenario, hoy hipotético, sería de catástrofe para el plan económico de Cambiemos. Por lo pronto, los principales analistas financieros consideran que hay que desensillar hasta que aclare, y le sugieren al gobierno que suspenda cualquier nueva toma de deuda por 90 días.
¿Brotes marchitos?
A la incertidumbre global se suma la local. Los “brotes verdes” amenazan marchitarse y la mayoría de los analistas concuerdan en que no habrá reactivación en lo que queda del año. También abren el paraguas y avisan que la recesión podría ser más profunda de lo que ellos mismos pronosticaron hace unos meses.
El comercio minorista cayó en octubre un 8,2% respecto de igual mes del año anterior, según la CAME. La caída interanual arrastra diez meses consecutivos, y la mejoría con respecto a septiembre fue casi imperceptible. Los despachos de cemento (-17,7%) y la producción de autos (-16,4%) cayeron de manera aún más drástica. En ambos rubros, al igual que en la exportación de vehículos, los datos son peores que los del mes de septiembre. Para peor, la inflación de octubre alcanza según el INDEC el 2,4% (para el Congreso fue de 2,9%) merced al impacto del postergado tarifazo, diluyendo una de las buenas noticias que presentaba la gestión Cambiemos. La persistencia y profundidad de la recesión empieza a dejar huellas profundas, sobre todo en sectores de la industria. En la rama metalúrgica, por ejemplo, la Unión Obrera Metalúrgica afirma que se han acumulado 8 mil despidos y nada menos que 20 mil suspensiones.
Trabajando por un diciembre “light”
Puede que la recuperación económica se haga esperar hasta el año que viene, pero hay otra agenda que demanda tiempos más urgentes. El presupuesto nacional está cocinado y su aprobación en el Senado será sólo un trámite. Lubricar tan entusiasta apoyo opositor tuvo su costo fiscal para el gobierno. Este aspira a que otros proyectos claves se aprueben antes de fin de año.
Uno es el proyecto de participación pública privada (PPP) que luego de algunos traspiés está de vuelta en el Senado. El otro, golpea de lleno al mundo del trabajo. Se trata de la reforma de la Ley de Riesgos del Trabajo, que apunta a terminan con los supuesto altos índices de “litigiosidad”. Sin embargo, la famosa “industria del juicio” es desmentida por la realidad: entre el 2013 y el 2015 se judicializaron sólo el 5,31% de los siniestros. Macri apretó fuerte a Triaca para que la reforma avance y el 17 de noviembre se empieza a tratar en la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado.
El desafío presupuestario está ahora en la Provincia de Buenos Aires. Allí se necesitan dos tercios en las cámaras, por lo que Cambiemos estará nuevamente enredado en una ardua negociación. Los encuentros de intendentes y legisladores peronistas, que se vienen repitiendo desde el cónclave de Lobos, apuntan a lograr criterios y necesidades comunes para negociar en bloque con el ejecutivo. Saben que su cotización subió al calor de los desencuentros entre Maria Eugenia Vidal y Sergio Massa. A la gobernadora le preocupa que, en estas condiciones, el precio a pagar sea demasiado alto.
Fuera del palacio legislativo, le resta a Cambiemos construir un escenario lo menos conflictivo posible para fin de año. Avanzó muchos pasos cuando desactivó el paro de la CGT y fragmentó los distintos reclamos en curso. A sabiendas de que detener la conflictividad es tarea imposible, se conforma con contener y dividir. El 4 de noviembre las dos CTA y otras organizaciones convocaron una buena multitud en Plaza de Mayo. Ayer ATE Nacional paró y se movilizó en todo el país. Por ahora nada desborda la capacidad de contención del gobierno.
La prueba final será el 18 de noviembre, cuando la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, Barrios de Pie y la CCC, con el apoyo de la CGT, movilicen al Congreso en reclamo de una Ley de Emergencia Social. El gobierno tiene en carpeta algunas respuestas al reclamos de las organizaciones sociales y de la economía popular, pero decidió postergar la reunión pautada para esta semana. Como la movilización de todas formas se haría no tenía sentido ceder antes de la misma.
El problema mayor para el gobierno es que el proyecto avanza, merced al apoyo del conjunto de la oposición en el Senado. De aprobarse, dejaría a Macri en posición de volver al veto, como ocurrió con la ley anti-despidos. Por eso harán todo lo posible para que no llegue a tratarse en Diputados dentro de este ejercicio legislativo. Por el lado de las organizaciones saben que su importancia trasciende por mucho los paliativos que Carolina Stanley pueda entregar para pasar diciembre. Piensan que, aún con veto de por medio, lo que está en juego es el piso a partir del cual podrán tensar la cuerda con el gobierno en un año que se avecina complicado.
@MartinOgando
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.