Batalla de Ideas

27 julio, 2016

Macri vs. Tinelli, una guerrita mediática con un ganador claro

Por Pedro Perucca. Punto final para la guerrita mediática entre Macri y Tinelli. Aunque aún no han trascendido las cláusulas de la rendición, está claro que quien obtuvo mayores beneficios fue el conductor de Showmatch. Redes sociales, rating, política e índice de helicopterabilidad.

«La máscara, por ser ante todo un producto social, histórico,
contiene más verdad que cualquier imagen que pretenda ser verdadera»
Italo Calvino, La aventura de un fotógrafo (1953)

«Apoyad el fusil sobre el hombro de Kerenski y disparad contra Kornílov.
Después le ajustaremos las cuentas a Kerenski»
León Trotsky, Historia de la revolución rusa (1932)

«Gracias al Presidente @mauriciomacri por recibirme en Olivos.
Muy linda, profunda y divertida charla. Hablamos de todo»,
Marcelo Tinelli, Twitter (2016)

Por Pedro Perucca. Después de unos pocos días de una pseudo guerra político-mediática entre Mauricio Macri y el empresario y conductor de TV Marcelo Tinelli, este miércoles por la mañana el Presidente de la Nación alzó la bandera blanca y recibió en su despacho al conductor de Showmatch para negociar las condiciones de rendición.

Seguro tiene algo que ver con el enfrentamiento de los últimos días el fracaso de la ambición de Tinelli en relación con la Asociación del Fútbol Argentino, pero mediáticamente la pelea de perros (o, al menos, de las caritas de Snapchat de perritos que tanto parecen disfrutar ambos) comenzó hace algo más de una semana cuando el conductor de Showmatch denunció que un “troll center” vinculado al gobierno de Cambiemos había comenzado a hostigarlo a través de las redes, en particular de Twitter.

Durante algunos días llegaron a ser Trending Topic nacional los hashtags #TinelliMercenarioK y #HoyApagonATinelli. No hacía falta ser un hacker experto para darse cuenta de que la absoluta mayoría de las cuentas que reproducían esos tweets pertenecían a “robots” que se limitaban a copiar los mensajes de alguna cuenta madre para instalar una tendencia y dar la idea de que atrás de ella había miles y miles de usuarios independientes indignados.

Esto es tan claramente falso que incluso un artículo del diario Clarín titulado “Ponen en duda el informe que revelaría el ataque del PRO contra Tinelli” debe citar a Martín Romeo, director estratégico de la compañía de comunicación Es Viral, quien afirma: “Para acusar a un tercero de montar una campaña, sería prudente aportar las pruebas que lo respalden. Es indudable que existió una ‘campaña’ pero las miles de menciones de trolls no alcanzan para identificar al ideólogo o cliente». «La responsabilidad que se asigna al supuesto organizador es verosímil sobre todo teniendo en cuenta algunos antecedentes de campañas anteriores montadas (caso Filmus) por empresas afines (Durán Barba) que hasta incluso fueron procesadas y embargadas por ello. No obstante, que sea verosímil no alcanza para que sea real”, agrega.

La última línea de defensa es que no se puede probar que el ataque haya salido de las usinas PRO, aunque esto sea “verosímil”. Lo único seguro en todo el asunto es que la iniciativa no salió del ministro de Comunicaciones, Oscar «El milico» Aguad, que acaba de descubrir hace unos meses las potencialidades de Internet.

Más allá de la evidencia incontrastable de la campaña contra Tinelli y de sus “verosímiles” vínculos directos con el trollcenter de Marcos Peña Braun, lo más discutible de la guerrita en redes de estos días es la inteligencia, la utilidad y la oportunidad política del ataque contra el indiscutiblemente popular conductor televisivo. Realmente a veces nos hacen dudar de si son iniciativas del propio Mauricio o si el que le recomienda encarar estas batallas contraproducentes es el mejor equipo de asesores de los últimos 50 años.

Aunque primero Mauri intentó decir que la parodia, innegablemente graciosa, de Freddy Villareal no lo afectaba y que ya estaba acostumbrado, no tardó ni dos días en reconocer su verdadera molestia frente al confesor amigo Joaquín Morales Solá: “Él decidió satirizarme y recibió 150 mil tuits de crítica. Investigamos el tema. No hubo trolls ni el Gobierno tuvo nada que ver. Sí hubo 30 mil tuiteros que lo criticaron. ¿Cómo no va a haber 30 mil tuiteros que simpatizan con el Gobierno si este gobierno es producto en gran medida de las redes sociales? Es increíble que se ofenda. Tinelli me satiriza de mala manera ante tres millones de personas en televisión y se ofende porque lo critican 30 mil tuiteros”.

