Nacionales

11 agosto, 2016

La CCC denuncia amenazas de muerte: «El Estado nos tiene que proteger y no apareció»

Juan Carlos Alderete, dirigente de la Corriente Clasista y Combativa, dialogó con Notas sobre el amedrentamiento del cual son víctimas varios miembros de la organización, la falta de respuesta de la Justicia y la demorada pronunciación de las autoridades.

Las marchas se hacen sentir con fuerza en distintos puntos del país. En los últimos meses, las movilizaciones no sólo llegan al simbólico e histórico escenario de la Plaza de Mayo. Son las otras plazas, las esquinas, los clubes y los barrios, los espacios para la socialización de la rabia, de los ocupan las calles y se reconocen como pares en el asfalto de la disputa. Las consignas cambian. Varían entre ponerle un límite al desmedido aumento de las tarifas o que finalicen los despidos. Pero desde hace unas semanas, y como si se tratara de un eco que suena más bien a un tiempo pasado que insiste en regresar, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) le tuvo que agregar una nueva demanda a cada una de sus jornadas de lucha. La nueva bandera que los militantes debieron colocar al lado de las otras reivindicaciones, dice: “Basta de persecución a nuestros dirigentes”.

Al decir verdad, hasta antes del 28 de junio de este año, no pensaban en tener que levantar esta consigna. Aquel día, la CCC había participado de una masiva movilización, de la cual había sido una de las organizadoras, para exigir: “Ni un pibe menos por la droga”. La jornada era otra de las tantas actividades que propusieron para visibilizar una problemática que consume a los barrios. “Desde ese momento empezó el amedrentamiento”, recordó Juan Carlos Alderete durante una entrevista con Notas.

– ¿Cómo fueron las amenazas?

– De todo tipo. Desde llamadas intimidatorias hasta el hecho de haber apuñalado al hijo de una de las personas que ya había sido amenazada. Lo que preocupa de todo esto, además de estos hechos, es la falta del Estado en muchos lugares. Porque no quisieron tomarme la denuncia y nadie vino a apoyarnos. Sólo se acercaron cuando hicimos una movilización que fue muy importante y tomó estado público.

– ¿Qué sucedió después de esa actividad?

– El jueves 28 de julio concentramos en Callao y Corrientes con otras organizaciones. Después, con las agrupaciones que nos acompañaron, nos movilizamos hasta nuestros barrios. Nosotros fuimos a Isidro Casanova, en La Matanza, y cortamos la Ruta Nacional N°3. Eso nos dio mucha visibilidad. Y a partir de ahí se empezó a hablar del tema, antes no.

– ¿Fueron recibidos por las autoridades?

– Sí. Pero después de la marcha. El mismo jueves se comunicaron desde el Gobierno Nacional para decirme que estaban a mi disposición. Les hice el planteo y les conté la situación, porque estaban sucediendo cosas gravísimas. Y el Poder Judicial no quiso tomarme las denuncias. Tras la movilización también nos hablaron desde las comisarías. Me pidieron que haga una ampliación de la denuncia.

– En distintos discursos la CCC hizo responsable a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y al de la Provincia, Cristian Ritondo, por lo que podría llegar a sucederle a usted y a las otras víctimas de amenazas. ¿Cómo fue el encuentro con las autoridades?

– El arco político no se había comunicado. Además, desde Seguridad de Buenos Aires se desentendieron de la situación. Ellos habían sido notificados. Es más, un funcionario se comunicó y nos dijo que si los policías habían entrado al despacho de la Gobernadora, no podían hacer nada en una situación así. Eso fue una provocación. Después de aquel jueves recibimos el llamado de la ministra de Seguridad de la Nación. Ella me propuso un encuentro que, finalmente, tuvimos el lunes.  Le planteamos que no hubo ningún gesto político después de las amenazas. Entonces le hicimos varias propuestas y les llevamos muchas demandas que tenemos hace tiempo. Le hablamos, también, sobre la necesidad de avanzar en la creación de granjas para jóvenes con problemas de adicciones para sacar la droga de los barrios, porque los pibes se están muriendo.

– ¿Tiene sospechas sobre quién pudo promover las amenazas?

– No puedo terminar de desechar ninguna hipótesis. No puedo decir que detrás de esto no esté de por medio la mano de los narcos o una conexión política. Nosotros levantamos una bandera muy fuerte para erradicar la droga y estamos acompañados por muchas organizaciones. Y sabemos muy bien dónde nos metemos. Ahora, el Estado nos tiene que proteger y acá no apareció. Ni desde lo político, ni desde lo judicial; porque no querían tomarme la denuncia. Esa es, también, una forma de hacernos callar.

Leandro Alba – @leanalba

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