17 julio, 2016
Estados Unidos: inicia la recta final hacia la Casa Blanca
El lunes 18 de julio inicia en Cleveland, Ohio, la Convención Nacional Republicana que tiene como objetivo nombrar a los candidatos de la fórmula presidencial. Con Trump como único líder, el Partido Republicano se encuentra en la disyuntiva de apoyar a un outsider o fracturar su partido, dejándole a los demócratas el camino allanado hacia la Casa Blanca.
La Convención Republicana, que se realiza por tercera vez en Cleveland, será instalada en el estadio Quicken Loans Arena y contará con alrededor de 50 mil asistentes, entre visitantes, delegados, invitados, junto a otros 15 mil miembros de prensa acreditados. El encuentro comienza el lunes 18 de julio y se extenderá por cuatro días. Las sesiones tendrán lugar durante la tarde y la noche y contarán con la participación de 2.472 delegados y 2.304 alternos.
Esta Convención es el espectáculo político por excelencia, junto a la Convención Demócrata que se realizará una semana más tarde. Se esperan transmisiones en vivo de las alocuciones y debates, mientras que un fuerte dispositivo de seguridad se ha desplegado en las inmediaciones del estadio. Esto se debe a que numerosas manifestaciones en contra y a favor de Trump tendrán lugar durante su desarrollo.
Sin embargo, no se ha restringido el uso de armas de fuego por fuera del perímetro de seguridad, siendo Ohio un estado donde la portación de armas está legalizada. La policía de la ciudad de Cleveland, por otro lado, se encuentra bajo supervisión del Departamento de Justicia de Estados Unidos por sus problemas crónicos. En este contexto, se han habilitado mayor cantidad de celdas y se ha extendido el horario de funcionamiento de los tribunales.
Si bien fueron 15 precandidatos quienes dieron pelea por este puesto, Trump logró dejar bien atrás a todos. Esto incluye a Ted Cruz, su principal rival, que a principios del mes de mayo anunció su retiro de la carrera por la candidatura presidencial, tras ser derrotado en el estado Indiana. Aunque Cruz aceptó su derrota, se mantuvo firme en su decisión de no apoyar a Trump.
Todo indica entonces que Trump será el nuevo candidato republicano. Si se tiene en cuenta el voto directo de los delegados, Trump cuenta con 1.447 apoyos. El número de votos necesarios para alcanzar la candidatura es 1.237. Para que esto se efectivice, los delegados deberán mantener el mecanismo usual de respetar el voto que emitieron en las elecciones primarias estatales.
Más allá de los delegados, el magnate neoyorquino encuentra resistencia entre importante referentes republicanos, como John Bush padre e hijo, los dos últimos presidentes republicanos, quienes anunciaron su ausencia a la Convención. Tampoco participarán el ex candidato a la presidencia, Mitt Romney, el senador John McCain, el vocero del partido en el Congreso, Paul Ryan, y hasta el gobernador de Ohio, John Kasich. Esta vez también estarán ausentes -a diferencia de lo usual- los representantes de grandes corporaciones estadounidenses como Ford, JP Morgan Chase y General Electric.
Este rechazo se debe a que Trump es un outsider del partido, con un fuerte individualismo que no siempre coincide con la posición partidaria. El Great Old Party se encuentra en la disyuntiva de romper con sus leyes y retirar el apoyo a un candidato que logró ese lugar mediante los mecanismos reglamentarios.
Pero hay otro rechazo importante contra el empresario, por fuera de la estructura partidaria: el de la gente. La figura de Trump no solamente abrió aguas dentro del Partido Republicano, sino también en la opinión pública estadounidense.
Trump basó su campaña en los medios de comunicación, a través de mensajes disruptivos cargados por un tono racista, discriminador, misógino, homofóbico y xenofóbico. Su campaña contó con una inversión de 18 millones de dólares propios y 25 millones donados, según informó la revista Forbes, lo que le permitió desplegar un discurso cargado de violencia sin ningún tipo de limitante por parte de sus sponsors.
Esto le garantizó una presencia sostenida en los medios de comunicación y así acumular el voto más conservador y derechista del Partido Republicano. Sin embargo, una encuesta de CBS/New York Times demuestra que su popularidad entre los votantes republicanos no supera el 60%, siendo uno de los candidatos con menor aprobación en la historia.
Hace algunos días, Trump anunció que su compañero de fórmula será el gobernador de Indiana, Mike Pence. Pence fue congresista por seis períodos consecutivos y precandidato a presidente en 2012 y 2016. Había apoyado en un inicio a Ted Cruz.
Pence, quien se definió a sí mismo como “un cristiano, conservador y republicano, en ese orden”, siempre mostró su simpatía con Trump a pesar del rechazo interno. El peso de Pence dentro del partido legitima la candidatura de Trump y apunta, de cara a la carrera hacia la Casa Blanca, a complementar la imagen del empresario con gestión y experiencia para gobernar.
No obstante, ha tenido sus propias resistencias debido a su postura contraria al casamiento igualitario, la libertad de credo y los programas de planificación familiar.
El turno de los Demócratas
La Convención Nacional Demócrata se iniciará con una semana de diferencia, el próximo lunes 25 de julio en Filadelfia, Pensilvania. Este partido llega a la definición de candidaturas con mayores grados de unidad, ya que busca mostrarse más sólido y capaz frente a un rival conservador inestable.
La precandidata y ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, venció al senador de Vermont, Bernie Sanders, quien desplegó una nueva línea progresista logrando el apoyo de más de 1800 de los 4.047 delegados a la Convención Demócrata. Sin embargo, Clinton fue la triunfadora de la primera contienda, y Sanders le brindó su apoyo el pasado 12 de julio, cuando se presentaron en una rueda de prensa en conjunto.
En el encuentro Demócrata se espera la disertación de Sanders, de Bill Clinton y de Michelle Obama, entre otros. Aun no se conoce, sin embargo, quien encabezará la fórmula junto a Clinton. Entre los nombres que circulan figuran la senadora de Massachusetts, Elizabeth Warren, la senadora de Virginia, Tim Kaine, el senador de Ohio, Sherrod Brown y el secretario de Agricultura, Tom Vilsack.
El efecto Trump
El aumento de la popularidad de Trump ha generado adherencias y rechazos. Las manifestaciones en contra y a favor de su candidatura se han propagado en las redes sociales y en las calles.
El rechazo de Trump hacia adentro del Partido Republicano ha provocado, incluso, que miembros conocidos del mismo convoquen a votar a Clinton. Es el caso del editor de The Washington Post, George Frederick Will.
En el inicio de la última etapa –y la más encarnizada- de la carrera presidencial, un sondeo del CBS/New York times anunció que Clinton y Trump se encuentran empatados en un 40% de votos. Aunque la misma encuesta indica que el 67% no confía en Clinton, todo el aparato demócrata -incluido Barack Obama- se concentrará en que sea la principal beneficiada del voto anti-Trump.
Micaela Ryan – @LaMicaRyan
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