2 noviembre, 2016
Salud mental: “El Ameghino es hoy un hospital de campaña, funciona como puede»
Entrevista a Silvio Bodnar, médico del Hospital Ameghino, que pone en discusión la política pública en materia de Salud que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad. Un hospital con 400 profesionales que está acéfalo hace 11 meses y dónde faltan hasta las carpetas para escribir las historias clínicas.

Entrevista realizada en Radio Sur a Silvio Bodnar, médico del Hospital Ameghino, en la que pone en discusión la política pública en materia de Salud que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad. Un hospital con 400 profesionales que está acéfalo hace 11 meses y dónde faltan hasta las carpetas para escribir las historias clínicas.
– ¿Qué está pasando en el Hospital Ameghino y cuál es el reclamo de los trabajadores?
– Es cierto que el hospital está con problemas hace mucho tiempo, nosotros hemos sabido tener una Dirección consensuada con el gobierno que estuvo anteriormente y ahora hace 10 meses que estamos sin Dirección. El Poder Ejecutivo del gobierno de la Ciudad y los responsables del área de Salud no nombran un director y eso supone que tampoco tenemos un Jefe de Servicio y que toda la estructura que necesita un hospital está vacante.
Los profesionales ponemos el hombro cotidianamente para que esto funcione y nuestra intención es hablar con las autoridades para que se nombre una persona con historia en el Ameghino, que tiene su tradición y su perfil de trabajo, y no lo logramos. En parte porque hay un gremio que maneja la salud pública en la Ciudad, la Asociación de Médicos Municipales, que no ve con buenos ojos el tipo de asistencia que se brinda en nuestro hospital y se disponen a intervenirlo o a poner un director que venga de afuera. Eso es lo que nosotros, en este momento, estamos resistiendo.
Ya se han entrevistado dos compañeras y estarían en condiciones de ser nombradas para el cargo pero este gremio, que representa a muy pocos trabajadores del hospital, se opone porque quieren ser ellos los que manejen el Ameghino. Uno supone que cuando alguien asume la representatividad gremial de sus compañeros no va a estar en la misa y en la procesión al mismo tiempo, porque no se puede realizar tareas gremiales y ser parte del gobierno que lleva adelante políticas destructivas de un Estado.
– ¿Cuáles son las autoridades responsables de esta situación y con qué argumentos plantean la intervención del hospital?
– Estamos hablando de la Dirección General de Salud Mental de la Ciudad y de su Ministerio de Salud. Y ojalá se alegara algo, porque de esa manera sabríamos contra qué discutir. En lo concreto, nosotros no estamos recibiendo instrucciones porque la última directora que tuvimos se jubiló en diciembre del 2015.
Es un delirio pensar que una institución de estas características, con casi 400 profesionales, puede funcionar sin conducción durante casi un año. De hecho no se puede. Nos faltan insumos y estamos en una situación muy difícil. Cuando los pacientes se acercan a la farmacia del hospital se encuentran con que empieza a escasear porque no tenemos una estructura que se ocupe de estos temas. Y no hace falta abundar demasiado para deducir las consecuencias que puede tener para nuestros pacientes discontinuar su tratamiento con psicofármacos.
– Hace unos años hablábamos con un trabajador del hospital y nos decía que ya entonces tenían problemas. ¿Por qué tantos años de conflicto? ¿Es una cuestión económica o pasa por otro lado?
– Desde que fue cesanteado el director que habíamos consensuado y que trabajaba con nosotros desde 2007, empezaron las elecciones a dedo por parte de los funcionarios de turno. La verdad es que hace nueve años que venimos discutiendo desde la Asociación de Profesionales de la institución con las autoridades para pensar cómo ser más eficientes en nuestra tarea, para poder tener una mirada sobre la salud mental que sea integral, etc.
El problema es que hay un discurso hegemónico en el área de salud mental donde las intervenciones interdisciplinarias parecen no tener lugar. Y también es cierto que las leyes vigentes plantean que los cargos de conducción para instituciones como el Ameghino deben ser concursados entre trabajadores de la salud mental. Los médicos, por ejemplo yo, si antes tenía que discutir los cargos de conducción con otros médicos ahora tengo que discutirlo también con psicólogos, psicopedagogos, terapistas ocupacionales y trabajadores sociales. La verdad es que parece que cuando esto sucede hay colegas que piensan que le están metiendo la mano en el bolsillo para quitarles su plata y, entonces, no quieren saber nada.
– ¿Podemos decir que el Ameghino está en crisis a partir de la acefalía que estás contando? Si es así, ¿qué cosas debería hacer una nueva Dirección?
Lo primero sería llamar a concurso para cubrir los otros cargos de conducción y hacerlo siguiendo las prerrogativas que indican las leyes de salud mental. Acá tenemos muchos servicios: adultos, infanto-juvenil, equipo de grupos, equipo de familia y pareja que hoy están sin dirección. Entonces la institución no funciona como institución. Sucede lo que cada profesional puede garantizar en el consultorio con sus pacientes pero la institución, en sí, no funciona.
Te doy un ejemplo: la semana pasada la empresa que alquilaba las fotocopiadoras las retiró porque se incumplió el pago por tercer período consecutivo. Eso es responsabilidad de los cargos de conducción que hoy están vacantes. Y una fotocopiadora puede parecer un objeto trivial, pero te sirve para hacer copias de los oficios judiciales, por ejemplo. Oficios por violencia en una pareja, oficios para vincular a los chicos con algún familiar, etc. Es decir, es un insumo necesario.
Desde hace un mes no tenemos ni carpetas para las historias clínicas y tenemos que abrochar hojas sueltas porque nadie se ocupa. El Ameghino es hoy un hospital de campaña, funcionando como puede y con lo que está al alcance de la mano. Me parece que en una ciudad como esta, que es uno de los distritos más ricos del país, esto no debería estar pasando.
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