Cultura

19 octubre, 2016

Tsunami: el Indio y la crónica de un océano de pasiones

Vorterix publicó la entrevista/documental exclusiva en la que Mario Pergolini dialogó con el Carlos «el Indio» Solari sobre su vida, sus miedos, la vejez, Los Redondos y los fans. Un documental que se parece más a un perfil del mítico cantante y un acercamiento más humano del hombre detrás del mito.

Vorterix publicó la entrevista/documental exclusiva en la que Mario Pergolini dialogó con el Carlos «el Indio» Solari sobre su vida, sus miedos, la vejez, Los Redondos y los fans. Un documental que se parece más a un perfil del mítico cantante y un acercamiento más humano del hombre detrás del mito.

El mismo día del estreno de Tsunami: Un océano de gente, Mario Pergolini declaró a la prensa: “Me convertí en el único vocero del Indio”. Humildad aparte, así se refirió el conductor a la charla que mantuvo el día previo al show en Tandil, el 12 de marzo de este año, con el ex cantante de Los Redondos. La conversación, bastante íntima con el Indio, fue filmada y dirigida por Julio Leiva y Maximiliano Rodríguez, para pasar a convertirse en un documental que más que alimentar la figura del ex redondo, la baja un poco a tierra. Un logro del film.

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La figura del Indio siempre se caracterizó por cierta aura de misterio, sobre todo por el escaso contacto con la prensa y las productoras en general. Pero en Tsunami, podemos ver a Carlos Alberto Solari hablando de lo que quiere, como quiere.

Si bien la entrevista es bastante complaciente y carece de rigurosidad en las preguntas -tampoco es que tuviera que ser un interrogatorio- hay varias cosas buenas que se pueden decir de esta producción.

La película documenta un hecho en particular: el show que Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado dieron en Tandil. La puesta en marcha desde la escenografía, la logística, los músicos y todo lo necesario para el recital. Un despliegue tan inmenso de recursos que Julio Saez -manager del grupo- cuenta que hasta los Rolling Stones se vieron sorprendidos por la magnitud del evento.

No es un documental sobre el Indio, no es un documental sobre su historia, ni la historia de la banda o de Los Redondos. Es un documento sobre un hecho particular, y sobre un Carlos Solari en particular. El que dejó atrás etapas de su vida, el distanciado de Skay, el de la decrepitud y el de la enfermedad que no lo para ni un poco.

Toda vez que el Indio habla, genera mucha expectativa y no solo en sus fans. Este documental, anunciado en la plataforma de Vorterix que busca integrarse en un mercado de radio Audiovisual -y también competir con plataformas como Netflix- tuvo gran parte de eso. Apenas minutos después de ser publicado, tuvo más de 300 mil visitas. La página colapsó.

Todo lo que tiene que ver con el Indio y la devoción de sus fans colapsa. Su público, tal como él los define, no entiende el Sold Out, el quedarse sin entrada.

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Tsunami tampoco es un recital grabado. De hecho se incluyen pocas canciones y sí mucho tiempo de charla con el Indio. Pero también con sus músicos y sonidistas, gente que en general queda un poco en segundo plano al lado de la figura del líder del grupo. En este caso no, se destaca la importancia de ellos para que la magia se produzca. Es una película de culto al mito del Indio, pero con un personaje más humanizado. Más accesible.

El documental gira en torno a tres ejes en los que se explaya el Indio mucho más que de costumbre: su enfermedad -la cual anunció justamente en ese mismo recital a sus fans-; el testimonio de los músicos que integran el grupo y dan sustento melódico a las letras del cantautor; y la separación de Los Redondos. Ahí está la clave a lo que se suma alguna anécdota interesante como la pasada de factura a Mick Jagger por querer apropiarse del pogo más grande del mundo, o la vez que el Indio quedó a cargo de un hogar para menores.

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El Parkinson es un tema central. Y el Indio aporta su mirada sobre la vejez y la decrepitud. Se considera en decrepitud. Pergolini le pregunta -obviamente- que significa eso. “Son esos 30 años de vida de más que la ciencia nos dio”, responde Solari y cuenta su experiencia. Cómo descubrió la enfermedad, qué es ser viejo para él, y cómo, según él, no sirve para viejo. Pero también hace hincapié en que de los escenarios, el lugar donde realmente está cómodo, no lo van a bajar así nomás.

“Yo no sé por qué soy el Indio Solari. Salud”, dice sonriente mientras se lleva un whisky a la boca. El mito en si mismo escapa al protagonista. Todo el tiempo Solari recuerda que hay algo en su música, en sus fans que lo excede incluso a él. Las imágenes de las calles de Tandil llenándose de gente hablan por si solas. La ciudad de verdad se está inundando por este océano de gente que llega de a poco, en caravanas, en familias. Como puede. La cantante Deborah Dixon -que realiza los coros en el grupo- lo define categóricamente: “La palabra multitudinaria no alcanza. Es realmente un océano de gente”.

¿Por qué Tsunami? Un tsunami es un maremoto, un terremoto en el mar. Y la explicación se puede encontrar en la película. Es cuestión de mirar la imagen aérea del público cuando empiezan a sonar los acordes de «Ji Ji Ji», y el Indio le exige al frontman de los Rolling Stones que se haga de abajo. A esa distancia, lo que se ve no son cuerpos, es una masa homogénea de pasiones que pogean al ritmo de ese rock frenético que se volvió una canción de culto. La pasión por ese hombre que está ahí arriba, con una manito en el bolsillo cantando, recorriendo el escenario una vez más y  según el, no va a ser para nada la última.

David Radosta – @RadostaDavid

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