30 octubre, 2016
El gobierno y la oposición comenzaron mesa diálogo en Venezuela
El domingo 30 de octubre se instaló en Venezuela la mesa de diálogo entre el gobierno y la oposición luego del juicio político inconstitucional que la oposición promueve contra Nicolás Maduro. La derecha viene intentando instalar el escenario para dar un golpe de Estado desde el Parlamento, pero la intervención del Vaticano y la promoción de una mesa de diálogo hicieron torcer su estrategia.

El domingo 30 de octubre se instaló en Venezuela la mesa de diálogo entre el gobierno y la oposición luego de que esta promueva un juicio político inconstitucional contra Nicolás Maduro. La oposición venezolana ha vuelto a arremeter contra el gobierno al promover una serie de movilizaciones con el objetivo de instalar un golpe de Estado. Pero la intervención del Vaticano y la promoción de una mesa de diálogo hicieron torcer su estrategia.
Las idas y vueltas para la instalación de esta mesa de dialogo estuvieron puestas sobre la Mesa de Unidad Democrática (MUD), la alianza de los partidos de oposición que no llegaron a ponerse de acuerdo sobre la estrategia a llevar adelante. La intervención del Vaticano reveló la existencia de fuertes disidencias dentro de la alianza opositora.
Por un lado, un sector que apunta a remover a Maduro mediante la violencia, liderado por Leopoldo López y su partido, Voluntad Popular, se rehúsa a sentarse a dialogar. Éste fue el único sector que no participó del diálogo. Por otro lado, los sectores que se sientan lo hacen bajo presión, temiendo perder legitimidad frente a sus seguidores y ser tildados de violentos. Henry Ramos Allup (presidente de la Asamblea Nacional) y Henrique Capriles lideran este sector, representado por el vocero de la MUD, Jesús Chuo Torrealba, quien aceptó participar del diálogo.
Por parte del gobierno participaron del lanzamiento de la mesa el presidente Nicolás Maduro, la canciller Delcy Rodríguez y los dirigentes Jorge Rodríguez y Elías Jaua. De la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), estuvieron Torrealba, Henry Falcón, Carlos Ocariz, y Timoteo Zambrano
Presidente @NicolasMaduro: "Diálogo, palabra, encuentro, para la búsqueda del interés común del país" pic.twitter.com/Nn2KMCwTJE
— Prensa Presidencial (@PresidencialVen) October 31, 2016
Esta mesa además, está integrada por una serie de actores que incluyen el enviado del Vaticano, Emil Paul Tscherrig, el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper y el ex presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero. También participan los ex presidentes de Panamá, Martín Torrijos y de República Dominicana, Leonel Fernández.
Tscherrig dio inicio a la mesa de conversaciones resaltando que el diálogo es el único camino que permitirá a Venezuela construir con proyectos comunes y superar las dificultades. Por su parte, Nicolás Maduro destacó que esta será una oportunidad para desarmar el odio y la intolerancia y «abrir el camino al amor. Yo creo profundamente en el amor como el arma más poderosa para un proceso de paz».
Con la bendición de la ONU
A dos mil kilómetros de isla Margarita, en Cartagena de Indias, se realizó la XXV Cumbre Iberoamericana, un espacio promovido por España y la Organización de Naciones Unidas (ONU) y fundado en Bolivia en el 2003 con el objetivo de establecer mecanismos de cooperación en base al “acervo cultural común” existente entre los países de América Latina y España.
Los protagonistas de la fiesta fueron el rey Felipe VI de España y el presidente Santos, flamante ganador del premio Nobel de la Paz. En sus alocuciones, se refirieron a los derechos de la juventud y su rol en el emprendimiento económico y educación, que fueron los temas centrales del encuentro. La ironía de la convocatoria residió en que España cuenta actualmente con un nivel de desempleo joven por encima del 50% mientras que América Latina continúa siendo la región más desigual del mundo.
Más interesantes fueron los encuentros por fuera del cronograma oficial. Uno de estos fue la reunión entre el secretario general electo de la ONU, el portugués Antonio Guterres, y Santos. “Esta es una cumbre de paz. Ante ustedes digo: No defraudaremos esperanza de Colombia y del mundo de acabar esta guerra”, afirmó entusiasta el presidente colombiano en su cuenta de Twitter.
Horas antes, había suspendido unilateralmente la instalación de la mesa de diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y lanzado una serie de reuniones con los partidos promotores del «no» en el plebiscito, cercanos al ex presidente de extrema derecha, Álvaro Uribe.
Frente al optimismo de Santos puede contraponerse la rabia del presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, quien no tuvo asidero para plantear el debate sobre Venezuela en la agenda. “Es muy difícil tener una reunión como estas sin hablar de estos temas, porque ustedes hablan de educación, empleo y todos esos temas tan bonitos, pero no se está ocupando de aquellos temas candentes”, dijo el mandatario, luego de haber anunciado en su país que encabezaría la embestida contra el gobierno de Maduro.
Pero Kuczynski debió irse con las manos vacías. Es que a puertas cerradas y durante un almuerzo, los mandatarios tuvieron un debate sobre el tema y consensuaron que no hay solución para los problemas de ese país «sin un diálogo constructivo entre las partes» con el apoyo de la comunidad internacional.
Guterres fue quien dio a conocer esta información, luego que Rebeca Grynspan, la secretaria General Iberoamericana y coordinadora de la Cumbre, dijera a los medios que “la salida a la crisis venezolana debe ser dialogada y sin violencia”, en clara alusión al diálogo apoyado por el Vaticano.
Micaela Ryan – @LaMicaRyan
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