En cualquier debate contra un opositor político los voceros de Cambiemos, ante la carencia de logros propios, parecen sólo disponen del recurso de contraatacar con la cuestión de la “pesada herencia”, pero contra Tinelli ese arma es de dudosa efectividad. Se intentó, claro, pegarlo a Cristina Fernández, a Cristóbal López, incluso amenazarlo con una denuncia de evasión. Pero no parece haber sido una estrategia muy efectiva ya que el día del “apagón” Tinelli no sólo no perdió audiencia sino que hizo una de sus mejores marcas.

Incluso miles de antimacristas decidieron, más o menos desgarrados (al decir de Horacio González), ver Showmatch este lunes 25, en el apogeo de la campaña sucia en redes por el “apagón” contra Tinelli. Consideraron necesario aplicar la vieja táctica leninista y disparar contra Macri, apoyándose en el hombro de Tinelli. No está mal. Es probable que cada palabra que Tinelli tire contra los tarifazos en su programa o en Twitter (donde tiene más de 8 millones de seguidores) pese a nivel nacional más que mil sesudos análisis técnicos. Está bien, Del Caño podría decir que son lo mismo. Sobre todo después de verlos cambiándose las caras en Snapchat. Pero en determinadas coyunturas pueden estar enfrentados por aspectos menores. Y los enfrentamientos producen grietas por las que puede filtrarse algo más.

No hay dudas de que los interese de los contendientes coinciden en muchos puntos. Además es probable que hasta sean amigos, como lo aseguró en C5N el ex productor de Tinelli durante casi una década, Claudio Villarruel. Tienen una historia común de cruces de guiños y favores en la Ciudad. Basta recordar que, en su momento Mauri designó a Marce como «Personalidad destacada de la Cultura». Pero ahora hubo chispazos y los chispazos suelen ser señales de problemas estructurales. Y también está claro que la guerrita la ganó Tinelli. Jorge Rial dijo, enojado, que la reunión fue la prueba definitiva de que el verdadero presidente es Tinelli. Los presidentes pasan y Tinelli queda.

Puede ser que Macri en redes sociales siga siendo el rey, pero también hay que tener en cuenta que la vida en las redes puede tener mucho de espejismo. Un posteo del Presidente suele obtener miles de «Me gusta» en Facebook pero hay que ver el peso de esos bits para contrarrestar un eventual reclamo popular contra el desempleo, el desfinanciamiento educativo y sanitario o el tarifazo.

Tal vez sean reacciones propias de la vejez, de alguien que hace relativamente poco entendió más o menos de qué se trata Snapchat, pero a lo mejor no vendría mal relativizar un tanto la influencia de las redes sociales siendo que los usuarios que realmente las dominan constituyen una absoluta minoría urbana y que muchos de los fenómenos nacidos en las dichosas redes alcanzaron masividad gracias al rebote en medios tan tradicionales y vetustos como la radio, la televisión y los diarios. Pero está claro que a Macri lo han convencido de lo contrario y va a seguir apostando al asunto un tiempo más.

Aún no se sabe qué negoció Marcelo en la reunión. Aunque, como Stolbizer, ya había ganado, es probable que haya obtenido una serie de beneficios adicionales de último momento. Por el lado de Macri seguramente el pedido fue el de atenuar el nivel de ridiculización de su imitador en el Gran Cuñado. Además está confirmado que otra cláusula fue que se baje el personaje de Juliana Awada, que ya había sido castineada para ingresar al reality. El tristemente célebre contraejemplo de Fernando De la Rúa es el nuevo fantasma que recorre Olivos.

Además de ser una clara manifestación de intolerancia a la crítica, el ataque contra Tinelli (que cobró trascendencia por la fama del conductor, pero que es práctica habitual de Cambiemos para con sus críticos) es un claro intento de manipulación mediática e incluso de censura a la disidencia. Es evidente que el gobierno entiende la importancia e influencia de los medios y saben que en buena medida depende de su complicidad o, al menos, de su aquiescencia. Si bien por el momento no hay peligro de una serie de tapas de Clarín en contra (aunque habrá que ver qué pasa con Fútbol para Todos y la llegada de Turner), se notó demasiado que Macri está desesperado por averiguar cuántos días de sátira violenta en Gran Cuñado es capaz de aguantar su gobierno.

Tal vez la única buena noticia resultante de la patética pelea de perritos de Snapchat haya sido la flagrante manifestación de debilidad del Presidente que terminó pidiéndole por favor a Tinelli que deje de hacerle burlas en la televisión porque después los chicos lo cargan.

@PedroP71

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