Cultura

2 noviembre, 2016

El evangelio según Philip Dick

A 17 años de su estreno en nuestro país, el manga Neon Genesis Evangelion sigue considerándose como uno de los productos culturales de mayor complejidad e influencia de fines del siglo pasado. Lejos de ser un producto para niños, partiendo de la premisa bíblica del Apocalipsis, la serie plantea un combo apasionante de filosofía, ciencia ficción y adolescentes huérfanos que manejan robots gigantes.

En noviembre de 1999 desembarcaba en nuestro país, de la mano de la señal Locomotion, la serie animada japonesa Shin Seiki Evangelion -o, como la conocimos aquí, Neon Genesis Evangelion-. Novedosa apuesta de ciencia ficción, tanto en Argentina como en todo el mundo subió la vara en cuanto a los productos de animación apuntados al público adulto. Filosofía, ciencia ficción y adolescentes huérfanos que manejan robots.

Cuando las condiciones no están dadas, se crean. En 1999 el animé (hoy por hoy se sobreentiende: series animadas de origen japonés) pisaba fuerte en nuestro país. Pokemon era un éxito de taquillas en el cine, Dragon Ball ya se había consagrado con todas sus sagas y Ranma 1/2 era sobre-analizada en los medios por su temática (para el conservadurismo) transexual. Incluso el programa de preguntas y respuestas Tiempo de Siembra, conducido por Pancho Ibáñez, en uno de sus programas especiales de ese año sacó al aire una edición especial con una temática exclusivamente sobre anime (y, por alguna razón, Los Simpson).

Aún así, el segmento al que apuntaban las señales a la hora de elegir los programas a estrenar era el infantil. La cruzada porque la animación japonesa fuera reconocida como apta para adolescentes y jóvenes adultos era encabezada por la hoy mítica revista Lazer, de la Editorial Ivrea. Número a número, su principal redactor y editor general Leandro Oberto (hoy comandando la editorial desde España) argumentaba desde las páginas de la revista que obras por fuera de las infantiles tenían un público esperando en nuestras tierras. Una señal respondió a esa demanda.

Al sexto día Dios hizo al hombre

Locomotion llevaba tres años en la región sin mayor éxito. Su programación se componía mayormente de comedias de los años ochenta y, por alguna razón, la recientemente estrenada en ese momento South Park. Tras el cambio de manos que tuvo el canal, pasando a ser parte del venezolano Grupo Cisneros, la señal fue relanzada y centró su grill en la animación que apuntaba al público masculino. De Duckman a Ren & Stimpy hasta las japonesas Cowboy Bebop y Lupin III, las filas del canal se llenaron de jugadores que todo consumidor de series quería en ese momento. Pero un jugador brillaba por su despunte, su irreverencia y, sobre todo, su audacia.

La tierra se vio sacudida el 13 de septiembre del año 2000 por un meteorito que impactó contra la Antártida derritiendo los polos e inundando la mayor parte de las ciudades costeras del mundo. El evento, conocido como Segundo Impacto (siendo el primero el que aniquiló a los dinosaurios), trastornó la configuración regional y política del mundo entero. Con sus dificultades, los sobrevivientes pudieron seguir adelante hasta el año 2015, momento en el que una extraña criatura atacó la ciudad de Tokyo 3.

Imprevistamente, un grupo de personas no se vio sorprendido por el ataque: Nerv, una organización dependiente de la ONU, tenía preparado un robot para enfrentar a la criatura, a la que denominaban Tercer Ángel, y se aprestaban a enfrentarlo con otras máquinas del mismo tipo llamados EVAs, todos piloteados por jóvenes de quince años que reunían características en común.

Lo que en un primer momento puede presentarse como una ciencia ficción algo tirada de los pelos, más tarde y a lo largo de sus 26 episodios, se desarrolla más como una obra cercana a cualquier temática distópica de Philip K. Dick o una novela de Arthur C. Clarke. En Shin Seiki Evangelion los protagonistas, lejos de ser arquetipos heroicos como en Robotech o Mazinger Z, son niños acomplejados por la temprana muerte maternal, un dilema edípico o trastornos de ansiedad. Todo animado, todo hace más de 20 años.

El protagonista es Shinji Ikari, un joven de 15 años que, luego de un tiempo viviendo con sus tíos, es reclutado por su distante padre para pilotear uno de los robots destinados para combatir a las extrañas criaturas que atacan la tierra. Luego de resistirse a la decisión de su progenitor -uno de los cabezas de la organización Nerv-, se resigna a su suerte y conoce a las otras dos pilotas de los EVAs: Rei Ayanami, una enigmática joven que pronuncia una palabra cada tres capítulos, y la histriónica pelirroja Asuka Langley, una niña japonesa-alemana de carácter insoportable y encantador. A los tres elegidos los rodea esta misteriosa organización que parece tener todo controlado, incluso el propio designio de Dios.

Dios creó a la mujer y la llamó Eva

A lo largo de los casi 20 años que nos separan del final de la serie creada por Hideaki Anno -cabeza del estudio Gainax- se produjeron cientos de análisis alrededor de la obra. Sus influencias van desde la psicología freudiana hasta la influencia del mito judeocristiano de la creación. Cada uno de los monstruos que atacan la tierra luego del Segundo Impacto está relacionado con un ángel de la religión católica, la película que se desprende de la serie interpreta el Apocalipsis bíblico y los últimos dos episodios ocurren enteramente dentro de la cabeza del protagonista.

A pesar de que el propio estudio creador de Evangelion intentó desentrañar el intrincado final de la serie a través de un manga posterior e incluso nuevos episodios autoconclusivos divididos en varias partes, nunca pudieron repetir el éxito y la densidad teórica y creativa del producto original. Es por ello que Neon Genesis Evangelion se considera uno de los productos culturales de mayor complejidad e influencia de fines del siglo pasado.

Iván Soler – @VanSoler

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