Cultura

28 julio, 2016

Santana desoye el pedido de BDS y mantiene su show en Tel Aviv

A pesar de los innumerables pedidos de artistas e intelectuales que apoyan al Movimiento Boicot, Sanciones y Desinversiones, el mítico guitarrista mexicano Carlos Santana ha decidido mantener su concierto de este sábado 30 en Israel. Un músico más que cruza el piquete simbólico para ubicarse junto a los opresores del pueblo palestino.

Finalmente el guitarrista Carlos Santana decidió mantener su concierto programado para este sábado 30 de julio en Tel Aviv, desoyendo los reclamos del Movimiento Boicot, Sanciones y Desinversiones (BDS). El músico argumenta que prefiere hacer algo “productivo” con su energía y que la mayor parte de lo recaudado se destinará a obras de asistencia para niños israelíes y árabes por igual, por medio de su iniciativa solidaria Milagro Foundation.

El legendario guitarrista mexicano, radicado hace décadas en los Estados Unidos, viene desoyendo los últimos meses los reiterados pedidos de BDS para cancelar su performance en Tel Aviv (“No entretengas al Apartheid, cancela tu show”), donde volverá a tocar en pocos días después de una ausencia de 29 años.

Hace algunos días un grupo de referentes de BDS intentó entregar en las oficinas de las oficinas de San Rafael de la Milagro Foundation -una iniciativa solidaria impulsada por el músico para ayudar a los niños marginados en todo el mundo-, una carta con más de 25 mil firmas que fundamenta el pedido de cancelación del show. Sin embargo, la misiva no fue recibida. Los activistas señalaron la contradicción implícita en este rechazo por parte de una fundación que dice preocuparse por la infancia, siendo que la mayor parte de las víctimas de los ataques militares y del bloqueo económico israelí contra Palestina son niños.

Semanas atrás la Campaña por el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI, por sus siglas en inglés) también hizo pública una carta dirigida al músico y firmada por Mark Levine, editor de Tikkun, la más importante revista judía en Estados Unidos, además de músico y profesor de historia en la Universidad de California. En ella el activista recuerda que se cruzaron con Santana en múltiples oportunidades, desde actividades por la libertad a Nelson Mandela en los años 80 hasta la reedición de Woodstock en 1994 y plantea: “No puedo imaginar mi vida como músico, profesor y activista de derechos humanos sin ti y tu influencia. Por eso, con el más profundo respeto y la creencia en que los pueblos del mundo tienen derecho a la justicia, te ruego que no toques en Israel”.

Y continúa: “Te escribo con el corazón apesadumbrado. Yo he vivido, estudiado y trabajado en Israel la mayor parte de mi vida adulta. El primer idioma con el que soñé, además del inglés, es el hebreo. La música más hermosa que toqué viene de allí y disfruto más que nada el trabajar con muchos artistas israelíes que he llegado a conocer y respetar”. “Pero -agrega-, esto no puede ocultar el sufrimiento del pueblo palestino, que he visto de cerca una y otra vez durante los últimos 25 años”.

Luego la carta cita las reiteradas denuncias del arzobispo Desmond Tutu, quien ha denunciado reiteradamente los crímenes israelíes contra el pueblo palestino, comparándolos con el Apartheid sudafricano contra el que luchó incansablemente. Y le recomienda que trate de hablar con él, así como con los músicos Roger Waters o Brian Eno, históricos activistas del BDS.

Y concluye: “La negación de los derechos más básicos de los palestinos, desde la educación a la vivienda, pasando por la atención médica y el derecho a un juicio justo, a la libertad frente a la tortura y la ejecución extrajudicial, incluso para los niños pequeños, es tan pública y evidente que ni siquiera los partidarios de Israel se molestan en ocultarlos, de hecho, cada vez más líderes políticos y religiosos israelíes, los reivindican, al igual que la mayoría de los judíos de Israel”. Por eso, aunque sabe que la decisión de cancelar le acarrearía numerosas críticas, le pide a Santana que elija “el lado correcto de la historia” y se una a la “hermosa lucha” contra la ocupación y la opresión israelí sobre Palestina que es apoyada crecientemente por cientos de artistas palestinos, israelíes y de diversas nacionalidades.

Frente a las numerosas interpelaciones, la única respuesta de Santana ha sido la afirmación a través de su página de Facebook de que la mayor parte de lo recaudado en su concierto iba a ser destinado a iniciativas médicas de solidaridad con los niños palestinos e israelíes y a Médicos sin Fronteras. Además, en una entrevista agregó: “Prefiero hacer algo productivo con mi energía. Un amigo me dijo una vez que hay que dejar de lloriquear y quejarse y hacer algo útil, o callarse la boca. Esa es mi respuesta a mucha gente. Yo hago las cosas de corazón para ayudar al mundo y aportar a una mayor compasión y perdón”.

Con el recital de este sábado en el HaYarkon Park de Tel Aviv, Carlos Santana, conocido históricamente por impulsar diversas iniciativas solidarias, cruzará el piquete simbólico tendido por miles de activistas por los derechos humanos de todo el mundo para ubicarse del lado de los opresores del pueblo palestino.

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