18 agosto, 2016
Los Leones y una clase magistral de mentalidad ganadora
La selección masculina de Hockey hizo todo bien. Ganó cuando tenía que ganar, atajó cuando tenía que atajar y se animó a soñar en un momento de máxima exigencia. La medalla dorada al talento y la concentración, la ambición de quedar en la historia nacional del deporte y la construcción de una mentalidad ganadora de la mano de su técnico Carlos «el Chapa» Retegui.

Habían ganado una semifinal por goleada contra el bicampeón olímpico. Habían hecho todo bien: atajado cuando tenían que atajar, defendido cuando debían hacerlo, atacado con precisión. Ganaron los partidos que debían ganar, lograron empates cuando la historia se complicaba y sólo perdieron un partido que podría haber costado mucho más caro. Pero sin dejarlos disfrutar la semifinal, el entrenador Carlos “el Chapa” Retegui les dijo: “No regalemos el torneo ahora. Esto no terminó. Vinimos por esto”
Claro que había motivos para festejar. La semifinal garantizaba una medalla pero Juan Gilardi, un referente del plantel, lo dijo claramente ni bien terminó la semifinal: “Queríamos la plata pero ahora ese color se lo dan al perdedor. Nosotros vinimos a ganar”. Por supuesto que podían conformarse, pero este equipo decidió que no. Este equipo se mentalizó en ir a Río a ganar. Y ganaron.
Si bien Argentina hace años que es parte de la élite de este deporte y nos tiene acostumbrados a títulos, podios y medallas, el oro era una deuda, que lo merecía pero que se le negaba. Desde Sidney 2000 hasta hoy que las Las Leonas ocupan un lugar en el podio y justo cuando eso parecía que se terminaba, los Leones sacaron la cara y se llevaron el oro.
Por eso tanto el técnico como los jugadores insisten y repiten que este no es un logro de un equipo, de un técnico o de un par de años de trabajo. “Este es un logro de todo el hockey argentino. De los entrenadores que pasaron antes, de los entrenadores que trabajaron con estos chicos en las inferiores”, dijo Retegui cuando ganaron la semifinal. Y quién más que él para poder representar al hockey argentino en esas palabras.
El Chapa es un hombre del hockey de toda la vida, un referente histórico del deporte. Jugó 17 años en la selección, participó de tres Juegos Olímpicos (1996, 2000 y 2004) alcanzando como logro más alto un diploma olímpico. Además, fue entrenador de Las Leonas, el seleccionado femenino, ganando el mundial 2010 en Rosario, la medalla de plata en Londres 2012 y tres Champions Trophy. Como entrenador de Los Leones, está es su segunda etapa y ya había logrado el tercer puesto en un mundial, pero ni él ni el hockey argentino habían logrado alguna vez un oro olímpico.
Seguramente también estuvo presente el talento de los jugadores, el esfuerzo de cada entrenamiento y el trabajo de tantos años, pero quién podría decir que eso no lo tuvo Bélgica, Holanda o Alemania o los equipos de las Leonas que siempre se tenían que conformar con otro color. Es indudable el aporte del entrenador en la construcción de esta mentalidad ganadora. Desde ya que con eso no alcanza. Pero sin es mentalidad es imposible.
“Hicimos un quilombo hermoso. Nadie lo esperaba pero nosotros sí”, dijo Joaquín Menini con lágrimas en los ojos y dedicándole el triunfo “a todo el hockey argentino”. Nadie se lo esperaba, pero ellos sí, ellos siempre lo supieron, lo sintieron y lo fueron a buscar. Este equipo no solo logró la primer medalla del hockey masculino y la primera medalla de oro del hockey, sino que también consiguió la quinta medalla consecutiva en este deporte siendo el tercer deporte argentino con más medallas junto con el atletismo y el tenis y superando nada menos que al fútbol.
Además, junto a Pareto, Lange y Carranza, la delegación argentina suma tres medallas doradas, algo que no se lograba desde los Juegos Olímpicos de Londres 1948, casualmente durante un gobierno peronista y en plena etapa de posguerra donde muchas potencias buscaban rearmarse.
Por eso este equipo de Leones no solo se convirtió en rey de la selva en el hockey sino en parte de la historia grande del deporte argentino. Por eso Retegui volvió a insistir en la importancia de hacer deporte y de tener un equipo representante del deporte argentino “por jugar con la sangre en el ojo, siempre dando un poco más”.
“Quiero ofrecerme a quien sea para viajar por el país, por cada rincón, por cada ciudad, contándole a los chicos lo que viví acá. Quien lo necesite, que cuenten conmigo y con Los Leones para lo que sea”, cerró el Chapa demostrando haber entendido a la perfección lo que habían logrado. Porque no es lo mismo competir con los mejores que ser los mejores del mundo, porque no es lo mismo prepararse de la cabeza para competir con los mejores que prepararse para ser los mejores.
Lo que alguna vez lograron la Generación Dorada, la selección sub 23 de fútbol, Juan Curuchet o Crismanich, lo que en esta edición supieron lograr la Peque Pareto, Santiago Lange y Cecilia Carranza, lo que hace 68 años lograron Pascual Pérez, Rafael Iglesias o Delfo Cabrera, hoy lo lograron los Leones. Nada mejor que aprender de este equipo que se puede soñar a condición de creer en los sueños.
Hernán Aisenberg – @Cherno07
Foto: Daniel Dabove / Télam
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