18 agosto, 2016
Braian Toledo: un hijo de los Juegos Evita
Nacido en Marcos Paz, el lanzador de Jabalina de 22 años condensa en su historia de vida políticas de promoción del deporte que lo llevaron -junto con su obvio talento personal- a clasificar a la final olímpica en la disciplina atlética que se disputará el próximo sábado.

Cuando hablamos de los Juegos Olímpicos siempre repetimos la misma historia. Competimos sin preparación, sin infraestructura, sin apoyo estatal y enfrentamos a las potencias solo con el talento de nuestros deportistas. Por eso hay países que van a los Juegos Olímpicos a competir por un lugar en el medallero y otros países que mandan deportistas a superar sus marcas y generar roce internacional.
Pero un 17 de agosto de 2016 en Rio de Janeiro apareció Braian Toledo que, con 22 años, se metió en una final de lanzamiento de jabalinas. El talento de Braian es indudable y el futuro que tiene también, y al revisar un poco su historia se puede ver cuáles fueron sus posibilidades de llegar al día de hoy.
Braian Toledo nació en Marcos Paz el 8 de septiembre de 1993 y desde chico empezó a practicar deportes. Pero a diferencia de otros chicos que eligen el fútbol o el básquet, él se empezó a dedicar al atletismo. Su entrenador Gustavo Osorio vio que su contextura física y su concentración y dedicación eran características muy buenas para el lanzamiento de la Jabalina y Braian decidió especializarse en eso.
En 2006, empezó a participar de los Juegos Bonaerenses Evita, campeonatos organizados justamente para estimular a los jóvenes en el deporte de alto rendimiento. Si bien el peso de la Jabalina era acorde a su edad (el implemento pesa 800 gramos en las competencias de mayores pero en las categorías juveniles hay de 400, 600 y 700 gramos), ya tenía marcas que superaban la media entre sus compañeros.
Estos primeros torneos fueron observados por la Secretaria de Deportes de la Nación y decidieron becar a Braian y a su entrenador para potenciar su proyección. De ahí en adelante Toledo fue el orgullo de Marcos Paz compitiendo primero en todas las competencias juveniles mundiales y continentales trayendo resultados que no dejaban de sorprender.
En 2009 se llevó el bronce en el Mundial de menores de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) en Italia y en 2010 alcanzó el oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud realizados en Mar del Plata. En 2011 consiguió un bronce en los Panamericanos de Guadalajara y en 2012 fue oro en el Campeonato Iberoamericano de Atletismo y plata en el Mundial Junior de Barcelona.
Ese mismo año, en Londres, antes de cumplir 19 años tuvo su primera experiencia olímpica pero sus marcas no fueron las mejores y quedo en el puesto 30. Sin embargo, nunca bajó los brazos, el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) siguió apoyando la carrera de Braian y llegó a Río con grandes chances de meterse en la final.
Más allá del entrenamiento, el esfuerzo y la preparación, el atletismo depende mucho de cómo te despiertes ese día y este miércoles a Braian le salió todo bien. Sus tres lanzamientos fueron sus tres mejores marcas del año y la mejor de ellas (81,96 metros), lo clasificó para la final del sábado. Él sabía que para poder meterse tenía que lanzar por encima de los 80 mts, pero la clasificación fue todavía más complicada aunque ello no impidió que Braian se metiera entre los mejores 12.
Alcanzar una medalla en esta oportunidad parece una tarea casi imposible, pero estar entre los mejores doce lanzadores del mundo con 22 años deja un piso importantisimo para el resto de su carrera. Braian Toledo, al igual que Germán Chiaraviglio de Salto con Garrocha, fueron nuestros dos atletas que alcanzaron las finales en Río, fueron los dos producto de los Juegos Evita, los dos beneficiarios de las becas estímulo que el Estado argentino pudo brindar en estos años y los dos resultado de una política deportiva que se debe profundizar.
Tener deportistas de élite y más en el terreno de las disciplinas olímpicas individuales, no puede quedar en manos del talento individual. Al deporte de alto rendimiento hay que ayudarlo, hay que trabajarlo y hay que invertir para que de frutos. Braian Toledo y Germán Chiaraviglio son dos ejemplos concretos de lo que se hizo bien, pero al mismo tiempo son dos expresiones de todo lo que se hace mal.
Es fácil pensar que el deporte de alto rendimiento no puede ser una prioridad en un país del tercer mundo con niveles de desigualdad tan alto y crisis económicas ciclicas. Sin embargo la recreación y el deporte deberían ser un derecho a garantizar. Cuando Las Leonas o la Generación Dorada empezaron a ganar todo, atrás de eso enormes camadas de chicos se acercaron al hockey y al básquet. Si tuvieramos altetas y nadadores de alto rendimiento que disputaran en los Juegos Olímpicos, podríamos tener montones de chicos corriendo, lanzando o nadando y esto también sería mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo.
El sábado a las 20.55 hs. estaremos todos atentos a lo que pase con Braian, pero a partir del domingo la política debería empezar a pensar como repetir la experiencia de Braian Toledo, de Germán Chiaraviglio y de tantos otros deportistas.
Hernán Aisenberg – @Cherno07
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