Cultura

25 octubre, 2016

El hijo de dios: prédica del fútbol libre

Este jueves 27 se estrena en el Espacio INCAA Km 0, Cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635) el film escrito y dirigido por Mariano Fernández y Gastón Girod: El hijo de dios. Como su premisa promete, un verdadero western bíblico-futbolero.

En un mundo invadido por el deporte industrializado, por el fútbol mecanizado, todavía quedan quienes predican un fútbol libre. Quienes ven el juego por sobre el negocio. Lo lúdico por sobre lo industrial. Este relato épico contado desde la vida en los pueblos del interior de la provincia de Buenos Aires, es el escenario perfecto para poner de llano esta dicotomía. Y todo en clave de los viejos Spaghetti westerns de Sergio Leone. Pero para sumarle aún más originalidad, la trama se construye sobre los relatos bíblicos, que son la realidad del pueblo ficticio de Betania.

Una sinopsis corta para entender el asunto: “En la semana de Pascuas, tres amigos llegan al pequeño pueblo de Betania, lugar sometido futbolísticamente al poderío de Pilatos, el comisario y arquero local. Luego de una trifulca con las fuerzas policiales, los muchachos son apresados y obligados a aceptar el duelo futbolístico propuesto por Pilatos para recuperar su libertad. Todo parece perdido, pero la repentina aparición de un misterioso jugador llamado Jesús, torcerá el trámite del partido y el destino de Betania para siempre”.

https://www.youtube.com/watch?v=M4eFZfzpP1

El forastero que llega a un pueblo donde no ha sido invitado. La causalidad. El lugar equivocado, en el momento equivocado. Los buenos y los malos se identifican fácil, algo muy particular del género western. Las aguas divididas desde un principio entre los que predican un fútbol duro, mental, y los que optan por un juego, por la pasión, esa que no se explica, pero que el entrenador del equipo (interpretado ni más ni menos que por Norberto “el Ruso” Verea) resume en pocas palabras: “Es un juego. Salgan a divertirse”.

Los personajes son referencias directas a los textos bíblicos: Bautista, Santiago, Pilatos, Magdalena, Pedro, y obviamente, Jesús. Quien cumple también el rol de salvador. No de la humanidad, pero si al menos del fútbol en el espacio demográfico que Betania ocupa. Y salvar ese fútbol, no es algo menor para el pueblo.

Todo lo malo de las prohibiciones surge con la prohibición del fútbol libre en este inhóspito pueblo del interior: mercenarios dedicados a la compra y venta de niños, que se comerciaban como esclavos a ligas profesionales de las grandes ciudades, incurrir en la clandestinidad para patear una pelota, o siquiera rozar un metegol y penas de cárcel para aquel que desafíe la autoridad impuesta por el clero local y las autoridades policiales.

Como en todo buen western no puede faltar un decisivo duelo final que, en este caso, no es desde las armas, ni al salir el sol. Esta vez el escenario es el potrero, y los balazos son remates al arco, tacos, lujos y tres dedos. Esta ópera prima de Fernández y Girod ya ganó el premio a Mejor Película en el OverTime Films Festival de México y no debería pasar desapercibida en la cartelera nacional. Una muestra de que el cine nacional no está condenado a la repetición constante.

David Radosta – @RadostaDavid

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