13 julio, 2016
Vaciamiento y estado crítico de la Dirección General de la Mujer de CABA
Por María Paula García. Trabajadoras y trabajadores de la Dirección General de la Mujer de la CABA denuncian la situación crítica del organismo. Afirman que la decisión de hacer públicas las denuncias se da luego de haber agotado toda instancia de diálogo con las autoridades.

Por María Paula García. Trabajadoras y trabajadores de la Dirección General de la Mujer de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires emitieron un comunicado en el cual denuncian la situación crítica del organismo. Afirman que la decisión de hacer públicas las denuncias se produce luego de haber agotado todas las instancias de diálogo con las autoridades del ejecutivo porteño sin haber recibido ninguna respuesta satisfactoria.
La Dirección General de la Mujer (DGM) es un organismo del Ejecutivo creado hace 26 años, pionero en la atención a las Mujeres Víctimas de Violencia Familiar, dependiente de la Subsecretaría de Promoción Social al interior del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de la Ciudad. Lamentablemente, su estado calamitoso no es una novedad sino algo que se ha venido agravando en los últimos años.
Ya en 2015, trabajadoras de dicha dirección ofrecieron testimonio a este portal manteniendo, por obvios motivos, su identidad en reserva. En esa oportunidad revelaban el vaciamiento y la falta de integralidad de las políticas públicas contra la violencia de género en la capital del país. Y reforzaban sus argumentos dando a conocer cómo, de acuerdo a datos elaborados por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, el presupuesto de la DGM en relación al total del ministerio de Desarrollo Social, con Carolina Stanley a la cabeza en ese entonces, había disminuido de un 2,6% en 2003 a un 1,6% en la actualidad.
Lejos de mejorar, el presupuesto con el que cuenta la DGM para el 2016 es de unos 85 millones de pesos, apenas el 0,07% del total del presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires. Además, de las 500 trabajadoras con las que contaba en 2007 permanecen sólo 280.
En este comunicado, además de la drástica reducción del personal, se denuncia:
- Precarización de las condiciones laborales, deterioro en la capacidad operativa de los servicios para atender la demanda y franjas horarias sin operadoras/es en los hogares.
- Escasa difusión de todos sus servicios y programas especializados en prevención y asistencia a las víctimas de violencia familiar en sus diferentes formas.
- Difusión insuficiente del 0800 66 MUJER, lo cual produce una reducción en el ingreso de llamadas cuando en realidad las mujeres están denunciando cada vez más en todo el país,
- Problemas de infraestructura y mantenimiento. Muchos de los centros integrales y hogares funcionan en locales obsoletos, con carencias edilicias visibles.
- Tercerización de servicios expresado en subsidios a organizaciones civiles en detrimento del presupuesto anual y consecuente desfinanciamiento de la Dirección General de la Mujer.
- Anuncio de apertura de nuevos Centros Integrales de la Mujer en todas las Comunas y Refugios para las Víctimas de Violencia, derivando al sector privado esta responsabilidad indelegable del Estado. Y se menciona por ejemplo la Casa de medio Camino de Margarita Barrientos abierta recientemente.
La situación que atraviesa la DGM no es un hecho menor. La posibilidad de que desaparezca debido al continuo desfinanciamiento que lleva al vaciamiento, pone en riesgo a una serie de servicios fundamentales: por un lado, la Central de Llamadas 0800 66 MUJER con cuatro opciones de atención, seis centros integrales de asistencia a mujeres víctimas de violencia, uno de prevención y asistencia en salud mental con perspectiva de género, el Refugio para mujeres víctimas de violencia y sus hijos e hijas, el Refugio para víctimas de trata, la Casa de medio camino y el Hogar para madres adolescentes embarazadas con sus bebés. También están en riesgo subprogramas de asistencia a mujeres víctimas de abuso sexual, madres que sufren violencia por parte de sus hijos, maltrato y abuso infanto-juvenil, noviazgos violentos, hombres violentos, Biblioteca de la Mujer, departamentos de investigación, capacitación, estadísticas y programa para mujeres migrantes, el observatorio de equidad de género, y las representantes de áreas desconcentradas en comunas, encargadas de acercar estos servicios a las mujeres.
Que esto esté sucediendo luego de dos masivas movilizaciones populares al grito de Ni Una Menos y luego de las promesas de Macri durante la campaña electoral, no puede más que causar indignación. Atrás quedaron las resonantes declaraciones sobre los femicidios, cuando señaló que “no es algo con que podamos convivir; una de cada dos mujeres es víctima de violencia psicológica, una de cada cinco es golpeada y cada 30 horas muere una mujer por violencia física. Juntos vamos a poder decir que en la Argentina no hay una víctima más por ese motivo”.
Como a muchas de las promesas de Macri, a estas también se las llevó el viento. Y no precisamente los vientos de cambio. Porque no ha habido cambio sino continuidad. Si hay algo que caracterizó a la gestión de Macri a lo largo de sus ocho años al frente del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires fue el vaciamiento de los programas sociales, los recortes presupuestarios y la tercerización de obligaciones del Estado en ONGs. En definitiva, una política debajo de la cual subyace un profundo desprecio y conservadurismo antiderechos tanto de las mujeres como de los niños, niñas y adolescentes más vulnerables de nuestra sociedad.
Esta misma política es la que se repite y profundiza ahora a nivel nacional y en aquellos distritos donde el PRO gobierna. La gestión de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires y la de Rodríguez Larreta en la ciudad están dentro de los mismos lineamientos.
Este vaciamiento de la DGM coincide con las denuncias por redes sociales de profesionales del Programa de Educación Sexual Integral (ESI) del Ministerio de Educación de la Nación, donde alertan sobre la escasez de recursos y la situación inestable de continuidad de sus contratos que ponen en riesgo la ya limitada aplicación de la Ley Nacional de Educación Sexual Integral en los distintos niveles del sistema educativo a diez años de su sanción.
Mientras tanto, las trabajadoras y trabajadores de la DGM continúan exigiendo:
- Que la Dirección sea jerarquizada y visibilizada;
- Se reciba y ejecute un presupuesto que permita diseñar e implementar políticas públicas de calidad
- Incorporar profesionales especializados/as y operadores/as, administrativos/as, para rearmar equipos técnicos interdisciplinarios
- Mejorar las condiciones laborales de las trabajadores/as
- Mejorar las condiciones edilicias y de mantenimiento de las instalaciones.
- Obtener los insumos necesarios para la tarea (computadoras, impresoras, líneas telefónicas, etc.)
Con el apoyo de organizaciones sindicales, convocan el miércoles 13 a las 16 horas a la Legislatura Porteña, invitando a legisladores y legisladoras de todos los bloques políticos, a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, a los medios de comunicación, al Parlamento de Mujeres, a los Organismos de la Sociedad Civil y a la Sociedad en su conjunto a apoyar este reclamo.
@MariaPaula_71
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