Cultura

9 agosto, 2016

El miércoles se queda corto: La Ventana Abierta

En Notas, Periodismo Popular entendemos que, en los tiempos que corren, no siempre se dispone de dos horas para ver una buena obra cinematográfica. Por eso te acercamos, semana a semana, los mejores cortometrajes al alcance de un click. Hoy: La Ventana Abierta, de Lucila Las Heras.

En Notas – Periodismo Popular entendemos que, en los tiempos que corren, no siempre se dispone de dos horas para ver una buena obra cinematográfica. La realidad es que no hace falta tanto tiempo para ver qué historias tienen para contar realizadores de todo el mundo y por eso te acercamos, semana a semana, los mejores cortometrajes al alcance de un click. Hoy: La Ventana Abierta, de Lucila Las Heras.

La adaptación, muchas veces, puede entenderse como un género en sí mismo. Cuando hay una obra que realmente nos emociona, difícil es no imaginarse cómo apropiárnosla y hacer de ella una versión teatral, televisiva o, como suele ser la mayoría de las veces, cinematográfica. Incontables son las oportunidades en las que esto resulta de manera fallida y grandes obras se ven marchitadas por inexpertos realizadores y (sobre todo) inescrupulosos productores. No es el caso de La Ventana Abierta, obra de la directora Lucila Las Heras a partir de la ficción del escritor Saki.

Vera es una niña de 10 años que gusta de leer. Vive en los tiempos en los que aún ni siquiera se vislumbraba la preponderancia de la televisión o los videojuegos, mucho menos si se vive lejos de la ciudad, como lo hace ella. Cuando no está leyendo cuentos y novelas de ciencia ficción, hace los mandados de su tía, que una tarde le pide que lleve una carta. Curiosa como ella sola, Vera la lee y se entera que su primo va a ir de visita para alejarse de los problemas de la gran ciudad.

Con retazos del pequeño Rodrigo Noya en sus primeros años, Paloma Álvarez Maldonado, la protagonista de esta historia, nos genera igual ternura y complicidad en sus travesuras juveniles. En ningún momento subestimada por la directora, esta joven actriz logra captar la sórdida experiencia de vivir sola y tener que divertirse sin más herramientas que la propia imaginación, a veces a costa de otros.

Cuando Lisandro, el sobrino de Delia, llega al campo, lo recibe la pequeña Vera. Si bien la vida en el campo parece simple, las reglas son claras: se debe despojar del calzado al entrar a la casa y la ventana jamás debe cerrarse. Por allí entrarán el padre de Vera y su tío, que se fueron de caza hace tres años y, por ahora, no volvieron.

La historia fue tomada del relato de Saki -pseudónimo del escritor Héctor Hugh Munro (1870-1916)-, publicado en 1911 y el cuidado de la adaptación se ve en cada cuadro de la obra. Desde la fotografía con su sepiado llamativo hasta la impresionante dedicación volcada por Mirella Hoijman en el arte, no es difícil imaginar por qué este corto de 2014 por donde pasó se ganó un premio.

Iván Soler – @vansoler

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