Economía

7 agosto, 2016

UE-Mercosur: una relación intermitente

La negociación de un área de libre comercio birregional (ALCb) entre la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur, o bien, Mercosur (con excepción de Venezuela) lleva más de una década de historia. Para ser exactos, 16 años. El mercado europeo es amplio: tiene 750 millones de consumidores; mientras que el bloque Mercosur reúne más del 70% del PIB de Sudamérica y es una puerta de acceso a millones de consumidores.

La negociación de un área de libre comercio birregional (ALCb) entre la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur, o bien, Mercosur (con excepción de Venezuela) lleva más de una década de historia. Para ser exactos, 16 años. El mercado europeo es amplio: tiene 750 millones de consumidores; mientras que el bloque Mercosur reúne más del 70% del PIB de Sudamérica y es una puerta de acceso a millones de consumidores.

Luego de años de estancamiento, con el impulso de España, las negociaciones por el ALCb se reanudaron a partir del 2010. Pero recién a fines de 2015, se vislumbraron esperanzas para los países del sur, ya que la UE estableció la eliminación de las subvenciones a las exportaciones agrícolas. Este hecho es transcendental, ya que la sensibilidad de “la cuestión agrícola” es el principal desafío que afronta el proceso de negociación.

Al respecto, con el apoyo de 13 países de la Comunidad, Francia pidió que se postergue la fecha de inicio del intercambio de ofertas entre los bloques prevista para el 11 de mayo de este año, en Bruselas (Bélgica). Algunos argumentos para frenar el intercambio de propuestas que se habían previsto para ese mes fueron: que la evaluación del efecto acumulativo de acuerdos comerciales con otras grandes potencias agricultoras como Estados Unidos ha sido indebidamente realizado; que hay peligro de daño ambiental, ya que las granjas europeas podrían ser reemplazadas por grandes campos latinoamericanos que pueden aumentar la productividad talando bosques; entre otras. Así, las cuotas de importación al continente europeo de vacuno (producto en el que Brasil y Argentina son líderes mundiales) y etanol (en el que Brasil es líder mundial) quedaron sin concretarse.

Por su lado, la Comisión insiste en que “la agricultura es sólo un aspecto de la relación con el Mercosur y la UE es un gran exportador de maquinarias y farmacéuticos. Las empresas europeas pagan cerca de 4 mil millones de euros al año en aranceles a sus exportaciones al bloque”, según analizaron Christian Oliver y Tobias Buck en un artículo de Cronista.com. El Mercosur insiste en una mayor apertura del mercado agropecuario europeo -especialmente de productos cárnicos y lechería- mientras que la UE le reclama al bloque sureño desregular (no aplicar medidas proteccionistas) los mercados de servicios, manufacturas y compras gubernamentales. En definitiva, alguien va a tener que ceder. La UE pretende una desgravación arancelaria para el 90% de sus exportaciones en un plazo de 10 años, mientras que el Mercosur pretende triplicar la venta anual de alimentos a Europa.

Es necesario resaltar que para el bloque latinoamericano, la UE es el primer socio comercial y el mayor inversor extranjero en la región. En 2015, el Mercosur exportó más de 20 millones de euros de productos agrícolas e importó de la UE tan solo 2.230 millones, lo que arrojó una balanza comercial positiva para nuestro bloque regional, por lo menos en este sector; la UE registró un superávit industrial con el Mercosur de aproximadamente 24 millones de euros.

En la reunión llevada a cabo los días 22 y 23 de junio, en Montevideo, se definió la fecha de un nuevo encuentro para el Comité de Negociaciones Birregionales (CNB) para el mes de octubre de este año. Asimismo se pasó revista de los textos que necesitan actualización de reuniones anteriores.

Venezuela ocuparía a partir de julio la presidencia rotativa del grupo, lo cual podría inferir en las negociaciones, ya que el país no forma parte del ALCb.  Sin embargo, la indefinición acerca de qué país ocupará la presidencia pro-tempore del Mercosur también podría afectar negativamente, o al menos paralizar, el intercambio de ofertas entre ambos bloques que lidera Uruguay. Al respecto, la canciller argentina, Susana Malcorra -en una rueda de prensa realizada el 11 de julio en Buenos Aires junto con el canciller holandés, Bert Koenders- afirmó que esta situación no afectaría dicho proceso; y lo mismo sentenció acerca de la salida de Reino Unido de la UE.

En base a lo anterior, una posición europea indica que la paralisis de las negociaciones referidas al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones entre los Estados Unidos y la Unión Europea (TTIP) implicarán un retraso las negociaciones con el Mercosur. En Europa se espera por el resultado de las elecciones del presidente de Estados Unidos en el mes de noviembre. Dicho resultado podría afectar o no a las negociaciones del TTIP.

En conclusión, existen muchas variables a tener en cuenta a la hora de estudiar el futuro ALCb entre la UE y el bloque Mercosur. Sacar conclusiones apresuradas sería un error, aunque es posible esbozar algunos efectos potenciales de acuerdo a las características dadas.

Débora Fagaburu (*) y Natanael Contreras (**)

* Especialista en Cooperación Internacional (UNSAM).

** Licenciado en Comercio Internacional (UNQUI).

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