Batalla de Ideas

18 octubre, 2016

Más turismo pero menos consumo

Por Juan Carlos Travela*. La recesión económica que está sufriendo el país ha generado que, aunque se hayan registrado más personas viajando que en 2015, exista una caída en el consumo vinculado al turismo del 4% durante el sexto fin de semana largo en el país. ¿Es posible hacer una lectura diferente respecto a la crisis?

Por Juan Carlos Travela*. La recesión económica que está sufriendo el país ha generado que, aunque se hayan registrado más personas viajando que en 2015, exista una caída en el consumo vinculado al turismo del 4% durante el sexto fin de semana largo en el país. ¿Es posible hacer una lectura diferente respecto a la crisis?

Las políticas económicas de la actual gestión nos han llevado a una situación muy compleja: inflación interanual a octubre del 42%, pérdida de 120 mil puestos de trabajo durante el primer semestre, contracción en julio del 5,9% del PBI frente al mismo mes del año pasado, y crecimiento de la deuda externa que en septiembre llevaba sumado un total de 32 mil millones de dólares.

Esto ha golpeado fuertemente a los bolsillos de los argentinos y los resultados se han visto en el último fin de semana largo ya que, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas vinculadas al consumo se han reducido un 4% medido en cantidades, frente al mismo fin de semana largo del año pasado. En total, 923.600 personas viajaron por Argentina, lo que representa un aumento del 3% y un gasto generado de $1.662 millones en diferentes destinos turísticos del país.

En lo que va del año hubo 6 fines de semanas largos, en lo que se registraron 7,4 millones de turistas, y gastos por $13.535 millones en las economías regionales.

¿Qué relación existe entre la situación argentina y las visiones decrecionistas?

Aunque existan varios aportes teóricos previos, el decrecionismo se afianza a partir de la década del 70 siendo Los límites del crecimiento, uno de los informes realizados por el Club de Roma, de los más importantes que puso en agenda la incipiente crisis ambiental. La tesis principal es que, en un planeta de recursos finitos, el crecimiento no puede ser continuo e ilimitado. Los aportes teóricos desde ese entonces han continuado, y hoy en día, economistas de gran prestigio nivel mundial, como es el caso de Ha-Joon Chang o Tim Jackson retoman alguna de sus propuestas, en las que se propone que para salir de la crisis ambiental es necesario que los países desarrollados, sin abandonar sus niveles de bienestar, reduzcan sus niveles de consumo.

Estas propuestas se basan, por ejemplo, en modificar las pautas de consumo destinadas al ocio y al transporte, lo que nos permite analizar el caso argentino descripto anteriormente.

Es necesario aclarar que estos autores expresan de forma explícita en sus escritos que estas propuestas son para países desarrollados, ya que los países en vías de desarrollo necesitan continuar creciendo para lograr erradicar la pobreza, pero, más allá de eso, se pueden utilizar algunos elementos para hacer un análisis sobre la situación de nuestro país.

Más personas disfrutando de nuestro país

Aunque el gasto medido en cantidades se ha reducido y eso es un problema para la economía (actual), la realidad es que frente a las 896.700 personas que viajaron durante el feriado del 12 octubre del año pasado, este año lo han hecho 923.601. Es decir, más personas se han dado el gusto de disfrutar del turismo en nuestro país, y a eso se lo puede relacionar con un aumento de bienestar, que no está vinculado al consumo de bienes materiales.

Está claro que estos resultados no se relacionan con una modificación de las políticas del Estado en pos de un desarrollo verdaderamente sostenible, sino que tienen que ver con la crisis económica inducida desde el 10 de diciembre. Sin embargo, hay conclusiones que se han dejado de lado en los medios hegemónicos.

Pensar estrategias

Este aumento del número de turistas con menor gasto por persona que se ha generado como “efecto secundario”, es una demostración de que se puede aumentar el nivel de bienestar de una sociedad aun en etapas recesivas, y que no es necesario apostar por el crecimiento económico, sino por una verdadera política de redistribución de la riqueza (hoy ausente), lo que debe ser tomado como ejemplo por los movimientos políticos que trabajan hoy por generar una economía sostenible, ya que la apuesta está en generar las condiciones para que, luego de esta noche neoliberal, podamos como sociedad terminar con la visión del ciudadano-consumidor.

Por último, la situación económica actual descripta anteriormente no parece que vaya a mejorar para los sectores populares, ya que las medidas de apertura económica y negociaciones salariales van a provocar que más personas queden desempleadas y  caigan en la pobreza, dado que los objetivos de los economistas al mando del país son solo reducir la inflación (que ya corre por encima de los salarios y va a continuar así) y mejorar la competitividad, donde los salarios son el primer elemento a reducir.

@JuanCTravela

* Licenciado en Comercio Internacional, Universidad Nacional de Quilmes

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