Nacionales

6 noviembre, 2016

“La disputa por una forma diferente de producción sale de la agricultura familiar”

La licenciada en Ciencias y Tecnología de los Alimentos y trabajadora de la Secretaría de Agricultura Familiar, Sol de la Torre, analizó las dificultades que actualmente atraviesa el sector, así como quienes los asisten, desde el Estado.

La agricultura familiar es uno de los sectores que más sufrió el recorte de recursos por parte del gobierno de Mauricio Macri. En entrevista con Código de Radio*, Sol de la Torre, habló sobre las dificultades que actualmente atraviesa ese tipo de productores, así como quienes los asisten, desde el Estado.

De la Torre es licenciada en Ciencias y Tecnología de los Alimentos por la Universidad Nacional de Mar del Plata y se desempeña como Técnica en la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF) de la Nación. Desde ese lugar, es también delegada de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

La SAF depende del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Creada en el 2008, originalmente tenía rango de Dirección. De la Torre define su existencia como “una victoria» que después de la crisis del campo y el conflicto entre el gobierno y las corporaciones, «viene a generar un espacio de disputa dentro de un modelo de producción” de la mano de la Ley de Agricultura Familiar.

Son 1.500 de técnicos en el territorio del país que asesoran gratuitamente a los productores en todo lo vinculado a sus productivos y llevan el Registro Nacional de la Agricultura Familiar, la inscripción del monotributo agropecuario y otras líneas de financiamiento o acompañamiento socioproductivo a quienes no accederían si no fuese por medio de las articulaciones con el Estado.

Con el cambio de gobierno, la SAF sufrió 250 de los 300 despidos que tuvo ese Ministerio. Con gestiones gremiales se consiguió el reintegro de 70 personas. La licenciada destaca que el alto nivel de precarización del empleo en esa Secretaría, con contratos anuales o trimestrales, facilitó la reducción de los técnicos asistentes de ese sector.

La agricultura familiar incluye a aquellos sectores que producen los alimentos que abastecen el mercado interno como huevos, gallinas, frutas, verduras, entre otros. Hoy representa el 70% de la producción de alimentos en el país y son la mayoría de los productores del campo. Abarca sectores muy diversos como los productores del cinturón frutihortícola de Mar del Plata, campesinos, grupos de pueblos originarios y pesca artesanal. Su realidad difiere dependiendo la zona del país, pero tienen puntos en común.

“Algo que los unifica es el no tener la propiedad ni tenencia de las tierras en las que producen y la injusticia en el mercado del consumo por los intermediarios, que son los que fijan los precios», explica de la Torre. «Hace poco hubo un ‘verdurazo‘ como expresión de esos problemas de comercialización. Los eslabones extremos de la cadena agroalimentaria son los más afectados”, comenta.

Los agricultores familiares son víctimas del modelo impuesto de producción industrial y con agroquímicos y les resulta muy difícil romper con ello porque no son sujetos de crédito y no pueden financiarse salvo que la misma empresa que les vende las semillas les venda el paquete tecnológico y le financie el pago para cuando venda la cosecha. Sin embargo, la entrevistada reconoce que las estructuras de resistencia y la disputa por una forma diferente de producción salen “de las entrañas de la agricultura familiar; que es la única capaz de producir con un método alternativo por poder producir su propia semilla, arar la tierra de otra manera, generar diversificación en la producción, generar asociaciones de cultivo”.

En ese sentido, se pronunció en contra de los proyectos que pretenden penalizar la autoproducción de semillas, “una práctica ancestral”, resaltando que en Europa es lo que se promueve actualmente; junto con la eliminación de agroquímicos y la agroecología.

La ley de agricultura familiar toca muchos intereses: limita desalojos, regula la cadena de comercialización y cuestiones de género. Al día de hoy sigue sin reglamentarse. La principal limitante es la tierra. En la ley de agricultura familiar se preveía la creación de un Banco Nacional de Tierra y el acceso a financiamiento para que los productores puedan comprar sus parcelas.

Soberanía alimentaria

“La situación política actual habla de un retroceso en todo lo que tenga que ver con soberanía. En lo que es alimentaria mucho más”, afirma de la Torre y considera que si bien con la ley y la Secretaría se había avanzado mucho en el fomento de la agricultura familiar, la apertura de las importaciones y la baja de las retenciones es muy desfavorable no solo con el mercado de la soja, sino en términos generales.

El Estado argentino «castiga al agricultor familiar y espera que no progrese, que vuelva a ser un peón rural o vuelva a las ciudades. Sin embargo no deja de representar un 50% de la producción al mismo tiempo que ocupa solo un 3% de la tierra». «Nosotros no somos soberanos porque no podemos definir qué vamos a comer. La carne que compramos en la carnicería no sabemos de dónde viene, no podemos elegir que sea del mercado local. Lo mismo pasó con las frutas. Estamos perdiendo soberanía y eso habla de un modelo de sometimiento del Estado que viene impulsado desde el gobierno actual”, expresa.

Para la especialista, la vinculación entre el campo y la ciudad es distinta en cada zona. Por ejemplo en Misiones, donde la agricultura familiar es muy fuerte y la población es casi toda rural o semirural la relación es muy fluida y las ferias francas o los mercados populares abastecen a la mayoría de la comunidad. Pero en los centros urbanos no sucede lo mismo.

“Al productor hoy la jaula de acelga se la pagan 10 pesos y nosotros pagamos el atado 20 pesos en la verdulería. Si quiere poner un puesto en el mercado frutihortícola lo matan, se endeuda y le va a ir mal. Está pensado para que tenga que depender del camión que va y carga su cosecha», analizó de la Torre. «Por eso los técnicos de la Secretaría cumplimos un rol fundamental en generar nuevas vías de comercialización y también es muy importante la organización de esos productores. Hay experiencias donde salen a comercializar todos juntos, no solo vendiendo en bolsones conjuntamente si no negociando los precios en conjunto pueden correr un poco la vara”, añadió.

La delegada de ATE es también militante del Movimiento Popular Patria Grande y comenta que desde la organización están trabajando para facilitar canales de producción y comercialización solidaria que favorezcan a productores y consumidores, principalmente en La Plata, la Ciudad de Buenos Aires, Corrientes, Córdoba y el sur del país.

Lucía Banus – @luciabanus

* Código de Radio se emite los miércoles de 21 a 23hs en FM De la Azotea 88.7, Mar del Plata. También se retransmite por algunas emisoras comunitarias de la Red AMARC Argentina. Twitter: @codigoradiomdp

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