22 agosto, 2016
Vaca Narvaja, sobre Trelew: “Había un concepto de unidad muy importante”
Fernando Vaca Narvaja repasó los detalles de la fuga del penal de Rawson en 1972, la antesala de la Masacre de Trelew de la que se cumple este 22 de agosto un nuevo aniversario. En una entrevista con el programa “Siempre es hoy” de Radio del Plata analizó, además, el presente de la lucha por los derechos humanos y criticó al gobierno de Macri.

Fernando Vaca Narvaja repasó los detalles de la fuga del penal de Rawson en 1972, la antesala de la Masacre de Trelew de la que se cumple este 22 de agosto un nuevo aniversario. En una entrevista con el programa “Siempre es hoy” de Radio del Plata analizó, además, el presente de la lucha por los derechos humanos y criticó al gobierno de Macri.
La fuga
“Lo que falló fue lo más sencillo de una operación compleja: la señal de un pañuelo que se hacía desde arriba de uno de los pabellones de mujeres”, explicó Fernando Vaca Narvaja quien al momento de la fuga tenía 24 años y era dirigente de Montoneros. “Desde la calle se entiende e interpreta mal la señal, lo que hace que los camiones y camionetas menos un Ford Falcon, se replieguen”, comentó.
“Participaron 130 compañeros en todos los detalles de esa fuga. Algo imposible si no existiera ese principio de unidad entre diferentes organizaciones, diferentes edades, diferentes extracciones políticas y sociales”, asegura Vaca Narvaja. Y refuerza: “Había un concepto de unidad muy importante que permitió sorprender en cárcel de máxima seguridad a las fuerzas represivas”.
“Planificar cómo fugarnos era la primera tarea que teníamos todos los militantes. La segunda era la formación”, cuenta Vaca Narvaja. El dirigente asegura que “era absolutamente común” intentar huir de las prisiones y que lo que distinguió a Rawson fue la magnitud y el posterior fusilamiento de los militantes que no lograron la fuga.
En la entrevista con Del Plata, el ex Montonero contó los detalles de excavación de un túnel inconcluso en el pabellón cinco, que luego se usó de depósito para la única logística interna que se usó para la fuga: un uniforme militar y una pistola con siete proyectiles. También recordó al guardiacárcel que les permitió ingresar el uniforme que portó el propio Narvaja: “En esta convivencia que se da entre presos y guardias, en un momento Facio le dice al oído a un compañero: ‘Viva Perón, carajo’”. El recuerdo lo trajo al presente y a su visita a Milagro Sala con Amado Boudou: “Esta vez fue más de un guardiacárcel que nos lo recitó al oído”.
“Utilizamos el principio de sorpresa”, resume Vaca Narvaja. Los militares esperaban que una fuerza exterior tomara el penal pero lo hicimos desde adentro. Luego de simular una pelea en la puerta del pabellón, Marcos Osatinsky redujo al oficial de guardia que se acercó a la reja. Ahí se armó el primer grupo de seis, el único que lograría la fuga. “Los compañeros lo llamaban ‘la topadora’ porque tenía como misión ir reduciendo guardia por guardia”. Según el ex Montonero, “había que tomar el penal en 15 minutos y lo hicimos”.
Con el desbarajuste de la famosa señal del pañuelo el resto de la logística de la acción había quedado golpeada, pero de todas formas el grupo logra subirse al avión planificado de Austral y junto con otros tres militantes que estaban abordo toman la aeronave y desvían el vuelo a Chile, donde gobernaba Salvador Allende.
“Cuando se produce la masacre del asesinato de nuestros compañeros Allende somete a votación a sus ministros a ver qué actitud tomaban frente a nosotros. La presión de la dictadura militar exigía como máximo la extradición, y como mínimo que quedemos presos”, explica Narvaja. “El gabinete vota a favor de que quedemos presos en Chile y Salvador Allende -eso nos lo cuenta su custodio, que muere con Allende en La Moneda después- dice: ‘Esta es una república democrática socialista, los compañeros se van a Cuba’. Y de ahí nos fuimos a Cuba”.
La masacre
El segundo grupo llegó al aeropuerto con retraso y sin posibilidad ya de despegar. Procedieron a tomar el aeropuerto de Trelew y llamar a la prensa. Eran 19 militantes de Montoneros, el ERP y las FAR: Ana Villarreal de Santucho, Carlos Astudillo, Eduardo Capello, Carlos del Rey, José Mena, Clarisa Lea Place, Humberto Suarez, Humberto Toschi, Jorge Ulla, Mario Delfino, Alfredo Kohon, Miguel Angel Polti, Mariano Pujadas, Ricardo Haidar, Susana Lesgart, Maria Angelica Sabelli, Maria Antonia Berger, Alberto Camps y Rubén Bonet.
En la conferencia de prensa los jóvenes explican las razones de su lucha y las negociaciones antes de entregarse. Había periodistas, abogados, un juez y un médico. Supuestamente, según las negociaciones, serían trasladados nuevamente a la cárcel de Rawson. El Capitán Sosa incluso dio “su palabra de honor». Sin embargo, finalmente se los llevan a la Base Almirante Zar. Fueron conducidos a la Base Almirante Zar donde, alegando un supuesto nuevo intento de fuga, fueron fusilados. Sobrevivieron tres, porque los fusiladores los creyeron muertos: María Antonia Berger, Ricardo Haidar y Alberto Camps. Los tres fueron secuestrados y desaparecidos en la dictadura militar de 1976.
En una nota publicada en Página/12 en 1988, el abogado Eduardo Luis Duhalde aseguraba: “Masacraban a estos jóvenes militantes, pero apuntaban más que a sus corazones, a matar las utopías que anidaban en ellos, sus sueños transformadores y su pasión argentina: no se condenaba su metodología violenta; por lo contrario, aquel hacer de los marinos a cargo del capitán Sosa era un himno a la violencia más extrema (sólo la perversión hipócrita asesina sin piedad en nombre del derecho a la vida)”.
La actualidad
“Lo importante cuando uno recuerda todo esto es que 40 años después de lo de Trelew se logró un juicio, frente a una gran mentira que tapaba la verdad de lo que había sucedido ahí que era el asesinato de nuestros compañeros, pese a que tres sobrevivientes habían declarado con toda la claridad de que eso había sido un asesinato”, declaró el dirigente peronista que entre 2012 y 2014 fue ministro de Obras Públicas de Río Negro. “Gracias a la política de Derechos Humanos de Néstor y Cristina se pudo sacar el velo a esa gran mentira”, remarcó.
Vaca Narvaja hizo una fotografía de la Argentina actual: “Tenemos un Jujuy donde Blaquier, esta familia que es dueña del poder real, están libre de carga y culpa y Milagro Sala, una militante está presa. A Etchecolatz, lo están por llevar a prisión domiciliaria”. “Nuestro presidente habla de Guerra Sucia, que no tiene idea de cuántos son los desaparecidos; lo que se intentó con Hebe de Bonafini”, continuó enumerando.
“Hay un intento de deslegitimar la política de derechos humanos, la lucha, de volver a la teoría de los dos demonios. Nosotros, los que fuimos perseguidos y masacrados, ahora somos ‘desestabilizadores’, según Leuco, según Lanata”, cuestionó. “Me parece que este modelo neoliberal necesita deslegitimar toda esta lucha para esconder este modelo que es para pocos, para ricos”, concluyó Vaca Narvaja.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.