Cultura

10 noviembre, 2016

Jackelin tiene un límite, o la vida no es una guaraña

Vuelve a escena Jackelin tiene un límite, unipersonal de Ariana Caruso. Un drama con tonada guaraní y muchos momentos de humor que plantea «un mensaje feminista y de contenido social, que observa y critica el rol de la mujer, colocando en el centro de la escena a una que no plantea precisamente reivindicaciones de género».

En ocasión de la realización de la Mesa redonda sobre “Universidad, acciones afirmativas y protocolos” que organizó la Comisión de Género y Violencia de Género de la Facultad de Ciencias Sociales, se presentó en el auditorio de esa casa de estudios, la reposición de Jackelin tiene un límite, celebrado unipersonal actuado por Ariana Caruso, sobre textos de su autoría y de Sergio Lobo.

Jackelin reflexiona acerca de la relación amorosa que mantuvo por muchos años. Su amante, Alfredo, ha muerto y sus herederos le exigen que deje la casa en la que vive, pues figura solamente a nombre de él. Muy probablemente hayan existido diferencias sociales y económicas entre ambos.

Ella tenía 16 años y él más de 40. Él se casó unas cuantas veces, pero nunca con ella, que estuvo siempre en las sombras, a un costado. Fue usada para todo tipo de menesteres: debió enseñarle los secretos del sexo a alguna de las inexpertas esposas de Alfredo e incluso tuvo que acceder al pedido de él para que su hijo “debutara” con ella. Ahora Alfredo está muerto, pero ella debe tramitar aún su separación definitiva, debe poner un límite.

Jackelin es una paraguaya de armas llevar, basta verla en escena, pero sin embargo a Alfredo nunca le dijo que no. ¿Podrá, ahora que está muerto?

Con mucho humor, Ariana Caruso despliega una excelente labor componiendo este personaje de mujer sencilla pero orgullosa. Que obedece y acepta pero que a la vez muestra las uñas y las mañas. Que sobre todo es consciente de su poder: Alfredo podía casarse con otras, pero siempre recurría a ella, porque ella es la pasión. Aceptó el amor y la relación tal cual venía, seguramente tal cual su educación se lo impuso. En realidad, hoy en Argentina, posiblemente el finado Alfredo hubiera terminado preso por atentar contra la integridad sexual de una niña.

La obra recoge, por una parte, un mensaje feminista y de contenido social, que observa y critica el rol de la mujer, colocando en el centro de la escena a una que no plantea precisamente las reivindicaciones de género; y, por la otra, aparece asociado en la historia, aunque sin profundizar demasiado, el tema de abuso sexual de niñas, niños y adolecentes.

Escenografía, música y vestuario componen un conjunto homogéneo que coadyuvan para presentar un interesante producto teatral.

La obra vuele a escena todos sábados de noviembre en el NoAavestruz – espacio de cultura.

Vale la pena ir a verla.

Ben Davis Min

 

Ficha técnica
Dramaturgia: Ariana Caruso, Sergio Lobo
Actúan: Ariana Caruso
Voz en Off: Adriana Bellot
Vestuario: Yanina Viegas Mendonca
Escenografía: Antonella Caruso
Maquillaje: Agustina Caruso
Música: Alisa Kaufman
Sonido: David Giro
Fotografía: Victor Alberto Calomeni
Asistencia de dirección: Juan Ignacio Coda
Prensa: Analia Cobas, Cecilia Dellatorre
Sábados de noviembre de 2016. 23 horas

No Avestruz espacio cultura
Humbolt 1857. Ciudad de Buenos Aires
4777.6956

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