#NosotrasParamos: eco de la movilización argentina en Brasil

La avenida Paulista, en el centro de São Paulo, es ícono y referencia de las movilizaciones del campo popular. En la tarde del domingo 23 de octubre fue el turno de las mujeres que denunciaron el femicidio y el golpe machista, al mismo tiempo que un pequeño grupo en apoyo a Temer se manifestaba en ese lugar.

La principal avenida de la ciudad de São Paulo permanece cerrada al tránsito durante los fines de semana y se convierte en un espacio de dispersión para la inmensa populación paulista. Pero también es el escenario principal de las movilizaciones y protestas, tanto en defensa de la democracia como a favor del golpe parlamentario, incluso de la intervención militar.

El domingo 23 de octubre, pasadas algunas horas del mediodía, un grupo de personas vestidas con la camiseta de fútbol de la selección brasileña comenzaron  a levantar un inflable con la imagen de Lula con ropas de presidiario. La derecha de Brasil se estaba concentrado para apoyar la PEC 241, el proyecto conocido como Escola Sem Partido, exigir la salida de Maduro en Venezuela y reclamar la prisión de Lula y Renan Calheiros. Sobre la reciente prisión de Cunha, o los riesgos previsibles en la salud y la educación públicas de la PEC 241 o la privatización del Pre-Sal, no manifestaron ni una palabra.

Cruzando la calle, bajo el edificio del Museo de Arte de São Paulo (MASP), grupos de mujeres comenzaban a llegar y toda el área del museo comenzaba a tornarse de color violeta. Mujeres de la União da Juventude Socialista (UJS) y colectivas independientes organizaron una marcha en homenaje a Lucía Pérez de Argentina, víctima de la violencia machista y cuyo femicidio fue uno de los motivos del paro de mujeres que se llevó adelante en Argentina el pasado miércoles bajo el lema #NosotrasParamos.

La concentración de mujeres fue creciendo hasta acercarse al borde de la avenida, y luego llevaron las banderas y carteles al centro de la Paulista, en un canto que era un solo rugido.

Unos metros más allá, separados por un carril central de la calle y con un cordón de la Policía Militar custodiándolos, se encontraba el pequeño grupo que reclamaba la prisión de Lula. Ahogados en su propio grito de odio irracional no podían dar cuenta de su exigencia frente a la importancia del reclamo y reivindicación que las mujeres llevaban en cada canto, en cada pintura en la piel, bajo consignas muy presentes como “Ni Una Menos en América Latina”.

Inagotables, con su espíritu más firme que nunca teniendo en frente al enemigo machista declarado, las mujeres tomaron la calle de la avenida Paulista y comenzaron la marcha para denunciar los femicidios de todo el continente. Al caer la tarde, la movilización culminó en la Plaza Roosevelt, centro de históricas concentraciones, donde las mujeres dieron cierre a una nueva jornada del movimiento feminista de Brasil que continúa creciendo junto a sus pares de todo el continente.

Gerardo Gamarra, desde São Paulo – @ideasGraves

Foto: Mídia Ninja