6 noviembre, 2016
Carlos Jáuregui y la lucha por la libertad
En el marco del festival Asterisco de cine LGBTIQ se estrenó el documental «El puto inolvidable» que recupera la lucha incansable de Carlos Jáuregui en defensa de la libre elección sexual y la igualdad de derechos. Desde el descubrimiento de la potencia del movimiento en París y la fundación de la CHA hasta la creación de Gays por los Derechos Civiles y la inclusión del artículo 11 en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.

“Que una persona sea o no gay debería ser un dato sin importancia. ¿Qué heterosexual va por la vida contando sus intimidades sexuales? ¿A quién le importan?
Si el hecho de ser homosexual afecta a quienes lo son es a causa de la falta de derechos, de la discriminación y la marginación a la que somos expuestos injustamente”
Carlos Jáuregui
Se estrenó en el marco del Festival Internacional de Cine LGBTIQ, también denominado Asterisco, la película dirigida por Lucas Santa Ana que evoca la figura de Carlos Jauregui, poniendo el acento en su trayectoria como militante por los derechos civiles, puesto que él entendía que la sexualidad y la defensa de la libre elección sexual debían inscribirse dentro del marco general de la defensa de los derechos humanos.
El puto inolvidable se articula como un documental biográfico. El film se construye en base a testimonios de aquellos que fueron sus amigos y compañeros, además de documentos gráficos y fílmicos de la época, presentados en secuencias muy dinámicas.
La narración va desde la infancia, su paso por la carrera de Historia en la Universidad de La Plata, el viaje para continuar los estudios en París y Nueva York, su relación con su hermano Roberto, la fundación de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), su posterior retiro por disidencias en 1987 y la fundación de Gays por los derechos civiles (Gays DC).
Es en París donde descubre que el movimiento gay tiene una presencia que jamás había imaginado. Así escribió que: ”En el 81, fui a mi primera marcha gay. Había sido organizada por el movimiento para cerrar una campaña que proponía no votar a los candidatos que acostumbraban a discriminar. A esa marcha asistieron unas diez mil personas y yo presencié todo eso absolutamente maravillado. Especialmente por ese contraste con lo que yo estaba acostumbrado a vivir en plena dictadura argentina… A partir de ese momento yo empecé a pensar que en la Argentina había que hacer algo”.
Dentro de estos grandes hitos en la historia de Carlos Jauregui, la película se detiene en la relación comprometida que mantuvo con el resto de los organismos de derechos humanos, en la marcha con la CHA para la entrega del Nunca más al entonces presidente Alfonsín, sus querellas contra los dichos ultramontanos del cardenal Antonio Quarracino y su posterior retiro de la CHA en disidencia con la actitud burocratizada del organismo y su enfoque de centralizar la problemática gay en las cuestiones relacionadas con el naciente HIV. Eso dio lugar a una militancia más radicalizada.
Entendió que era indispensable la unidad de todos los grupos que luchaban por la libertad de expresión de la identidad sexual.
Carlos Jauregui fue ante todo un apasionado militante, y como tal planteó que la estrategia central del movimiento debía consistir en la visibilidad. Se mostró en cuanto escenario pudo. Organizó la primera marcha de Orgullo Gay Lésbico en 1992. Peleó con sus últimas fuerzas -y lo logró- por la inclusión de la prohibición de la discriminación por orientación sexual en la nueva Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. De alguna manera el artículo 11 de la Constitución de la Ciudad es el antecedente histórico inmediato de lo que vino años después: unión civil y matrimonio igualitario.
Carlos Jauregui fue antes que nada, un luchador por la Libertad, la de todos nosotros.
Gracias.
Ben Davis Min
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